Capítulo 5 [Habitación del placer]

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No olviden comentar y darle una estrellita al capítulo. ;)

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Megan Bullrich

FEBRERO 22

Los ojos me arden de haber llorado tanto. Ni si quiera he visto a mi hermana. Muevo un poco a Amelia que pidió dormir conmigo ayer, ya que Janelle no apareció en la noche, pensé que saldríamos juntas, pero con la noticia de que ese hombre la vino a traer me hacía caer en la realidad. Nada de esto es un chiste.

—¿Megan?

—Mely duérmete.

Se fregó los ojos y se retiró el cabello esparcido del rostro.

—Voy a ver que sucedió con, Janelle.

—Yo también quiero ir.

—No. Duérmete, aún es muy temprano.

—¿Me avisaras lo que te diga?

—Si, Mely. Duerme un poco más, te informaré de todo—sonreí levemente y asintió somnolienta.

Son las seis de la mañana, aun así, el sol ya ha comenzado a salir. Bostezó y volvió a caer en la cama.

Me encaminé al salón, pero antes de bajar todas las escaleras observé a través de los ventanales que afuera estaba una camioneta negra estacionada con un hombre parado fuera de ella. Me acerqué a la puerta y la abrí con cuidado. El hombre lo notó y se encamino hacia mí.

Cuando ya lo tuve en frente me di cuenta que era, grande, es decir. Muy grande.

—Buenos días señorita Megan—saludó.

Dudé en responderle un instante, escaneándolo por completo. El traje negro, los auriculares en los oídos, y una mirada poco afable me hizo estremecer.

—¿Y usted quién es?

—Max Thomson, agente y guardaespaldas del señor Strauss.

—Bien, Max. ¿Qué haces aquí?

—El señor Strauss me mandó a que—saco de su gabardina una pequeña cajita negra de plástico— esto sea implantado en la señorita Janelle.

Me la entregó y la observé por un instante, no pesaba nada.

—La orden debe ser acatada, de lo contrario sus padres sufrirán las consecuencias.

Fruncí el ceño y abrí la cajita.

—No puedo, yo...

—Debe ser implantado en cualquier objeto que lleve siempre la señorita.

—Con qué derecho pretende que yo le haga esto a mi hermana—protesté.

—Sus padres firmaron un contrato que debe ser cumplido en todos los aspectos del mismo.

—Dudo que en el contrato diga que debo hacer esto.

—Son órdenes del señor Strauss. Y no lo olvide, de no hacerlo sus padres se verán involucrados en un problema—finalizó y sentí mi corazón latiendo a mil de la desesperación y la molestia.

—¡Dígale a su jefe que es un completo idiota! —grité y él no se inmutó. Ingresó a la camioneta y se largó—. Aparte de prepotente, arrogante y manipulador. Apuesto mi cabeza a que Janelle no se las dejará fácil.

Hice lo que me pidió, con la certeza de que cuando ella se entere querrá matarme.

Janelle Bullrich

En toda la noche no he podido dormir un solo instante por la rabia que se acumulaba en mí. ¿Cómo me dejé llevar tan rápido? Estúpida. Pero él no va a hacer lo que se le da la gana. De eso me ocuparé luego. No estoy consciente, pero sé que fueron dos o tres horas en las que pude dormir, no más.

RULER Libro I  (+21)Where stories live. Discover now