Normalidad.

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—Holly, ¿has visto a Adele?—
Preguntó Conner a la chica que se devoraba un tazón de palomitas. Ella asintió y después de pasarse el bocado que tenía en la boca, habló:
—Le iba a decir algo realmente vergonzoso que me pasó con James y papá, pero dijo que tenía que ir a buscar a Nicholas...¿quieres que te cuente algo realmente vergonzoso que me pasó con James y papá?—
El chico tenso la mandíbula y apretó los puños. Pensó que ya todo había quedado arreglado, pero su novia era necia. Salió de la sala dejando a Holly sola.
—¡Hey! ¡Adele me dijo que no fueras! Bueno...en verdad me dijo que no te dijera...¡espera!—
Su puso de pie y dejó el tazón de palomitas en el sofá. Corrió pero su amigo ya había desaparecido y la verdad es que no tenía muchas ganas de ir detrás de él.
—¿Qué sucedió?—
Dijo John poniéndose frente a la rubia.
—Le dije a Conner algo que Adele me pidió que no le dijera, estaba distraída que no me di cuenta de lo que mi boca soltó. A ambos quería contarles algo realmente vergonzoso que me pasó con James y papá.—
—¿Qué le dijiste exactamente?—
—Que Adele fue a buscar a Nicholas Luthor.—
El joven hizo una mueca. Sabía a la perfección que esos dos no se llevaban para nada bien. Y también sabía sobre el supuesto sentimiento de Luthor hacia la novia de su hermano.
—¡Oh, John! ¿Quieres que te cuente algo realmente vergonzoso que me pasó con James y papá?—
Él no contestó y salió a buscar a Conner para evitar un posible caos. La chica hizo un puchero y se cruzó de brazos.
—¡Con un 'no' era suficiente!...¡grosero!—
Hizo un mohín y se sentó en el sofá para seguir comiendo palomitas.

Mientras, Nicholas y Adele se encontraban hablando sobre la fórmula que reactivaría los poderes de Conner. El chico -por obvias razones- no quería ceder ante las súplicas de ella.
—¡¿Tanto te cuesta darme una pista?!—
—Sabes que Conner no es precisamente mi mejor amigo.—
La chica cerró los ojos y contó hasta tres. Había sido amable, pero ya era hora de cambiar eso, puesto que no estaba teniendo efecto. Abrió los ojos y se abalanzó hacia él para tomarlo de la camisa.
—¡No estoy de humor para tus estúpidos juegos! ¡Dame lo que quiero o no te dejaré ni hacer una última petición!—
El teléfono de la joven sonó. Tenía una llamada de Conner. Soltó al idiota que tenía frente a ella y contestó.
—¿Dónde estás?—
—Llámame más tarde, ahora estoy a punto de sacarle los ojos a alguien.—
—Que ni se te ocurra hacer algo peli...—
—Nos vemos al rato.—
Colgó y notó la mirada burlona del rubio.
—No me digas, yo adivino...te estaba regañando porque no le pediste permiso para salir.—
Ella gruñó y le propinó un buen golpe que le rompió el labio.
—Yo no le tengo que pedir permiso a nadie.—
Soltó molesta. El chico rió y se limpió la poca sangre que le había salido.
—Lo sé princesa, lo sé.—
En un movimiento rápido la tomó de la cintura y acercó su rostro al de ella, a unos centímetros de unir sus labios.
—Te prometo que algún día me amarás...aún más de lo que amas al kryptoniano.—
Susurró contra sus labios. Ella trató de zafarse pero el agarre del muchacho era tremendamente fuerte.
—Estás enfermo.—
Susurró con odio.
—Aprenderás a amarme, Adele.—
—Eso nunca.—
—Nunca digas nunca, princesa.—
—¡Te prohibido que me llames así!—
Nicholas no respondió, suavizó el agarre, cerró los ojos...estuvo a punto de besarla, pero ella le dió un golpe en el estómago que lo dejó sin aire. Se dobló y tocó el área en dónde había sido herido.
—¡Deja de jugar y dime lo que quiero saber!—
Le dió unos segundos para que se recuperara y luego lo volvió a tomar de la camisa. Lo amenazó con asesinarlo sí no hablaba. Justo en ese momento, John llegó para calmarla un poco.
—Pero, ¿qué tenemos aquí? A Superbaby. El menor de los kryptonianos.—
Comentó con burla el rubio.
—Nicholas...que no se te olvide lo que te hice la vez pasada.—
—Que no se te olvide a TI, lo que le hice a tu novia, a la cual por cierto no pudiste salvar. ¿Qué tan seguido vas a visitar su tumba? ¿Eh?—
El chico se lanzó a él para atacarlo, esa vez fue Adele quién tuvo que detenerlo. Le susurró que se calmase, porque muerto, no le podrían sacar la información que necesitaban.
—Te encanta que te den una paliza por bocón, ¿no es así, Nick?—
Mencionó burlona la menor de los Wayne.









The Life of a Wayne Girl.Where stories live. Discover now