RULER Libro I (+21)

Capítulo 26 [Oscuridad 1/2]

Primero, me quiero disculpar por no poder actualizar pronto. Pero esta semana intentaré subir el próximo capítulo lo más pronto posible. Este capitulo lo hice tan rápido como el tiempo me dio. Así que tendrá algunos errores, pero lo corregiré luego. 

Gracias por la espera. Disfruten del capítulo. ;)

Anton Strauss.

Camino de un lado a otro esperando que abran la maldita puerta o a que Janelle vuelva, al menos a abrirme para poder... hacer el intento de hablar con ella. Pero no lo hace y mi cabreo no da para seguirla esperando.

Hago una llamada y dos horas después aparecen y lo que menos quiero hacer, es explicar la situación.

—Janelle. ¿Sabes algo de ella?

—No señor. Desde que salió con usted no hemos sabido nada de ella.

Y su teléfono estaba apagado. ¿Cómo puede ser tan testadura? No saca nada sabiendo detalles de mi vida y no me apetece decírselos cuando cada cosa que le diga le disgustará. O acabará peor que esta noche.

El día apenas y va a empezar y ya lo estoy empezando mal.

—Llama a Alexandra. Dile que se vaya del edificio.

Asiente a mi lado y lo escucho hablar con ella. Llego al auto y la desesperación y... el fastidio que tengo al pensar que se habrá ido me quema la cabeza. Dos horas son suficientes para que ella se vaya.

Me cabrea de sobremanera el que siga hablando con el imbécil de su ex. Y por mucho que intente negarlo, sí. Los celos me sobrepasan.

La cabeza me da vueltas mientras y la sangre me hierve al imaginármela con alguien más.

Me subo al auto y de inmediato, el guaria entendió que debe ir al otro lado. Acelero saliendo de la mansión y una punzada en el pecho como una maldita navaja me desestabiliza por un instante.

—Señor ¿está bien?

Asiento y el malestar disminuye de a poco.

Ya no entiendo en que me he metido con ella. Y me jode no entenderme a mí mismo, porque de hacerlo esto no sería tan dramática la situación. No tengo idea de cómo controlarla, de cómo mantener el control de todo. Pero sé que ya no lo tengo desde hace mucho.

—Señor, las empresas...

—Es de lo que menos me interesa saber ahora—respondo.

—Señor, creo que debería bajar la velocidad —murmura a mi lado y el fastidio no me da para hacerle caso.

Tiene que quedarse, ella no se puede haber ido.

Antes de llegar a la casa de Hotak observo ya a varios alrededor. Ya están despiertos.

«—Gracias—» Ese maldito gracias... ¿Desde cuándo pasé a sentirme usado?

Esa mujer me tiene mal.

Acelero como puedo en la entrada y camino esperando a que alguien me explique donde está la intensa de mi mujer.

—¿Anton? —escucho a Yun.

—¿Dónde está Janelle? —magullo.

Frunce el ceño y se va acercando.

—¿De qué hablas? Ella...

—Yun—advertí antes de que comience a encubrirla.

—Anton...

—¿Anton?