Capítulo 27 [Oscuridad 2/2]

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Orel Vólkov

A lo largo de mi vida, uno de los mayores placeres ha sido el sufrimiento. ¿Trastorno? Tal vez. Si al pasar de tu vida solo tienes a tu alrededor personas de sangre fría, sanguinarios, los cuales solo te han enseñado a que uno de los peores sentimientos es la compasión, aprendes a no sentirla. Te acostumbras y vives con eso, porque no conoces nada más.

Aprendes a lidiar con demonios que en vez de hacerte caer, te levantan cada día de tu vida, porque es lo único que te protege y te mantiene intacto en territorios como estos. Mi madre... lo mejor fue no conocer a esa zorra. Mi padre fue uno de los peores seres humanos en esta tierra. Ese hombre fue demasiado bueno siendo malo.

Cada cosa que sé, él la hacía diez veces mejor. Y desde que tengo memoria siempre he intentado superarlo, en todo. Y de alguna manera tenía que conseguir lo que quiero sin eslabones en mi camino. Trabajo, mujeres, caza, y poder, ha sido todo lo que he logrado desde que logré asesinarlo. Todo lo que a él le pertenecía ahora es mío.

Tener poder es lo que me hizo dar cuenta que ningún sentimiento inferior a la supremacía que ahora siento, es necesario. Con esto lo tengo todo. Mientras a otras personas les apasiona las tonterías de enamorarse o tener un cuerpo para saciar su deseo el cual esté a su entera disposición, mi único placer es ver la sangre y a mis presas rogándome para que pare. Esa simple palabra es excitante al solo imaginarme el estado de mi próxima víctima.

—Dersa, irán en busca de ella, sabes cómo es esto. Pon en extrema vigilancia a la chica y envía hombres que supervisen el camino por donde la trajeron. Mataremos dos pájaros de un tiro. Strauss querrá venir a salvarla, cubre el paso y cuando logren atraparlo, preferiría que lo traigan vivo en vez de muerto, pero si se resiste, mátenlo.

—Como ordene, señor.

—Infórmame el estado de ella.

—Totalmente preparada. A sido un poco reacia hasta el día de hoy, pero con lo que sucedió hoy, sé que calmará su rabieta sí o sí.

—Bien. No quiero que nadie la tome aun. De eso me encargo yo... de lo demás si ocúpense, la quiero tal y como me gustan.

—Si, como ordene.

Colgué el teléfono y en las imágenes volvía detallar la bella imagen de la mujer. Sus manos atadas, amordazada y la sangre destilando por su labio me fascinan. Quiero conocer su sabor. Quiero oler su cabello... quiero tomarla y sentir su mirada mientras se le va la vida de sus hermosos ojos.

—En menos de nada, me encontraré a tu lado mi bella presa.

Sentí el teléfono vibrar y lo tomé.

—Mark...

—¿La tienes?

—Por supuesto padrino. ¿Cuándo te he fallado?

Me levanté con el tabaco en mis manos y lo aplasté en el cenicero. Sus llamadas no son de mi entero interés y menos ahora.

—¿Strauss?

—Tal vez en camino por salvarla—respondí pensativo—. Aunque me haría un favor si no viniera.

—Orel... No puedes matarlo—me dijo y me quedé parado sin entender—. Atrápalo, necesitamos su poder y a la fuerza lo conseguiremos. Janelle nos servirá como carnada para conseguirlo. Conviértela en sumisa, haz que sufra.

—¿Y CEIA? Tenemos...

—Si no está mal la información que acabó de llegarme, ellos están intentando aliarse a la milicia, como ya sabes consideran apoyarnos si entregamos tecnología a cambio de su ayuda, pero por otra fuente supe que CEIA está considerando trabajar completamente para ellos.

RULER Libro I  (+21)Where stories live. Discover now