Capítulo 37 [Sleep at last]

3.9K 219 15
                                    

Janelle Bullrich.

Octubre 15 -Phoenix

El sudor cae por mi frente, otro jadeo sale de mi boca con el golpe que casi recibo a un lado de la costilla. Vuelvo a esquivarlo caminando hacia atrás, veo a otro acercarse por una esquina y decidida me acerco a golpear al primero. Vuelve a atacarme lanzando una patada la cual esquivo agachándome y pateo su otro pie logrando que caiga al suelo de espaldas. Pero el segundo que me distraigo mirando al hombre que entra por el portón con el torso desnudo hace que mi contrincante me sostenga de las piernas haciéndome rebotar contra la tarima.

Y maldita sea. El dolor me deja sin aire por un segundo.

—No te distraigas—me advierte y ante el golpe que iba directo a mi rostro lo esquivo y lo aparto con fuerza para girar por el suelo y levantarme rápidamente para atacar al hombre que viene a mi otro lado.

—¿Estás segura que puedes con esto?

—Hang, sin conocerte he logrado pelear, imagínate ahora que te conozco.

Y en su segundo de distracción mientras se reía de mí, me acerqué y salté encima de él para envolver mis piernas alrededor de su cuello y girar hasta lograr hacer que caiga la suelo.

Intentó apartarme y sostuve su nuca para poder impulsarme a girar en su nuca y sentada en su espalda apreté su cuelo al punto de ponerlo rojo.

Con la palma de su mano golpeó reiteradas veces el suelo y lo solté con una sonrisa triunfante.

—¿Ahora si me felicitas?

Sonreí con suficiencia y él se sentó en el suelo para sonreírme de manera burlona mientras se frotaba el cuello.

—Se suponía que acabaras con dos sin usar armas, y has acabado con uno—se rio agachando la cabeza y una sospecha breve se me pasó por la mente.

—Pero el otro se fue—me excusé.

—Y otro vino.

Y antes de que pudiera darme cuenta, me levantaron del suelo para luego votarme contra la tarima, el golpe seco sonó pero la caída no fue lo suficientemente dura para dejarme sin aire.

—Jamás en tu vida le des la espalda a la puerta. En otra situación te habrían matado por despistada—dijo Anton hincado a mi lado.

—En otra situación, lo habría matado yo—levanté las cejas e intenté levantarme pero me tomó del cuello recostándome en el suelo.

La visión de su cuerpo medianamente desnudo era algo excitante, el sudor aún está alrededor de su rostro. Y en su torso brillante.

—¿Quieres probar quien mataría a quién, amor?

Una pequeña sonrisa se curvó en mis labios al ver su expresión al mencionarlo de esa manera. Lo afecto y eso jamás dejará de gustarme.

—No tientes a tu suerte Bullrich—advirtió con la voz ronca.

—Como veo que dejé de ser su entrenador bajaré a ver esta interesante escena—escuché a Hang mientras miraba fijamente los ojos grises del hombre frente a mí.

—¿Estás segura de esto? —preguntó tomando un aire serio.

—Voy a acabar contigo—sonreí.

Aunque en el fondo una pequeña preocupación pasó por mi cabeza. Mi hijo no puede sufrir daño alguno.

—Bien Bullrich, ¿Qué gano yo si peleo contigo?

Levanté las cejas con sorpresa y me reí por su interés.

RULER Libro I  (+21)Where stories live. Discover now