RULER Libro I (+21)

Capítulo 13 [Travis]

Anton Strauss

Marzo 06

De a poco comienzo a despertar, pero el peso de alado de mi cama no está. Me levanto de un solo movimiento y busco por toda la habitación, pero no está, en el baño tampoco, busco en toda la casa llamando su nombre, pero no responde. —Espero que esto sea una broma o esta situación de mierda de verdad se va a joder.

Salgo al patio y ... el auto no está. «¡Maldita!»

Ni siquiera sentí el momento en que se fue, regreso a la habitación y me percato que hay una nota pegada en mi celular, frunzo el ceño y me acerco a leer.

«Se que en este momento debes estar muy molesto, y discúlpame por tu auto, pero tengo exámenes y no puedo faltar, nos vemos, y también me llevé una sudadera tuya, te la devuelvo después, besos. Janelle»

Esta mujer me está volviendo loco. Miro la hora y son las nueve de la mañana, llamo a Taylor— mi guardaespaldas— para que me venga a traer. Esa niña de verdad está colmando mi paciencia, es la primera mujer que espero encontrar al otro día en mi cama y le da por largarse. Definitivamente ella no va a jugar así conmigo.

—Señor ya estamos aquí— me avisa por teléfono Peyton, otro de los guardaespaldas.

—Llama a la directora del Instituto Golden Britch y dile que iré de visita que necesito un favor— demando frotándome el puente de la nariz.

¿Cómo carajos me fijé en ella?

—Bien señor, en un momento le informamos.

—En media hora bajo. Y espero que me den buenas noticias, me jode su ineficiencia—colgué.

Me baño, me visto con unos vaqueros, una camiseta negra y una chaqueta de cuero del mismo color. Desayuno, pero cada bocado que le doy a la comida me arde el puto orgullo. —De verdad se fue—. La taza de café me tiembla en las manos, la rabia me recorre por todo el cuerpo y me levanto bruscamente y arrojo la taza a la pared.

Ni siquiera sin su presencia puedo estar bien. —¿Es que acaso ni siquiera se pudo despedir?

Odio que esté metida en mi cabeza y que no me valga mierda lo que haga, como me pasa con las demás, porque me importa, me importa y por eso me molesta que haga estas cosas.

—Listo señor, la directora de la institución ya está en aviso de su llegada—me informan a mis espaldas.

—Está bien...— me interrumpe una llamada entrante.

—Anton Strauss, ¿Quién habla? — contesto.

—Que rápido te olvidas de la familia Anton— habla Steven sarcástico— necesitamos hablar.

Lo que me faltaba. Más problemas que solucionar.

—Lo sé, en la tarde pasaré a verte—contesté tajante.

—No, Anton. A las once y media te quiero aquí en la oficina—ordena. Podrá haber sido mi protector, pero odio que me ordenen y mucho menos cuando tengo pensadas mil cosas para este día—en la tarde no estaré aquí, me tengo que ir de viaje.

Debo hablar con él lo antes posible.

—No te preocupes, a las once y media estaré allí— confirmo y cuelgo—Necesito llegar lo más pronto posible al instituto, apresúrate—le ordeno a Taylor.

En menos de una hora nos encontrábamos en la entrada del instituto, esta mujer de verdad me va a conocer. Odio como empieza a joderme hasta los cojones.