Sobre los Harrington.

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—Debo apurarme, debo apurarme...¡¿cómo se me pudo haber olvidado?!—
Exclamó Adele caminando de un lado a otro de la habitación en Monte Justicia. Metió unas cosas en su mochila, se puso las zapatillas y luego se sentó para tratar de peinar su cabello.
Conner entró a ver a su novia, notó que estaba algo apurada; así que no dijo nada, sólo se sentó en la cama para prestar atención a cada uno de sus movimientos.
—¡Agh!—
Aventó el lápiz labial color rojo y se cruzó de brazos, pero luego recordó que no tenía tiempo para hacer berrinches. Molesta, metió todo el maquillaje a su lugar y cuando estuvo a punto de levantarse, unas manos se posicionaron en sus hombros, haciendo que se sobresaltara un poco.
—Tan sólo relájate un poco, cariño.—
Dijo el chico de ojos azules, Adele sonrió de lado.
—Tengo una cita hoy y voy tarde.—
El chico arrugó el entrecejo, ¿una cita? Debía hablar de una cita de trabajo o algo así, ¿no? Bueno, es que había sonado algo raro.
—¿Cita?—
—Uhm, si...me pidieron salir en la portada de una revista, así que debo estar presentable.—
Explicó la joven, mientras tomaba su mochila y su celular, lista para partir.
—¿Quieres que te lleve?—
—No es necesario, creo que estoy a tiempo.—
Ambos sonrieron, se dieron un corto beso y Adele salió de la habitación para ir al lugar en donde le tomarían las fotos para la revista. En la sala, se encontró con Holly, la cual "se ofreció" a acompañarla. Realmente, exigió ir con ella, porque no tenía nada que hacer.
Tardaron alrededor de una hora para llegar hasta la ubicación. Entraron y las recibieron personas muy amables, porque eran hijas de personas famosas y porque, Adele sería la imagen de la portada.
—El Señor De Luca, está por acá.—
Indicó una joven asistente. Las chicas la siguieron y dentro de una habitación estaba un hombre de mediana edad, daba instrucciones y de vez en cuando, explotaba y gritaba todo tipo de insultos.
—¡Ay! Lo lamento, señorita Wayne...no sabía que ya había llegado...¿por qué no me avisas, Jade?—
Exclamó el señor sonriendo a la peli-negra.
—¿Y quién es la joven rubia?—
—Es mi amiga, vino porque...realmente no sé porque vino.—
—¡Vine a hacer amigos! Mucho gusto, soy Holly Qu...—
—¡Sé quién eres, preciosa! Conozco a todas las celebridades.—
La rubia sonrió ampliamente. Después de unos segundos, decidió dejar a su amiga sola con el señor De Luca, para hacer amigos.
—De acuerdo...toma asiento ahí, empezaré con el maquillaje.—
La joven asintió y tomó asiento frente a un tocador con muuucho maquillaje y un enorme y hermoso espejo rodeado de luces. Realmente, esperaba que la sesión no durara mucho; cuando era pequeña, amaba la idea de ser una mujer famosa y que le tomaran muchas fotos...pero al crecer y conocer a su verdadera familia, esa idea cambió. Supo lo que en verdad era vivir rodeada de paparazzis y flashes.
—De acuerdo querida, hablemos sobre nosotros. Empezaré yo...me llamo Luigi De Luca, conocí a tus padres cuando estaba en la preparatoria, hablo de Julia y Michael...—
Adele abrió ampliamente los ojos por lo sorprendida que estaba.
—Ah, dos cosas...¿Tú conociste a Julia y Michael?Y, ¿por qué Luigi?—
—Si y me llamo Luigi, por Mario Bros. Mi padre amaba jugarlo.—
—¿Uhm? No estoy segura de que Marios Bros haya existido en esa época.—
El mayor soltó una carcajada, que confundió a la chica.
—¡Ay! Tontita, no es por eso...mis padres son italianos.—
—Ya veo.—
—Y bien, dime, ¿por qué Adele?—
Cuestionó él mientras le ponía un poco de mascara para pestañas. La chica sonrió.
—Uhm, no lo sé...supongo que por la cantante.—
Respondió de forma divertida la menor. Él hizo una mueca.
—No creo que Adele haya saltado a la fama en esa época.—
Ambos soltaron una risita traviesa.
—Por una amiga de papá.—
Dijo finalmente en un susurro.
—Uh, una amiga.—
—Una amiga...ella era policía, arrestó a varias personas que traficaban a niños. Era una mujer muy valiente, según me contó papá; no le temía a nada, pues realmente cumplía con su misión de ser policía. Murió salvándole la vida a él, por eso papá decidió ponerme Adele, en honor a ella.—
El señor De Luca sonrió. De pronto, la chica sintió algo de melancolía, cerró los ojos y sonrió mientras tocaba la pulsera de oro que colgaba de su mano derecha.
—Así que tienes el nombre de una heroína...¿tú también eres una heroína?—
Adele abrió los ojos ampliamente. Soltó una risita nerviosa.
—Uhm...n-no lo creo, lo único que salvé fue el semestre.—
—¡Y la moda, querida! Te vistes di-vi-na.—
Soltaron una carcajada. Luigi siguió con el maquillaje, lo hacía con mucha paciencia; en definitiva era su pasión. La joven de cabellos negros se quedó con la duda sobre Julia y Michael.
—Uhm, ¿dices que conociste a mis padres? ¿Cómo? ¿Por qué me entero hasta ahora?—
—Ah, querida...los tres nos hicimos amigos durante la preparatoria, ellos ya eran pareja desde esa época. Al graduarnos, yo tomé un camino diferente al de ellos; aún así manteníamos contacto. Te recuerdo de pequeña, porque sí querida, yo te cargué cuando tenías unos cinco meses.—
El mayor sonrió, terminó el maquillaje y miró a la joven de forma orgullosa. Su trabajo había quedado magnífico y combinado con la belleza de Adele Wayne...era maravilloso.
—Ninguno me dijo que eras adoptada, pero yo supe al instante que no eras hija de ellos. Julia tenía un aspecto más tierno, sus ojos proyectaban inocencia y los tuyos...a pesar de ser tan pequeña, tu mirada proyectaba firmeza...eras tan pequeña y tu carácter era el de una fiera; tus ojos me parecieron muy hermosos, ninguno de los dos tenía ese color de ojos tan hermoso. Y aún así, ellos te amaban. Desearon tanto un bebé que cuando vieron la oportunidad de tener uno, la amaron y protegieron son todo su ser.—
Adele tenía los ojos llenos de lágrimas. Ese era un tema muy delicado para ella. De sólo recordar ese día en el que le dieron la mala noticia, todo dentro de ella se derrumbaba. Luigi le acarició la mejilla y sonrió.
—Eres igual a Selina Kyle...tus padres se sacaron la lotería con una hija tan bella, bondadosa e inteligente. No llores, porque Julia y Michael te ven desde su estrella y te cuidan...además, el maquillaje se puede arruinar.—
La chica soltó una risita y se secó las lágrimas que habían recorrido sus mejillas. Se puso de pie y la sesión de fotos empezó.
Holly estuvo presente en la mayor parte de la sesión dándole apoyo a su amiga y Luigi estuvo también, para dar instrucciones y charlar un poco más con Adele.






The Life of a Wayne Girl.Where stories live. Discover now