Thalia Al Ghul.

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Adele se encargaba de detener a Thalia, Holly y Annie trataban de terminar con los hombres que habían -curiosamente, aparecieron más después de la llegada de la mujer Al Ghul-. Para ninguna era muy fácil la lucha, al contrario, veían su derrota cerca; la única esperanza que tenían, era el resto de los Wayne que ya se habían tardado en llegar.
—Estoy decepcionada de Bruce...creí que te entrenaría mejor, pero resultaste ser un fraude...al igual que tu madre.—
Con la katana, le hizo un corte en la mejilla. Adele, soltando un grito de dolor, trató de devolverle el mismo movimiento, pero no logró siquiera tocarla un poco. Se tocó la mejilla y vió la sangre, gruñó y con las pocas fuerzas que tenía, logró hacerle un corte en el brazo.
—¿Por qué no lo puede dejar en paz?—
—Porque esa mujer no es digna de él...ella es tan sensible y débil y le está contagiando esa debilidad. Deje que saliera con ella, porque pensé que la insignificancia de Annie Larsson lo haría dejarla, pero no fue así...debí haber evitado esa boda o debí asesinarla antes.—
—Le recomiendo comprarse un corazón nuevo, porque el que tiene...esta muy podrido.—
Trató de volver a clavar su espada en el brazo de la mujer, pero no consiguió ni siquiera rozarlo. Se estaba cansando, pero de cualquier forma no cedería ante la derrota. Su orgullo Wayne no la dejaría rendirse muy rápido.
—Ya me cansé de esta aburrida pelea, lo haré más rápido, para así poder matarte.—
Mencionó Thalia limpiándose algo de sangre que había salido de su labio, por un golpe acertado por parte de la menor.
—Veamos sí será rápido.—
Retó la peli- negra empuñando el arma.
A pesar de que la mujer Al Ghul era buena en sus movimientos, Adele había logrado darle varios golpes y lo más importante, le había herido el brazo con un corte de la afilada katana.
La pelea empezó a intensificarse. Ambas dejaron las espadas a un lado. En ese momento, por cada golpe que Adele daba, ella le regresaba como diez al mismo tiempo. Simplemente, lo único que le ayudaba eran sus reflejos.
—¡Eres lenta!—
La joven escupió sangre y la miró con rabia. Se levantó del sucio suelo, limpiándose la sangre de la boca.
—Eres valiente, pero eres muy necia y aún sigues siendo una niña, al creer que eres invencible.—
Comentó la mayor mirando la herida de su brazo. Volteó a ver a Adele y sonrió. Una idea llegó a su cabeza.
—¿Sabes? Siempre tuve ganas de vengarme de esa gata ladrona, por haberme quitado a Bruce.—
Se detuvo en una esquina.
—Sólo habla y habla y ni siquiera puede escuchar lo que dice...¿cómo puede decir que mi papá era suyo, sí nunca lo tuvo realmente?—
Respondió la menor mirándola a los ojos y tratando de descifrar su siguiente movimiento.
—Basta de juegos.—
La golpeó varias veces y con una rapidez impresionante, no la dejó ni tomar un poco de aire para recuperarse. Logró quitarle el arma. La aventó hacia una mesa de vidrio que había en la sala, el estruendo, alarmó a Holly y Annie, quiénes voltearon a ver. La tomó del cabello con brusquedad.
—¡Agh! ¡Suéltame!—
Gritó con algo de debilidad, pues el impacto la había aturdido. La mayor, aún sin soltarle el cabello, la acercó a ella...
—¡Adele!—
Gritaron las otras dos jóvenes cuándo vieron que Thalia, había clavado su espada en el estómago de la chica, sin ningún remordimiento. La joven abrió los ojos con sorpresa y miró la herida.
—Mándale saludos a tu padre de mi parte.—
Le susurró al oído mientras sacaba la espada y se ponía de pie, con un movimiento de cabeza, ordenó a sus hombres retirarse. Sonrió al ver el gran dolor que había dejado en la familia. Ese tan sólo era el principio de más muertes que causaría en los Wayne.
—Adele...amiga.—
Holly corrió y se arrodilló a su lado. La tomó de la cabeza y vió la herida.
—¡Adele!—
Gritó Conner apareciendo en la casa. Habían solicitado su ayuda, pues hombres de la liga de asesinos habían impedido a la Bat-family llegar donde estaba Thalia. Incluso Selina había salido a ayudar.
—Cielo...—
Quitó algunos mechones de cabello que cubrían su rostro y acarició su mejilla. Holly se quedó al lado de su amiga, le dijo a Annie que llamara a la ambulancia y eso hacia ella.
—S-se ve mal...—
Susurró Adele mirando su mano ensangrentada. Volvió a ponerla en su estómago. Vió a su chico y le sonrío débilmente.
—Cariño...e-estarás bien.—
Ella negó, con su mano libre tomó la de él , cuándo vió que se ponía de pie.
—Q-quédate aquí, ¿quieres?—
Pidió con la voz quebrada.
—Estarás bien...n-no me dejes, ¿de acuerdo?—
Besó su mano con dulzura y acarició su cabeza.
Conner quería mantener las esperanzas y las de su novia, después de todo, eso era lo que significaba la S en su pecho. Pero en el fondo sabía que era muy probable que ella no sobreviviera.
—T-te amo.—
Le susurró ella. El chico empezó a sentir que sus ojos se llenaban de lágrimas.
Superboy sabía que el corazón de su novia, iba latiendo con debilidad. Ambos estaban llorando. Tal vez, no todos tenían su final feliz. Tal vez, ella debía morir para salvar a otros. Tal vez, ellos no estaban destinados para estar siempre juntos.
—Y-yo también te amo.—
Se puso de pie y la cargó cómo sí fuese una princesa. No pensaba esperar a que la ambulancia llegara, él mismo la llevaría al hospital. En ese momento no importaba el futuro escándalo que se armaría con la prensa, lo importante era salvar la vida de su novia.
Annie y Holly avisaron al resto de la familia lo que sucedía, cómo estaban cerca del hospital, fueron los primeros en llegar.
—¡Mi hija!—
Gritó asustada Selina al ver el grave estado de su pequeña. Se acercó a ella y a Conner que la tenía en brazos. Rápidamente, los doctores corrieron a auxiliar a la joven. La llevaron a quirófano, para ver que podían hacer. Karol trabajaba cómo médico en ese hospital, ella se iba a encargar de tratar a Adele, por ser de confianza en la familia.
—¡Tienes que salvarla! Por favor, te lo ruego...es mi hija...sálvala.—
Pidió Selina mirando a la señora Todd, ella asintió y corrió hacia donde estaba su cuñada.
A todos se les partió el corazón, al ver tan mal a la señora Wayne. A nadie le podía doler más. Era su madre, la había tenido durante nueve meses en su vientre y la amaba demasiado.
—N-no la q-quiero perder otra vez.—
Exclamó abrazando a su esposo. Joker se la había arrebatado cuándo Adele era a penas una bebé. Y después, llegaba Thalia para quitársela nuevamente. Eso no era justo, le arrebataban a su hija de la forma más cruel que pudiese existir; pensaba que era a ella a quien mejor debían quitarle la vida.
Pasado un tiempo -que fue muy largo para el resto de la familia-, Karol apareció en su campo de visión, no parecía tener buenas noticias.
—¿Cómo está mi hija?—
Preguntó Selina, poniéndose de pie.
—Ella...ella esta siendo muy fuerte, está luchando por su vida...pero, en realidad, no hay mucho que yo pueda hacer...su estado es crítico.—
Explicó con una mueca de tristeza. Era difícil para ella dar ese tipo de noticias, entendía el dolor de la familia, después de todo...Adele se había ganado una parte de su corazón, además, era muy importante en la vida de Hailee.
—Vamos, K, haz lo que sea necesario.—
Mencionó Jason con un tono de voz entristecido, ella se acercó a él y acarició sus mejillas.
—Lo siento, Jay...la herida es muy grave, yo ya no puedo hacer nada...sólo nos queda esperar.—
Lo soltó y les dió una última mirada de tristeza. Se fue para seguir trabajando, lo había intentado, pero realmente, todos sabían que moriría.
—Y-yo...iré por un café.—
Se excusó el segundo petirrojo dejando la sala de espera. En verdad, no quería que lo vieran abatido. Esa chica era su hermana y sin querer, le había robado parte de su corazón. Y cómo sí no fuese suficiente la tortura, una serie de recuerdos llegó a su cabeza. Cada una de sus palabras de aliento que a veces solía darle, para hacerlo sentir mejor. Cada una de las veces en que juntos le hacían travesuras a sus hermanos. Ella era muy joven y aún mantenía un noble corazón, no merecía que alguien le cortara las alas de esa forma. Él mismo se había prometido que nadie lastimaría a uno de sus hermanos menores.
—Te prohibido que te vayas.—
Susurró golpeando la máquina de comida. Tenía los ojos cerrados y las lágrimas recorrían sus mejillas.
Mientras, Conner había entrado a verla. Estaba conectada a varios aparatos y tenía un respirador. Se veía tan frágil e indefensa, dolía verla así. Su rostro estaba pálido y el brillo que la caracterizaba, estaba perdido.
—Cielo, sé que eres demasiado orgullosa para morir...así que...por favor, levántate y dime que estás bien, cómo sueles hacerlo siempre.—
Besó su mano con suavidad y del bolso de su pantalón, sacó el anillo que le había comprado. Pensaba dárselo después de derrotar a la mujer Al Ghul y sus hombres, pero no funcionó.
—Hubiese preferido que dijeras no, en vez de verte así...tienes que despertar y demostrarnos que eres más valiente de lo que pensábamos...aún no has cumplido ninguno de tus planes...—
Le susurró sin despegar la vista de su pálido rostro.
—...querías conocer Italia, aún no lo has hecho... querías ir a uno de esos palacios que salían en las películas de princesas, no lo has hecho...además, ¿recuerdas que me preguntaste sí quería ser padre? Pues si, sí lo quiero ser y quiero que tú seas la madre de mis hijos...quiero que vistas a nuestra hija con los vestidos más hermosos y que le pongas moños de colores...y a nuestro hijo, quiero que lo cuides de toda aquella niña que te lo quiera arrebatar.—
Poco a poco su voz se empezaba a quebrantar. Ella no lo podía escuchar y tampoco parecía querer despertar. Pero simplemente, no lo podía dejar.
Miró el anillo y luego volteó a ver su cuello. El collar con dije del infinito que le había regalado en su primera navidad, yacía colgado en su cuello, nunca se lo quitaba. Y el anillo combinaba a la perfección con ese collar.
—P-por f-favor...d-despierta.—
—Tiene que hacerlo...ella jamás se rinde.—
Habló Selina mientras estaba recargada en el marco de la puerta. Se escuchaba segura, pero en el fondo estaba deshecha.
—Eso hará.—
Dijo Conner limpiándose unas lágrimas traicioneras, al mismo tiempo que se levantaba.
—¿Le ibas a proponer matrimonio?—
—¿Cómo...?—
Selina señaló el anillo. Él asintió y lo guardó en el bolso de su pantalón.
—Bueno, Bruce te habría colgado del techo, mientras abajo te esperaba una tina llena de kryptonita...pero igual, lo habría aceptado y ella... su respuesta sería un si.—
Se acercó a su hija y besó su cabeza, iba a decir algo más, pero la máquina a la que estaba conectada Adele, empezó a emitir un sonido alarmante.
—No...¡trae a Karol, rápido!—
Exclamó la señora Wayne mirando al joven. Ni siquiera fue necesario llamarla, ella entró a la habitación y pidió que se fueran, pero Selina se resistía.
—¡No, mi hija! ¡No dejes que se muera! ¡Te lo ruego!—
Gritó asustada. Conner la tomaba de los hombros y evitaba que se acercara a ella. Karol trató de hacer lo mejor que pudo, trató de regresarla.
—¡Te lo suplico! ¡Salva a mi hija! ¡Adele, despierta! N-no puedes...n-no nos puedes dejar... ¡por favor...! T-te lo ruego...—
Calló al suelo de rodillas, lloraba con mucha intensidad. El escándalo no tardó en llegar con el resto de la familia, corrieron de inmediato a la habitación.
—¿Qué le sucede a mi hermana?—
Preguntó Damián preocupado. Bruce se arrodilló al lado de su esposa y le besó la cabeza.
—Lo siento.—
Dijo Karol mirándolos con tristeza. Damian salió corriendo de la habitación, para que no lo vieran triste. Selina no lo podía creer, volteó a ver al kryptoniano; él asintió dando a entender que ya no podía escuchar el latido de su corazón.
Karol abrazó a su esposo y él no tardó en hundir su rostro en su cuello y llorar desconsoladamente.
La señora Wayne se puso de pie y se aferró al cuerpo de su hija.
—¡No! Adele...¡despierta, quédate conmigo! N-no me dejes...vamos despierta, mi pequeña gatita.—
Bruce se acercó y la abrazó con más fuerza, le dijo que ella se había ido...que no podían hacer más.
Dick miró a Babs, que estaba a su lado, no se molestó en no dejar ver su tristeza; mientras que Tim, decidió ir a un rincón a descargar su dolor.





Y bueno...
No sé sí esto era lo que esperaban, aunque supongo que tenían otras teorías...
Ah...lo sucedido definitivamente fue una tragedia 😔
¿Qué creen que pase después?

The Life of a Wayne Girl.Where stories live. Discover now