Lejos de casa (2)

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—¿Por qué lo tendría yo?... bueno, mis antecedentes no ayudan, ¿cierto? —
Dijo la rubia con mechas de color rojo y azul, a la vez que soltaba una enorme carcajada. Adele no resistió más y golpeó su rostro, haciéndola callar.
—Si tú lo tienes, juro que ye voy a matar —
Amenazó la chica, tratando de contener sus ganas de acabar con ella.
—Tu hijo es muy famoso, todos hablan de ese niño por venir de una importante familia... cualquiera podría tenerlo... y aunque no lo creas, esta vez soy totalmente inocente —
Alzó las manos y sonrió juguetona. Dick tomó del hombro a su hermana menor, para evitar que le propinara un nuevo golpe a la criminal. Lucy aún sonriendo, se inclinó y puso sus manos esposadas sobre la mesa de metal, le hizo una seña con la cabeza a Batgirl, para que se acercara.
—Habla ahora o lo lamentarás —
Dijo antes de dejarla hablar.
—Por el momento, la tía Lucy no ha tenido oportunidad de conocerlo... yo te recomiendo buscar muy bien entre tu familia... la historia se repite, ¿no? —
Lo último lo susurró y después volvió a reír. La azabache frunció el ceño y se alejó molesta, por no obtener lo que quería. Salió de la sala de interrogatorio y se encontró con Conner, quien la envolvió en un abrazo.
—Cielo, deja que me encargue ahora, debes descansar —
Besó su frente y acarició sus mejillas.
—Ya dije que descansaré cuando esté conmigo —
Sus ojos se llenaron de lágrimas, sin embargo, evitó a toda costa el echarse a llorar; debía mantenerse fuerte y con la mente fría, para hacer las cosas bien.
Volvieron a casa, después que no encontrar algo que ayudara en la búsqueda de su hijo.
Adele subió a la habitación del pequeño, soltó un suspiro al ver todas sus cosas e inconscientemente, tomó el oso de peluche que yacía en la cuna. Lo miró por unos segundos y sintió que todo dentro de ella se desmoronaba al no tener a su amado hijo. Cayó de rodillas y lloró todo lo que se había guardado en el tiempo que llevaba desaparecido.
Abrazó el peluche con fuerza y cerró los ojos. ¿Y si alguien le había hecho daño? ¿Y si él estaba triste? ¿Ya los habría olvidado? O peor aún... ¿y si ya era tarde?
Todas esas cosas rondaban por su cabeza, no quería pensar en lo peor, quería mantener las esperanzas y creer que pronto lo tendría a su lado y podría besar su frente para hacerlo dormir. Le habían dicho que perder un hijo dolía demasiado y la verdad es que ya no podía más con eso... ¿así es como se habría sentido su madre? ¿Se habría sentido desesperada e impotente? ¿Se habría sentido culpable de no haberlo cuidado mejor? ¿Habría sentido que todo su mundo se derrumbaba en tan sólo unos segundos? ¿Habría querido matar a todos y salir huyendo para olvidar el dolor?
Quería saber donde estaba, quería tenerlo consigo. ¿Cómo alguien podía causarle tremendo dolor a una madre?
Sintió que alguien la abrazaba y no se resistió, porque lo necesitaba. Se acurrucó contra la persona y siguió llorando desconsoladamente, en ningún momento soltó el oso de peluche.
—Está bien, cariño, estoy contigo —
Esa era la voz de su mamá, quien se encontraba también destrozada al ver el estado en que ella estaba. Sabía a la perfección el como se sentía y entendía que nada de lo que le dijeran podría calmarla; porque ella había sentido lo mismo que su hija al perderla y no deseaba que pasara por lo mismo.
Habían buscado por mucho tiempo, primero pensaron que Lucy era quien lo tenía y al encontrarla, se desilusionaron terriblemente sabiendo que no era ella quien los llevaría al paradero del pequeño. Y todo parecía ser igual a la vez en que habían separado a Adele de sus padres; sin embargo, había un pequeño detalle totalmente distinto a esa ocasión... tenían a toda una familia reunida que no iba a descansar hasta encontrar a Eddy.
—Por fin se quedó dormida —
Informó Selina a Conner y Bruce, que estaban preocupados por el estado de la chica, que no había dormido en semanas.
—Deberían hablar... por ningún motivo se vayan a abandonar —
Aconsejó el mayor de los Wayne.
—Tú también deberías tomar un descanso... sé que esto resulta frustrante —
Conner asintió ante las palabras de Selina, pero realmente tampoco quería descansar, al igual que su esposa, deseaba hacerlo cuando su hijo estuviese de vuelta.

Y mientras la familia Kent-Wayne pasaba por esa situación tormentosa e intentaba recuperar al pequeño Eddy, los Luthor trataban de lidiar con él.
—¿Y qué es lo que harás con él? —
Le preguntó Lina a su padre, con el bebé en brazos, que miraba a su alrededor con mucha curiosidad.
—Aún sigo pensando que opción me es más conveniente —
—Llevárselo a los Al Ghul, es una excelente idea... ellos sabrán que hacer con él —
Comentó Nicholas, con los brazos cruzados.
—Pero... es un bebé y... —
—O podrías acabar con él —
Los ojos de la chica se abrieron ampliamente con algo de miedo.
—¿Estás proponiendo...? .... ¡por supuesto que no! ¡Eso es muy cruel! Ni siquiera pude terminar la pregunta de lo demasiado cruel que es —
—¿Y qué propones? —
Retó el rubio a su hermana.
—Como ya dije, no creo que haya mucho que pensar... papá, convierte a Eddy en lo que no pudiste convertir a Conner —
—Eso implica cuidarlo y no será fácil... los bebés no son para nada fáciles, Lex, déjale el trabajo a alguien más y termina con esto, que también se está volviendo una tortura para mi —
Replicó el chico, mientras ponía ambas manos en el escritorio frente a su padre.
—Ya lo decidí Nicholas... como dijo tu hermana, no hay más que pensar... Eddy es la clave para acabar con esa familia... crecerá pensando que somos su única familia, le daré todo lo que le falta para ser mejor que Superman y cuando tenga la edad suficiente, saldrá para acabar con ellos —
La joven asintió ante la orden y el chico, rodó los ojos con molestia; lo que menos quería era lidiar con el hijo de su despreciable "hermano".
—Creo que tiene sueño... lo dejaré en su habitación —
Habló la rubia, mirando al menor que se tallaba los ojos. Salió de la sala en donde hablaban, y subió para dejar dormir a Eddy. La habitación en que dormía estaba completamente segura, no había nadie de afuera que pudiera sospechar que ese niño estaba viviendo en esa casa; habían cámaras monitoreando todo y uno que otro juguete para que no molestara.
Lo dejó en la cuna con mucho cuidado y se sentó al lado, para esperar a que durmiera. Sin saber como, Eddy había robado parte de su corazón y por lo tanto, evitó a toda costa que Nicholas convenciera a Lex de dejarlo con los Al Ghul.
—¿Por qué no te duermes? Parecías cansado... —
Lo volvió a abrazar e hizo una mueca, al notar que había un puchero plasmado en su rostro. La verdad es que Eddy extrañaba su casa y en especial, a su madre; era la única que podía calmar en cuestión de segundos su llanto y que lo conocía a la perfección. Empezaba a balbucear cosas, hasta que dijo mamá y Lina podía estar entreteniéndolo con muecas graciosas, pero siempre decía "mamá"; aunque claro, poco a poco la pedía con menos insistencia... tal vez se estaba olvidando de ella.
—Cuando seas grande, serás un niño muy guapo y muy inteligente... porque sí me he dado cuenta de que observas todo con mucha curiosidad y sabes imitar algunas cosas —
Besó su mejilla y lo miró con algo de pena, pues era muy lindo para que lo usarán como método de tortura. Porque si que estaban torturando a toda su familia y en especial a sus padres.

The Life of a Wayne Girl.Where stories live. Discover now