Capítulo 28 [Rescate]

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Anton Strauss

Un día antes del rescate.

El recuerdo de su piel ensangrentada, su rostro destila dolor. El lugar desde donde la graban es una cámara encimera, como si fuera una maldita cámara de seguridad. La piel me quema, las venas se me hinchan y el dolor de cabeza aumenta. Ella gritaba cada vez que le echaban agua encima, su ropa está rasgada.

La maldita frase de Mark me retumba.

«El Karma existe Anton Strauss»

—¡Cállense! — me levanto furioso.

—Anton por favor, te lo suplico, saca de ese lugar a Jane—me llora Megan y cae al suelo de rodillas.

—Ella no va a soportar más...

—No digas estupideces Hotak. Claro que soportará, ella me debe esperar, ella debe saber que voy por ella, ella...— me quedo a medias. No puedo creer esto— ¡Esto es una mierda!

—Max aun tarda en llegar—me informa Yun.

Golpeo la silla, mandándola con otras dos al suelo y salgo de allí dirigiéndome al patio trasero. Saco el celular del bolsillo y marco a la única mujer que me servirá.

— ¿Si? —contesta Alexa.

—Si de alguna manera se me complica más de lo necesario traer a Janelle. Te entrego. —determino.

Se queda en silencio por algunos segundos, pero no cuelgo, de alguna manera me importa su reacción.

—Te debo la vida Anton—pausa, puedo escuchar el temblor en su voz—. Mi vida es tuya. Y si es por amor, te la devolveré. Ella volverá.

—Ella va a volver.

—Lo tengo claro—suspiró —. Adiós Anton.

—Adiós—cuelgo y cargo todas mis iras, impotencia y frustración en mi puño, lanzando un golpe a la pared.

***

Hemos estado ideando junto a Sang, Jonathan, y la poca información que Hotak y Steven nos han brindado sobre Orel Vólkov una estrategia, no nos ha servido de mucho, pero si lo suficiente para poder atacarlo.

— ¿Entonces tenemos que bajar al rio hasta llegar al pico sur de la montaña Heng? —vuelve a preguntar Yun, que en realidad no se para que mierda va a ir.

—Si Yun, partiremos mañana en la madrugada, el helicóptero estará listo a las tres—habla Jonathan.

—Ese lugar es lo más cercano que tenemos sobre el paradero de Janelle—habla Steven.

—Entonces, necesito las armas esquipadas, que a ninguno le haga falta navajas de repuesto, no quiero problemas de que se les acaben las municiones y no tengan con que defenderse. Los quiero a todos de vuelta y eso incluye si o si a Janelle. Y si por alguna circunstancia alcanzan a ver a Mark o a Orel, quiero que los maten, sin contemplaciones—exijo—. Esto va para ustedes—apunto a Steven y a Hotak.

—Por nosotros no te preocupes, tu ocúpate de encontrar a Janelle y nosotros aremos el resto—dice Steven.

Salgo de ahí con la estrategia en la cabeza—No puede haber errores—. Por ahora la adrenalina y furia es lo que más prevalece en mí. Espero con ansias tener a todo aquel que se atrevió a tocarla, me imagino las mil formas en las que podré matar a cada uno, pero los que se van a llevar el primer lugar en mi lista son Orel y Mark.

Me dirijo al gimnasio y recojo los guantes de box de la estantería a mi lado, necesito descargar un poco de ira, la abstinencia al sexo me trae de mal en peor.

RULER Libro I  (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora