RULER Libro I (+21)

Capítulo 19 [Ángel perdido]

Megan Bullrich.

Pasado.

Me sentía desesperada, no sabía que exactamente hacer. en las noches revisaba la habitación de mi hermana, pero él no encontrarla me dolía mucho. No puedo hacer nada por ella, ahora.

—¿Megan? —escuché a mamá y ya me imaginaba el sermón—. Hija, cuando ella vuelva ya todo habrá pasado. Lo olvidará y las cosas serán como antes.

Me reí amargamente.

—Mamá ¿De verdad eso es lo que piensas? —volví a mirarla—. ¿Al menos te has dignado en escucharla? ¿No verdad?

—Hija, intenté hablar con ella...

—¡Pero cuando ya pasó todo! ¡Ella te necesitaba en ese momento! No un mes después de volver de uno de tus gastados viajes. ¡Yo te llamé y aun así no llegaste!

—¡No me alces la voz, Megan! ¡Que, si no lo hice, fue porque tenía cosas más importantes que atender!

—No lo puedo creer. ¿Mas importantes que tu propia hija?

—Si, Megan. ¿O crees que el dinero en esta casa cae del cielo? —soltó y me froté el rostro, frustrada—Yo la pude haber ayudado. Pero su comportamiento cambió radicalmente conmigo, por tanto, yo no tengo ningún deber de ayudar a una desagradecida.

—¿Desagradecida? ¿Sabes? Ella fue la mejor hija que pudiste tener, porque era la que más te aguantaba entando en tus peores momentos. Y aun así la defraudaste cuando ella más te necesitó—le reclamé.

—Esta conversación se terminó, Megan.

—Eso es lo que haces ¿verdad? Evadir todos los problemas, como hiciste los de Janelle—murmuré dolida—. ¿No te pudiste haber quedado un poco más? ¿Al menos fingir que te importaba lo suficiente como para que ella se sienta segura? ¡Casi la matan!

—¡Pero no murió! Ella está en tratamiento...

—¡Gracias al padre de Josh! ¡Porque a ustedes les quedó grande como hija!

—Si, y le entregaremos lo que han gastado en ella.

—¡Tu no entiendes! Ella no necesitaba dinero, y te aseguro que no necesita que se lo devuelvas a las únicas personas que se han preocupado por ella—me estaba frustrando—Yo, los amo. Pero les aseguro que, si ella los llega a odiar, la apoyaré en el sentimiento.

—Estas alterada, Megan. Vete a dormir.

—Me voy a ir, de esta casa. Y espero que reflexiones todo lo que acabaste de decir.

—Tu no dejarías tus estudios. Así que dudo mucho que lo hagas—habló con arrogancia.

—Ya veremos—magullé.

—¿Qué sucede aquí? —preguntó papá saliendo de la habitación.

Me limpié las lágrimas observando furiosa a mamá y me volteé hacia mi padre.

—Recordándole a mamá lo malos padres que fueron para Janelle—solté y me di la vuelta dirigiéndome a mi habitación.

Una semana después había ahorrado lo suficiente para un boleto a Tokio y para al menos un mes de comida.

En la mañana esperé que mis padres se fueran y me apresuré a bajar con las maletas en mis manos. Ya tengo la ubicación exacta de Janelle. Así que todo va a la perfección hasta ahora.

Pedí un taxi y llegué al aeropuerto una hora y media mas tarde. La impaciencia me estaba ganando, porque el momento que se entere mamá que me fui, estoy segura que hará cualquier cosa para que no lo haga.