Final

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Capítulo narrado por Adele:



—Si te traje aquí, fue porque queríamos que vieras como asesinamos al pequeño Eddy... para morir va a sufrir... será su tortura y la tuya —
Dijo Lucy sonriendo de forma cínica. Estaba encerrada en una celda, mientras tenían a Eddy acostado en una camilla con lo que parecía ser una lámpara de luz solar roja, apenas estaba abriendo los ojos, se veía bastante débil.
—¡Si te atreves a tocarle un solo cabello, yo misma te arrancaré el corazón! —
Grité sosteniendo las barras de la celda con furia.

Cuando Lucy quizo hacerme elegir entre ambos, yo simplemente estuve a punto de colapsar. Pero Eddy me miró y asintió, ni siquiera me dejó responder porque él mismo quizo entregarse a cambio de que su hermana y yo estuviéramos bien. Y pasaron días desde ese momento, estuvimos buscándolo para traerlo devuelta a casa, pero Lucy junto a Nicholas se las ingeniaron para esconderlo. Mi único consuelo durante esos días fue que Conner haya vuelto sano, dijo que difícilmente pudieron escapar de la trampa de Lex, pero lo hicieron.
Y fue la misma Lucy quien me trajo al lugar en donde estaba mi hijo, para que viera el como lo lastimaban.
—Puedes decir lo que quieras, no me asustas —
Respondió sin dejar de lado su maldita sonrisa. Gruñí frustrada y pateé las barras de la celda en un intento por descargar todo lo que sentía; me sentía impotente, mientras mi hijo esperaba que fuera su salvación, yo estaba aquí sin poder hacer algo.
—¿Por qué no trajiste a la niña? —
Preguntó Nicholas dirigiendo su mirada a la rubia.
—La niña justo ahora está más vigilada que nunca, su papá no la deja ir sola a ninguna parte, al igual que el resto de su familia —
—Te estoy pagando para que... —
—La traeré después, ahora encárgate de él —
Los ojos azules de Eddy hicieron contacto con los míos, podía ver el miedo en ellos, aún así me sonrió débilmente. Estoy segura de que ya lo habían lastimado, mucho antes de que me trajeran hasta acá.
—Todo va a estar bien, cariño, lo prometo —
Dije tratando de calmarlo, pero algo en el fondo de mi ser me decía que solo estaba mintiéndole a él y a mí.
—Mamá... —
Musitó extendiendo su mano con debilidad, iba a decir algo más pero el dolor de la corriente de electricidad hizo que no completara la palabra y a cambio gritara. Mis ojos se humedecieron al escucharlo quejarse y querer liberarse, fracasando en el intento. Cubrí mis oídos con ambas manos, y les pedí que pararan, pero no lo hicieron.
Mi corazón se estaba partiendo en pedazos. Él estaba tan vulnerable y yo no hacía nada. Él estaba tan vulnerable ¡y yo no hacía nada! ¡Él estaba tan vulnerable y yo no hacía NADA!
—¡SUFICIENTE! ¡Te daré mi vida a cambio de la de él! ¡Déjalo ir! —
Grité con todas las fuerzas que tenía, lo cual pareció hacerle gracia a Lucy, porque soltó una enorme carcajada.
—Así no funciona, murciélago. Di y ofrece lo que quieras, nuestra forma de vengarnos será con tus hijos —
—¡Será mejor que vayan buscando un lugar en el cual esconderse, porque en cuanto salga de aquí, voy a deshacerme de ustedes dos! —
Y sin importar cuanto los amenazara, ellos seguían con su tortura. Entonces solté un grito desgarrador. Prometí cuidarlo y no dejar que nadie lo lastimara, pero evidentemente le fallé. Fracasé en lo único que debía hacer... protegerlo.
Derramé tantas lágrimas, grité y rogué hasta quedarme sin voz, me lamenté por no ser la madre que merecía, me ofrecí en su lugar y aún así no pude evitar que lo lastimaran. Yo le hice tanto daño, fui yo quien lo atrajo a mis problemas. Mi culpa. Solo mía.
Estaba sentada en una esquina, abrazando mis rodillas y odiando mi existencia, cuando escuché que una persona más llegaba.
—¡Madre! —
Me levanté al escuchar la voz de mi hija menor, ella no podía estar aquí, eso era peligroso.
—Abby... ¡¿Qué haces aquí?! —
Se acercó hasta la celda y me sonrió levemente.
—Fui en busca de Lina, ella me dijo que tal vez los traerían aquí y vine... para llevarlos a casa —
—¿Dónde está tu padre? T-tú no puedes estar aquí, véte —
—No lo haré —
Miré a la persona que estaba detrás suyo, ella al notar la preocupación en mi rostro dió la media vuelta.
—La pequeña ha venido por voluntad propia... me haces el trabajo más fácil —
Exclamó Nicholas sonriendo y sacando el pequeño pedazo de kryptonita.
—N-no te atrevas —
Amenacé apuntándolo con el dedo índice.
—No te preocupes, aún no es su turno... tu pequeño león es muy valiente, ha soportado la tortura, sin embargo está agonizando... lo que nos quiere decir que no logrará salir vivo de aquí —
Tomó del brazo a Elif y la hizo entrar conmigo a la celda, por la poca fuerza que tenía gracias a la piedra color verde no pudo resistirse.
—Para que no intentes escapar —
Le colocó un collar que reducía sus poderes a cero.
Y al igual que a ella, trajeron a Eddy conmigo. Ni siquiera podía mantenerse en pie, sus ojos parecían querer cerrarse, me senté en el suelo y lo acosté.
—Cariño —
Acomodé su cuerpo de tal forma que su cabeza quedara recostada en mis piernas, acaricié su cabello con delicadeza y besé su frente.
—Mamá —
Susurró sonriendo, lo que me reconfortó.
—Voy a sacarlos de aquí, lo voy a hacer —
Dije segura de mis palabras. Elif se acercó a mí, acomodó su cabeza en mi hombro y me abrazó.

The Life of a Wayne Girl.Where stories live. Discover now