Capítulo 14 [Karma]

6.7K 474 41
                                    

Anton Strauss

Me sentí tan impotente en todo el camino, intente hacer que Janelle se diera cuenta que no se puede burlar de mí, y terminó haciendo lo mismo y no sé qué es lo que me molesta, si el que haya ignorado en todo el maldito camino y que no haya escuchado salir ni una sola palabra de su boca, o el que ya me haya acostumbrado a sus reacciones y que ahora no me haya demostrado ninguna hasta llegar a las oficinas de Steven.

Llegamos a las oficinas de Travis, y me dirigí a ellas no sin antes pedirle a Janelle que no salga—espero que al menos esta vez no sea tan terca. Observo todos los guardias de este lugar, a ninguno le hace falta un arma en sus manos, me acerco a la entrada de la oficina de Steven y están dos guardias vestidos de negro hasta las narices intentando intimidar en la puerta.

—Vengo a ver a Steven—hablo firme.

—Espérenos un momento— hablan por la radio en ruso para confirmar mi entrada. Me siento tan molesto que la espera me fastidia. Hasta que escucho la afirmación de mi pase al lugar.

—¡Hijo! — se levanta Steven para saludarme un tanto irónico— ¿Cuánto tiempo? — me abraza y ruedo los ojos devolviéndole el gesto, no es por nada, pero estas muestras de cariño ya no me entran en gracia desde hace ya mucho tiempo.

—Solo tres meses Steven—me irrité.

Se ríe y vuelve a sentarse en su escritorio.

—Para ti se te hace muy fácil decir eso, para mí ya no lo es, sabes que te quiero tanto como a Jonathan—me dice, sonriente.

No lo niego, me lo ha demostrado en todo el tiempo desde que lo conozco. Pero podré le estoy agradecido, pero ¿Considerarlo como padre? Eso no haría nunca.

—Pero no eres mi padre, que te quede claro, Steven—murmuré apartándome de él— Te agradezco por todo lo que has hecho por mí, y te aprecio de la misma manera, eso ya lo sabes, así que confórmate y se feliz.

Niega decepcionado, y estoy tan ardido que paciencia es lo que menos tengo en este instante. Le debo mucho, pero no quiero tener algún lazo de cariño con él, en este trabajo del gángsters y mafiosos es todo muy impredecible, tanto que, si te descuidas mueres, y si eso le llega a suceder a él, al menos estaré preparado y no me afectará tanto.

—Has venido con alguien— se voltea hacia el mirando hacia abajo y lo sigo—. Es muy hermosa—dice sin dejar de mirarla.

Observo como Janelle recorre todo el lugar con la mirada, como si fuera la primera vez que visita un lugar en medio de la nada. Sonrió inconscientemente, cuando se acerca a mirar una palmera y lleva su cabeza hacia atrás mirando la altura de esta.

—Te hace feliz—murmuró y de inmediato recobré la misma postura con la que vine a este lugar.

—¿Me estas preguntando o lo estas afirmando? —cuestiono alejándome del ventanal y sentándome en un sillón de alado.

—Lo estoy afirmando Anton—me dice serio y me rio. El la mira por última vez y se aleja dirigiéndose a la estantería de bebidas—. ¿Te sirvo algo?

Negué y el se sirvió un trago de wiski. No es este el tema por el que vine a este lugar. Pero lo que le voy a pedir no creo que lo tome muy bien, debo mantener la calma.

—No sé qué te hace pensar eso, ella solo es sexo y lo segui...

—Lo noto en la forma en la que la miras—me corta y niego burlándome—como si jamás hubieras conocido a una. En tu caso has tenido de sobra y sabes que es ella. ¿O sonríes con todas las mujeres mientras miran los árboles? —ironiza y no me hace gracia a donde se dirige esta conversa.

RULER Libro I  (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora