[Extra(meses)]

1.8K 147 10
                                    

Séptimo mes(marzo)

Camino hacia el departamento al finalizar la psicoprofilaxis, los anteriores días he venido con Cael y por su trabajo se le dificultó poder acompañarme el día de hoy, y lo comprendo. Me siento aliviada al haber recibido un nuevo diagnóstico de mi embarazo, es verdad, los mareos y dolores de cabeza han disminuido en mayoría al dejar de comer dulces, de vez en cuando como uno, pero no demasiado ya que sé el problema que me causa.

El problema es que las pesadillas no me dejan en paz.

Ingreso al edificio y saludo al portero y a la recepcionista, camino directo al ascensor subiendo hasta el último piso. Ahora más que antes se podría decir que dinero me sobra y eso me facilita darme mis lujos. Francia es un lugar hermoso el cual no me cansaría de visitar jamás, pero hay cosas que de alguna u otra forma vuelven a doler, aunque hayan pasado meses y así pasaran años sería igual.

—Cael, ya llegué—lo llamé dejando las llaves en la barra de la cocina y me acerqué a tomarme las vitaminas.

Me acerqué a su despacho y abrí la puerta con cuidado. Y está, pero no exactamente trabajando.

—Hey, Cael—lo moví de su escritorio, tiene su cabeza recostado en su codo.

—Mmm...—se quejó.

—Despierta, te quedaste dormido—empezó a abrir los ojos y me aparté con cuidado—. Deberías darte un descanso, has trabajado mucho últimamente—le pedí sonriente y él se recostó en el espaldar de su silla fregándose el rostro.

—Wao, te vez hermosa—me dijo y negué.

—Siempre dices lo mismo—sonreí—. Vamos te hago algo de comer, debes estar hambriento...

Se levantó de la silla y se paró frente a mi tocando mi mejilla.

—¿Qué tengo que hacer? —me preguntó mirándome fijamente.

—Sobre que...

—Para que lo olvides—se me cortó el aire haciendo que borre mi sonrisa—. Te vez tan hermosa cuando sonríes, y lo sigues haciendo cuando sufres, pero lo segundo ya no quiero que lo hagas.

—Cael, ya hemos hablado sobre esto.

—No, no lo hemos hecho, me gustas demasiado, me encantas, pero eres tú la que no lo intenta, necesito ver o volver a encender el brillo y el aura de alegría que desprendías por donde ibas desde que te conocí, junto con la fuerte y hermosa mujer en la que te has convertido Janelle. Pero no entiendo que debo hacer...

—Nada, no hagas nada, Cael. Lo siento, pero lo que me pides es imposible, yo...—los ojos me comenzaron a arder— yo aun lo amo...

—Él está muerto Janelle—soltó.

—¡No en mi corazón! —alcé la voz y cerré los ojos intentando calmar las punzadas en mi pecho al escucharlo hablar de Anton de esa manera y se alejó apretando la mandíbula— ni siquiera en mi alma y hasta no haberlo sacado al menos un poco de mi corazón, me es imposible intentarlo de nuevo...

—Pero con el francés no te es imposible ¿Verdad? —cuestionó en tono de reclamo.

—¿Pero de qué hablas? —fruncí el ceño—él es un amigo solamente y, es más, los días que hemos salido con él, lo hemos hecho todos juntos así que no entiendo a que vienen tus celos y reclamos innecesarios—le reproché molesta.

—¿A qué viene? Acabo de decirte lo que siento por ti yo estoy...

—Ni lo intentes, no acabes la oración —le pedí con la cabeza caliente de las iras y por inercia sobé mi vientre—. Cael no tienes derecho a estarme reclamando absolutamente nada y porque tú sabes lo que siento por ti y lo he dejado claro hasta ahora y Adrien solamente es...

RULER Libro I  (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora