Hablemos.

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Antes de que los viajeros de Tierra 3 se fueran, hubieron ciertas circunstancias complicadas. Lucy Quinn hizo de las suyas. Se las arregló para secuestrar a Adele y a Kate, pues descubrió lo de la visita de los doppelgängers. Las torturó a ambas, pero al final llegaron a rescatarlas.

Adele soltó un suspiro. Estaba sentada en su cama, con la cobija cubriéndole de la cintura hacia abajo. Se puso a pensar en lo que había pasado el día anterior. Su doppelgänger le había dicho que sentía que ella era muy capaz y lista. Le aconsejó no dejarse llevar por las cosas que Meghan le decía y que arreglará las cosas con Conner.
Conner entró a su habitación sin tocar la puerta. Adele limpió algunas lágrimas que le habían salido. Le sonrió al chico de ojos azules.
—Hola...Damián dijo que dormías.—
Susurró él con una pequeña sonrisa.
—Hola...eso hacía, pero...al final me cansé de dormir.—
Le contestó Adele. Ambos soltaron una risita. De pronto, ella sintió que se quedaba sin aliento. Esa era la sensación que él le provocaba. ¿Así se sentía el verdadero amor?
—Uhm...¿podemos hablar?—
Le dijo él, con cierto nerviosismo en su voz. Adele asintió. Ambos necesitaban hablar.
—Lo siento.—
Murmuró la joven.
—¿Por qué?—
—Porque lo arruiné...tenías razón, a veces suelo comportarme de forma infantil. Y bueno, yo no soporto que alguien quiera arrebatarme lo que más amo...como la vez que golpeé a Marie, una niña que iba en mi salón del preescolar...quería robarse a mi muñeca "Lola".—
El kryptoniano la miró atentamente. Sabía muy bien que a ella le dolía que la apartaran. Tal vez, se sintió apartada, cuando el salió de misión con Meghan. Porque, Adele y Conner nunca habían hecho eso como pareja.
—Adele...—
—Y lamento haberte hecho una escena de celos. Eso es algo que...es algo bobo...sé que debería actuar como una adulta, porque eso es lo que soy... sé que soy un completo caos y que debería confiar en ti...también sé que las inseguridades deben quedar atrás...pero, lo lamento ¿ok? Cuando te veo cerca de ella, siento que me dejarás y que saldrás corriendo a sus brazos...es que...ella formó parte importante de tu vida, fue tu primera amiga, tu primera novia y tu primer amor...y tú conmigo, eres el primero en todo.—
La chica empezó a soltar un par de lágrimas. Conner se le acercó. Con su pulgar empezó a limpiar las lágrimas de ella. Le sonrió.
—Yo también lo siento...siento no haber notado antes como era Meghan. Siento haberte dicho cosas hirientes... pero, pienso que deberías aprender a confiar en mí, de lo contrario esto no va a funcionar. Sí no confías en mí, nada de lo que yo intenté hacer servirá.—
Ella hizo una mueca. El chico de ojos azules tenía razón. La peli-negra tenía la cabeza gacha, pestañeo un par de veces y luego lo miró directo a los ojos.
—Tienes razón. Yo...yo confiaré más en ti, pero... es que realmente no sé sí esto que tenemos, sea algo oficial o simplemente un juego de niños.—
Él frunció el ceño.
—¿A qué te refieres?—
—Quiero saber sí esto será algo formal, o sí sólo sales conmigo para distraerte.—
—Yo no te veo como un simple juego. Para mí, eres muy importante. Y si, quiero que esto sea algo formal, algo oficial...porque yo quiero que de esto, podamos tener un futuro juntos.—
Habló muy seguro de sí mismo. Adele soltó un suspiro.
—Bien...yo lo intentaré, sí tu lo quieres intentar.—
Susurró. Él sonrió.
—Pues...hagámoslo.—
Ambos sonrieron. Conner acarició la mejilla de la chica, y ella lo tomó de la nuca. Y así, con una amplia sonrisa, unieron sus labios en un tierno beso.
—Toda está locura de los dopelangers, nos ayudó en cierta parte.—
Susurró ella después del beso.
—Doppelgängers, se dice doppelgängers.—
Le corrigió él.
—Doppelgängers, dopelangers...es lo mismo.








—¡Holly Queen! ¡¿Cómo te atreviste?!—
La rubia hizo una mueca. Estaba sentada en el sofá de la sala de su casa, hacía pucheros y se mordía las uñas constantemente. Adele la regañaba sin piedad, tal cual lo haría Holly.
—Es que...—
—¡Es que nada! ¡Holly! ¿A caso no lo pensaste? ¿Cuántos años se supone que tienes?—
—Dieciocho, casi diecinueve, como tú.—
—¡¿Y por qué no piensas como una chica de dieciocho años, casi diecinueve?! Sólo a ti se te ocurre.—
Holly se hizo bolita en su asiento. Era divertido verla como una niña recién regañada. A Holly Queen nunca se le veía así, ella era quien te hacía ver así.
—Lo lamento ¿okey? Soy una adolescente enamorada.—
—¿Enamorada? Ja, ese cuento yo no me lo trago. Tú no estás enamorada, jamás lo has estado.—
—Bueno, ¿y qué tal sí es la primera vez?—
—Holly, escucha...no me molesta que estés enamorada, al contrario, me fascina la idea...lo que me molesta, es que hayas escogido precisamente un amor a laaaaarga distancia.—
La chica Wayne se sentó al lado de su amiga. Le dió un corto abrazo para reconfortarla. La rubia hizo una expresión de tristeza.
—No sería la primera relación a distancia...Conner vive en otra ciudad y aún así, siguen juntos.—
—Holly, tú lo has dicho...otra ciudad, pero...¡él vive en otra Tierra! ¡Otra Tierra! ¿Sí entiendes eso?—
—Bueeeno, pinchas un botón con uno de los aparatos de Star Labs y ya...estás en la otra Tierra, no le veo lo complicado.—
Adele se dió un golpe en la frente. A veces Holly era exageradamente optimista, pero ¿qué podía hacer? Era su mejor amiga y la debía aceptar.
—Holly, sólo piensa...imagina que ambos se gustan demasiado, tanto que se quieren casar...¿dónde vivirán? ¿En Tierra 3 o Tierra 2?...¿quién dejará a su familia para formar una nueva? ¿Tú o él? Ninguno querrá hacerlo, ¿o tú lo harías?—
—¡Claro...que no! Que él se mude, ¿yo por qué? Sí me ama, el vendrá aquí.—
—¡Exacto! ¿Y sí él no quiere dejar a sus amigos? ¿Y sí no quiere dejar a su familia? Holly, piensa en eso.—
—Podemos vivir la mitad del año en Tierra 3 y la otra aquí.—
Adele rodó los ojos. Esa chica, o no tenía remedio o era demasiado optimista. La rubia sonrió ampliamente. Esa idea era buena.
—¿Y qué hay de los niños? Sí tienen hijos, ¿qué pasará? Holly, entiende...¡lo que tienen es im-po-si-ble...¡imposible!—
—Ya no me regañes...yo no te regaño tan feo.—
La peli-negra soltó una risa. ¡Claro! No la regañaba tan feo. Era peor que feo.
—Porque eres mi amiga te digo todo esto. Lesath y tú no pueden estar juntos, por el simple hecho de que son diferentes y de que son de distintas dimensiones, ¿lo has entendido?—
—No somos tan diferentes...además, besa bien.—
—¡Maldición! Que me den paciencia, ¿qué voy a hacer contigo?—
Adele la tomó de los hombros y la zarandeó.
—¿Ya se hicieron novios? ¿Ya te dijo que quiere estar contigo? ¿Ya te lo dijo? ¿Cuanto tiempo llevan de conocerse?—
—No, no, no y...creo que un día...además, él ya se fue.—
Holly hizo un puchero.
—Un día...nadie se enamora en un día.—
—¿Quién dice que no? Lo conozco muy bien y su forma de ser, me ha enamorado.—
Adele soltó una risa. El chico de Tierra 3, de nombre Lesath, había descongelado el corazoncito de la hija mayor de Oliver y Felicity. Y bueno, los viajeros de la otra Tierra, ya se habían ido.
—De acuerdo, dices que lo conoces muy bien. ¿Cuántos años tiene?—
—Ah...este...—
—¿Tiene una mascota?—
—Ahm..si...no...espera...—
—¿Cuál es su color favorito? ¿Cuál es su comida favorita? ¿De que país es? ¿Prefiere los gatos o los perros? ¿Qué expresión hace cuando está molesto? ¿Cuál es su arma favorita para luchar?—
Holly agachó la cabeza. Ella tenía razón. No se conocían lo suficiente, además, nunca dijeron algo de ser novios. Sólo fue un beso y ya.
Levantó la cabeza con una sonrisa.
—¿Y tienes las respuestas a todas esas preguntas sobre Conner?—
—Claro. Él tiene veintiún años, casi veintidós. Krypto es su mascota. Su color favorito es el azul, debe ser el azul, porque yo lo digo. Su comida favorita es la lasaña, porque yo lo digo. Es del mismo país que yo, duh. Prefiere los perros a los gatos. Cuando está molesto, arruga el entrecejo de forma muy divertida y su arma favorita para luchar, es claramente su puño, no necesita más.—
Holly iba a protestar, pero mejor se quedó callada.
—De acuerdo, tienes razón.—
—Me duele verte así Holly, pero, es mejor que le cuentes a tus hijos sobre ese amor imposible.—
—Ya, de acuerdo.—
Se quedaron un rato silencio. Holly sonrió y habló.
—¿Y sí me presentas a un amigo tuyo? Por ejemplo Nate, el muchacho de Boston.—
—Holly Queen, no tienes remedio.—








Holaaaa, cómo están? Yo espero que bien.
Lamento la tardanza, pero es que, con esto de la cuarentena, siento que los maestros dejan muchas tareas y la verdad es que se me han ido acumulando y luego me distraigo rápido, porque al hacer la tarea pongo música y me distraigo cantando 😝😅
Pero, bueno, hasta el momento me quedan poquitos pendientes...creo.
Sólo espero que no la estén pasando tan mal, con esto de quedarse en casa. Yo sé que probablemente ya se los han dicho muchas veces, pero, por favor, cuídense y cuiden a los niños y abuelitos. En verdad, deseo con todas mis fuerzas que esto acabé pronto y que no sea con tanta devastación.
Sin más...
Adiooooos 😚

The Life of a Wayne Girl.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora