Metrópolis.

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Adele abrió los ojos. Volteó a su lado derecho y vió el espacio de la cama vacío, rodó los ojos y se puso de pie. Fue al baño, se lavó los dientes y la cara. Después, caminó hasta la sala. Prendió la televisión y vio que en las noticias, aparecía su novio golpeando a un grupo de criminales.
—Oh, ya despertaste.—
La chica volteó a la entrada del departamento. Su chico acababa de llegar.
—Dime que traes el desayuno.—
—Lo traigo.—
Levantó una bolsa. Ella sonrió y se acercó para darle un corto beso.
—Es lo menos que podías hacer, al dejarme sola.—
—Cielo, fui a...—
—Sí, sí, como sea...me muero de hambre.—
El chico sonrió y dejó la bolsa de comida en la mesa. Ambos se sentaron y empezaron a desayunar.

Más tarde, Conner estaba trabajando en el Daily Planet, mientras que Adele lo esperaba en casa. Ella tenía su trabajo en Wayne Enterprise al lado de su padre.
La chica miraba al cachorro que estaba acostado en el suelo, el a su vez la miraba con las orejitas levantadas. Ella esbozó una sonrisa, supuso que Krypto quería jugar o algo así. Se levantó del sofá en que estaba sentada.
—¿Quieres salir? Podemos ir al parque.—
Krypto movió la cola y se levantó.
—Vamos, ven acá.—
Adele tomó una correa y se la puso a Krypto, antes de salir del departamento, ella dijo:
—Yo sé que te gusta estar libre en el parque, pero por favor, no te alejes ¿de acuerdo? Trata de portarte bien, ¿si?—
La mascota ladró y ella sonrió. Salieron y se encaminaron al parque.
Al llegar ahí se detuvieron a descansar. Miraban a los niños jugar con otros niños, o con sus padres. También veían a parejas tomadas de la mano. Una que otra persona llevaba a su perro a pasear.
De repente, un niño se les acercó, venía muy sonriente.
—Que bonito perrito.—
Susurró acariciándolo. Adele sonrió y Krypto sólo dejo que el niño le hiciera mimos.
—¿Cuál es su nombre?—
—Se llama Krypto.—
—¿Krypto? Tiene un nombre bonito.—
El niño era rubio de ojos color negro. Su madre se acercó al ver que ya no venía a su lado.
—Hey, Andrew vamos.—
Le tomó la mano y le sonrió a Adele. El niño se despidió de ella con la mano, y le dijo a Krypto "adiós".
—Bueno, amiguito, al parecer los niños te adoran, porque hay más niños que te han estado viendo.—
Le susurró la chica al cachorro. El inclinó su cabeza en las piernas de la chica, para que ella le hiciera mimos. Wayne sacó su teléfono y le mandó una foto de ella y Krypto a su novio, el perro empezó a ladrar, eso hizo que ella guardará el teléfono y volteará a ver hacia donde su mascota.
La peli-negra frunció el ceño. Se levantó y dió la vuelta para regresar a casa, pero la persona a quien Krypto ladraba, la tomó de la mano y la hizo girar.
—Espera, uhm yo...—
—Me tengo que ir.—
El rubio no le soltaba la mano, así que ella la apartó bruscamente.
—No te atrevas a tocarme otra vez.—
Exclamó la chica. Nicholas tenía una cara apenada. Trató de volver a tomarle la mano, pero Krypto le ladró, de tal forma que pareciera, que se le quería echar encima. El de ojos grises dió unos pasos hacia atrás.
—Sólo...sólo quería saber como estabas.—
Le susurró.
—Bien, aunque no creo que eso te importe.—
—Claro que me importa...—
—¡Por favor! Sí tanto te importara, no tratarías de asesinar a mi novio, cada que tengas la oportunidad. Por último, déjame recordarte algo...la última vez que nos vimos, te dije que no volvieras a hablarme en el resto que te quedaba de vida.—
Adele dió la media vuelta y se fue caminando con Krypto.
Llegaron hasta el departamento. Wayne le quitó la correa al canino, después tomó una ducha. Salió del baño con la bata puesta, al verse al espejo se le ocurrió una idea. Empezó a maquillarse un poco. Fue al armario en donde había un poco de ropa de ella. Se puso una falda negra con botones al frente, una blusa color vino y unas zapatillas del mismo color que la falda.
—Bien, amiguito, ¿te parece sí te dejo cuidando la casa?—
El canino se acostó en el suelo y miro con ojitos tiernos a la chica.
—¡Vamos! No me mires así, sólo será un momento... prometo volver a tiempo.—
Krypto se puso de pie. Al parecer la chica Wayne lo había convencido. Ella sonrió y le acarició la cabeza, para después salir del departamento.
Fue hasta el Daily Planet, en donde esperó a que el ascensor se detuviera. Tuvo que ponerse lentes oscuros. En los últimos dos años, había aprendido que ser una Wayne no era fácil. Los reporteros y paparazzis estaban por todos lados, tratando de averiguar lo que pasaba en su vida.
Así que, ir al Daily Planet, era ir a buscar sus propios problemas. Por eso los lentes oscuros. Esperaba que los reporteros no la reconocieran.
—Hola...¿se puede saber que es lo que hace una chica tan guapa, aquí?—
Dijo de manera coqueta, un chico moreno de ojos cafés y cabello color negro. Le sonrió dejando mostrar sus dientes. Adele lo miró con una ceja alzada.
—Uhm, supongo que tú me puedes ayudar.—
—En lo que desees, preciosa.—
—Dos cosas...la primera, deja de coquetearme, porque mi novio está en el mismo lugar que tú... segunda, necesito que me digas, ¿dónde está Conner?—
El chico frunció el ceño. Luego sonrió ampliamente.
—¿Él es tu novio?—
—Esa no es la respuesta que te pedí.—
—Sígueme.—
La chica lo siguió. Llegaron hasta la oficina de Conner. Adele al ver a su novio, corrió a sus brazos y le plantó un beso en los labios.
—¿Qué haces aquí?—
Le preguntó el de ojos azules, al separarse.
—Quería verte, pero dime, ¿estás ocupado? Porque sí lo estás, será mejor que me...—
—No, de hecho, creo que podemos ir a comer algo... ya es mi hora de salida, ¿qué dices? Muero de hambre.—
—Eres un tragón, pero está bien...vamos a comer.—
—Entonces...¿Adele Wayne es tu novia?—
Preguntó realmente asombrado Will, ese era el nombre del chico.
—¿Todavía sigues aquí?—
Exclamó algo fastidiada Wayne.
—Eso, todo mundo lo sabe.—
Le respondió Conner al moreno.
—Pensé que sólo era un cuento...como sea, será mejor que me vaya.—
El chico les sonrió y se fue. Adele le sonrió a su novio y le volvió a dar un pequeño beso.
—Entonces...¿nos vamos?—
—Vamos.—
Ambos jóvenes salieron del Daily Planet.
Fueron a comer y después llegaron al departamento de Kent.
Krypto empezó a ladrar y a mover la cola de un lado a otro. Estaba feliz de ver a su amo.
—Hola amigo.—
Conner se agachó a la altura del canino, el cual empezó a lamer su rostro, señal de alegría.
Adele sonrió y se sentó en el sofá. Amaba ver a su novio feliz y sonriente. Y Krypto muchas veces lo hacía sonreír.
—Ahora que los veo así, siento que extraño a Buddy.—
Dijo la joven, recordando el rostro de su pequeña mascota cuando ella se preparaba para ir a Metrópolis. Empezó a chillar y hacer expresiones adorables para que ella no se fuera, pero Adele le prometió que Damián lo cuidaría bien y que al regreso le traería un regalo.
Conner miró a su novia. Le sonrió y tomó asiento a su lado.
—Pero estoy segura de que Dami lo cuida bien... pero en todo caso de que descubra que no ha sido así, le arrancaré la cabeza con mis propias manos.—
—Debes dejar de ver tantas películas.—
—Algunas dejan una buena enseñanza...como las películas de terror.—
—¿Qué enseñanza pueden dejar las películas de terror?—
—Muchas...por ejemplo, nunca preguntes ¿quién anda ahí? Porque nadie te contestará...o que el asesino siempre es el que menos esperaban...o en caso de que haya la presencia de un espíritu, es porque viene a buscar venganza...y otra cosa que aún no logro entender, ¿por qué sí viven en una casa embrujada no se larguen simplemente de ahí?—
Conner soltó una risa. Adele a veces solía ser muy ocurrente. Y eso le gustaba mucho de ella, que alegraba su día.
Pasaron el resto del día viendo películas y también haciendo teorías y preguntándose cosas de las películas de terror.








¡Holaaaa! 🤗
¿Cómo están? Yo espero que más que excelente...  Yo estoy bien...un poquito atareada por las evaluaciones de la escuela, pero nada del otro mundo....espero que -para los que estén leyendo esto- les haya gustado el cap. Sí fue así, voten y ¿por qué no? Dejen su comentario.
Sin más...
Les mando besos 😙.

The Life of a Wayne Girl.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora