Misión + Queen Family.

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—Holly, ¿ya podemos jugar?—
Preguntó el pequeño Henry Queen, mientras miraba a su hermana ir de un lado a otro con un montón de vestidos en la mano.
—Dame un segundo.—
—¡Pero, ya te di cinco mil segundos!—
La rubia ignoró el comentario de su hermanito y siguió con su maquillaje.
¡Sería su primera cita con James! Y ella debía lucir increíble. Es por eso que llevaba más de cinco horas preparándose y más de una, diciéndole a Henry que le diera un segundo.
—Holly.—
Dijo el menor con un puchero en el rostro. Ella sonrió ampliamente y se vió al espejo una última vez.
—¡Listo!—
—¿Ya podemos jugar?—
Preguntó emocionada el pequeño.
—Oh...uhm...este...¡oh, mira quién vino!—
Holly señaló a la puerta de su habitación, por la cual iba entrando Roy. Genial, él era su salvación.
—¡Haper!—
—Te faltó una 'r' al principio, pero no importa.—
El pequeño Queen se lanzó a los brazos de su hermano mayor.
—¿A dónde vas?—
—Voy a salir.—
Respondió la chica ante la pregunta del pelirrojo.
—¿Con quién?—
—Con un chico.—
—¿Lo conozco?—
—Tal vez.—
La rubia le dió un beso en la cabeza a su pequeño hermano y salió de su habitación. Bajando las escaleras se encontró a su padre, el cual la vió confundido.
—¿A dónde vas?—
Cuestionó Oliver.
—Iré de compras con Adele.—
Mintió la menor, pues sabía que sí le decía que tendría una cita, Green Arrow le clavaría una flecha justo en el corazón a su cita. Sin remordimiento alguno.
—¿Y por qué tan arreglada?—
—¿Eso importa?—
Sin más, Holly salió y fue hacia dónde James la esperaría para su primer cita.

Durante la tarde, después de que la Liga de la Justicia tuviera una reunión importante, Oliver se quedó hablando con Bruce. Y bueno, las cosas no salieron tan bien como Holly las tenía preparadas. La verdad salió a la luz.
—Adele y Damián salieron a una misión.—
—Uhm no...Adele está con Holly de compras.—
Bruce arrugó el entrecejo. Eso era imposible. Su hija ni siquiera estaba en el país.
—No...yo la mandé a una misión con Damián.—
—No, estoy seguro de que Holly me dijo que iría de compras con Adele...olvídalo.—
Oliver se despidió de él y se encaminó a la Mansión Queen. Tenía que esperar a su hija para tener una larga charla con ella.

Mientras del lado de Holly y James...
—¡Yo lo hago! Amo las flechas.—
Exclamó emocionada la rubia. Le quitó el arco al chico y apuntó al blanco. Respiró hondo y lanzó. Justo donde quería.
—Oye, eres buena.—
—Lo sé.—
El dueño del puesto le dijo a Holly que eligiera su premio. Decidió tomar un coche de juguete para más tarde dárselo a Henry.
—¿Por qué el coche?—
—Se lo daré a mi hermano.—
—¿Tienes un hermano?—
—Si, acaba de cumplir cinco años.—
Siguieron caminando hacia otros juegos. En verdad, ambos estaban empatizando muy bien. Tenían varios gustos en común y James era un chico muy lindo.
—Podemos ir a la casa de los espantos.—
Sugirió el chico un poco dudoso.
—¡Genial!—
Holly tomó de la mano al ruso y entraron a la atracción. En definitiva, Holly no era como cualquier chica. Ella era distinta y divertida. Eso le gustaba a James. Y él, era distinto y lindo. Juntos eran perfectos.
—¿No te asusta nada de esto?—
—No...una vez que conoces a Joker y su familia de locos...nada te asusta...nada.—
—¿Quién es Jo..Yo...Yokerr?—
La chica soltó una risita por lo tierno que se vió el muchacho al no saber pronunciar el nombre del villano. De hecho, habían varias palabras que le costaba pronunciar, aunque su inglés era muy bueno para ser sinceros.
—Se dice Jo-ker...es un tipo loco con apariencia de payaso. Le parece divertido matar a la gente.—
—¿Cómo lo conociste?—
—Bueno, él es de Gotham y Adele es mi mejor amiga y vive en Gotham...ella es famosa, así que ya te imaginarás las veces que ha intentado matarla.—
El chico hizo una mueca. Holly no le iba a decir que Adele era Batgirl y que por eso eran las enemistades. No sabía sí él sabía sobre lo que hacía por las noches su cuñado y que por algún tiempo, también hizo su hermana. Además, era el secreto de su amiga, no el de ella.
—¿Tú también eres famosa?—
—Digamos que si. Mi padre es Oliver Queen y es millonario.—
—Vaya.—
Siguieron caminando. Todo estaba con tranquilidad. O bueno, aparecían "monstruos y personajes terroríficos", pero ninguno se espantaba.

En una isla de alguna parte del mundo...
—¡Agh! ¿A dónde se fueron esos malditos?—
Exclamó la chica Wayne.
—No lo sé...pero creo que pretenden dejarnos morir aquí de hambre.—
Respondió Damián mientras se sentaba en el suelo y hacía una mueca por lo sucio que estaba.
—Sí papá nos viera aquí...se decepcionaría.—
Susurró la menor, agarrando los barrotes de la prisión que les habían construido. Los tipos malos habían sido muy amables con ellos al no matarlos y simplemente dejarlos solos a la deriva.
—No lo creo...bueno, sí lo creo.—
—Y lo peor que es que nos quitaron todas las armas e incluso las que tenía escondidas en la bota.—
La chica se sentó al lado de su hermano. La misión tenía que ver con Deathstroke. Batman mandó a sus hijos menores, porque ambos eran buenos en lo que hacían...y además, se suponía que era algo sencillo y que no se encontrarían al mercenario.
—Saldremos de aquí...ya no se nos ocurrirá algo.—
Adele se puso de pie en cuanto vió llegar a Slade.
—¡Hey tú! ¡Idiota con traje desechable!—
El mayor la volteó a ver, no tenía la máscara puesta por lo cual, su sonrisa se dió a notar.
—La pequeña Selina Kyle...en verdad es un honor conocerte.—
—Tengo una propuesta que hacerte.—
—Habla.—
—Primero, déjame salir.—
Slade soltó una risa. Damián se puso de pie confundido.
—No voy a hacer eso.—
—¿A qué le tienes miedo? Estoy desarmada y tú tienes todo un arsenal.—
El mercenario alzó una ceja. Ella tenía razón, no podía atacarlo sí no tenía con que defenderse. Además, tenía curiosidad de saber que es lo tenía que decir.
—De acuerdo...no hagas nada estúpido.—
—¿Qué estás haciendo?—
Preguntó el de ojos color esmeralda a su hermana menor.
—Busco nuestra salida.—
Le susurró.
—La muerte no es la mejor salida.—
La puerta de la celda se abrió. La chica salió con las manos alzadas y Damián trató de hacerlo, porque no quería dejarla ir.
—Quédate quieto.—
Advirtió el mayor.
—Sí le haces daño...te juro que voy a arrancarte la cabeza con mis propias manos.—
—Pequeño bocón...no le haré nada, siempre y cuando ella se porte bien.—
Deathstroke vigilaba cada movimiento de la menor.
—Ya estás afuera...habla.—
—Mi padre dijo que no te encontraríamos...se suponía que no estaban en esta isla...¿qué te hizo cambiar de opinión?—
—¿Viniste a hacer un trato o a sacarme plática?—
—Tienes razón.—
La chica le soltó un golpe en la mejilla al mayor. Él la miró con furia en los ojos.
—Te dije que no hicieras nada estúpido.—
Y así ambos empezaron con una pelea, en la que Batgirl tenía las de perder.
Damián miraba la escena preocupado. Quería salir y ayudar a su hermana, pero no podía hacerlo.
—¡Déjala! ¡En cuanto salga de aquí, te voy a romper los brazos!—
La chica cayó al suelo, estaba empolvada. Escupió sangre. Tomó tierra, se puso de pie y le lanzó a los ojos la tierra a Slade.
—¡Estúpida!—
Sólo le dió unos segundos de ventaja. Nuevamente cayó al suelo, pero esa vez el mercenario puso su pie en la cabeza de ella.
—¿Todavía te arden los ojos?—
—Eres igual de estúpida y bocona que tu hermano. No pensaba herir tu precioso rostro, pero te lo has ganado.—
La puso de pie y la encerró en la celda.
—¡¿Qué tienes en la cabeza?!—
Damián se acercó a ella y la empezó a examinar. Estaba molesto por la tontería que hizo.
—Él no nos va a dejar salir...así que...conseguí esto.—
Le enseñó una bala que había logrado tomar en la pelea.
—¡Oh, eso es genial! Ahora, ¿por qué no vas a que te pateen el trasero otra vez y consigues una pistola?—
Exclamó con sarcasmo la bolita de odio. Su hermana soltó una risita.
—Las pistolas son más grandes y más difíciles de ocultar.—
Respondió la menor con simpleza. Slade se acercó a ellos.
—Nunca pensé en dejarlos vivos...así que instale una bomba que detonará en diez minutos...es mi regalo para Batman.—
Una vez que dijo eso, los dejó solos.
—¿Qué haces?—
Preguntó el de ojos color esmeralda, cuando vió que la menor de los Wayne, se acercaba a donde estaba el candado de la celda. Ella tomó una piedra y la bala la puso sobre el candado.
—Aplico lo que vi en una serie.—
—Oh claro...¿y sí nos servirá de al...?—
Con la piedra golpeó la bala y el candado y eso causó una pequeña explosión.
—Creo que si nos sirvió.—
Abrió la puerta y sonrió. Dejó que Damián saliera primero.
—La serie debe ser buena.—

The Life of a Wayne Girl.Where stories live. Discover now