Un novio para Holly.

462 49 17
                                    

—¡No, Hailee, no!—
La bebé soltó una risita, volvió su vista hacia en frente.
—Vamos, hermosa bebé...vuelve aquí.—
Tim dió un paso adelante y la pequeña avanzó.
—¡Conner! ¡Necesito tu ayuda!—
El mencionado salió de la habitación, con un biberón en las manos.
—¿Crees que la leche esta...? Rayos, ¿qué se supone que Hailee quiere hacer?—
—No lo sé, ¿rodar por las escaleras? ¡No preguntes y usa tu super velocidad para atraparla!—
Conner asintió y corrió hacia la pequeña, la cual estaba a punto de avanzar un poco más y rodar por las escaleras.
—No sé tú, pero estoy seguro de que cada uno será un pésimo padre.—
Comentó el chico de acero, con la pequeña en brazos. Tim asintió dándole la razón. Y es que sólo llevaban una hora cuidándola, y Hailee ya les había sacado varios sustos.
—¿Dónde esta la monstruo?—
Preguntó Damián acercándose. Cuando vió a la pequeña, le entregó el peluche de Red Hood, que Adele le habían regalado a su hermano.
—¿Cuándo se dormirá?—
—Le mandé un mensaje a Adele preguntándole y dijo que su hora de siesta es a las tres.—
—Oh, genial...sólo una hora más.—
Y sí, los tres jóvenes pensaron que una hora pasaría rápido y que la pequeña Todd se portaría bien.
Pero, no fue así. Hailee les dió guerra y demostró ser una pequeña enfadosa, sí se lo proponía.
—Hailee, come.—
La bebé movió la cabeza de un lado a otro, negando mientras reía. A Tim le había tocado darle de comer, pero ella se resistía.
—Vamos, hermosa bebé.—
La niña sonrió cuando le dijeron "hermosa", abrió la boca y su tío se alegró, porque pensó que ella cedería a la papilla de brócoli. Pero cuando el tercer chico maravilla, estaba a punto de meter la cuchara, Hailee cerró la boca y soltó una risita.
—¡Me engañaste! Pequeña bebé tramposa.—
—Drake, no puedo creer que no puedas darle de comer a una niña.—
Tim dejó la cuchara a un lado y miró mal a Damián.
—Sí crees que puedes hacerlo mejor, hazlo.—
El de ojos color esmeralda sonrió y tomó la cuchara para darle de comer a su sobrina.
—De acuerdo, come pequeña enfadosa.—
Mientras, Conner mantenía una conversación con su novia...
—¿Cuándo volverán?—
—Uhm, no lo sé...más tarde.—
—Por favor...Hailee es como un torbellino.—
—¡Vamos! No seas tan chillón...nos vemos más tarde, James nunca ha probado el algodón de azúcar y quiero ver su reacción...adiós.—
—No, Adele, ¡no me...!...y ya me colgó.—
El chico rodó los ojos. Bajó hacia la cocina para ver como les iba a los Wayne con Hailee.
—¡Maldita mocosa! ¡Come ya!—
La bebé negó con la cabeza y soltó una risita.
Conner entró y vió a Damián con la cara y ropa manchada de comida. Tim estaba escondido detrás de la barra.
—¿Qué rayos...?—
—¡La niña es un desastre! ¡Escupe la comida y la avienta con una rapidez y puntería...!—
—¡Agh! ¡Pues no comas!—
Damián dejó la cuchara y tomó servilletas para limpiarse el rostro. Hailee hizo un puchero.
—No, no llores.—
La pequeña empezó a llorar con mucha potencia. Ese fue su berrinche del año. Tim la abrazaba y la trataba de hacer dormir, pero sus llantos aumentaban. Damián se cubría los oídos y Conner empezó a recoger el desastre y mientras trataba de aguantar los llantos de la bebé.
—¡Es suficiente! ¡Cállate ya!—
Gritó Damián. Hailee se quedó callada por un momento, pero ese momento fue muy corto; pues volvió a soltar un llanto.
—Tengo una idea...¿quieres galletas?—
Ofreció Tim. La pequeña de ojos color jade dejó de llorar y sonrió. Tomó la galleta y se la devoró en cuestión de segundos.
—En conclusión, Tim será el mejor padre de entre nosotros tres.—
Comentó Conner. Damián soltó un suspiro. Aquello era cierto, a él no lo habían construido con el don de la paciencia. A su creador se le había pasado la fórmula del mal humor.
—Jamás pensé que diría esto, pero...Adele tiene razón.—
—¿En qué cosa?—
—Adele decía que quería buscarle novio a Holly, pero yo le dije que esa era una mala idea.—
Explicó Conner. Los Wayne se miraron entre ellos. Comprendieron al instante que, James sería el novio perfecto para Holly. Y siendo así, ni Annie, ni Caitlin, ni mucho menos Adele, se le acercarían más al ruso.
—Bien, entonces...hagamos que James y Holly se interesen el uno por el otro.—
Mencionó Tim.
—Queen ya está interesada en el hermano de Williams.—
—En eso Damián tiene razón.—
—Entonces, hagamos que James se interese en Holly.—
Dijo Conner. Los tres chicos se miraron entre sí y asintieron sonriendo. Era el plan perfecto.
Hailee soltó un gruñido desde su sillita, empezó a dar golpecitos con sus pequeñas manos, para llamar la atención y así conseguir más galletas.








—James es tan lindo.—
Dijo suspirando Annie. Las otras dos asintieron dándole la razón.
Ellas acababan de llegar a la mansión Wayne. La pequeña Todd estaba dormida en la habitación de la tía Adele y mientras, los chicos se encargaban de armar su plan perfecto.
—Por cierto, ¿dónde está él?—
Cuestionó Adele. Caitlin y Annie se miraron.
—¡Holly Queen!—
Gritó la chica Wayne.
—Cielo...—
Exclamó Conner impidiendo que su novia fuera detrás del ruso y su amiga.
—¿Qué sucede?—
—Ven, ven conmigo.—
El chico la tomó de la mano y la llevó lejos de la sala, en donde se quedaron Annie, Caitlin y sus respectivas parejas.
—¿Qué pasa? ¿Por qué tanto misterio?—
—Dijiste que pensabas buscarle un novio a Holly... y bueno, creo que encontré al indicado para ella.—
Adele sonrió ampliamente, soltó un chillido.
—¡Yei! ¿Quién es? ¿Lo conozco?—
—James Williams.—
La sonrisa de la chica desapareció al instante.
—¿James? ¿Por qué James?—
—Cariño, es perfecto para ella...¿no lo ves? Ustedes dicen que él es un chico lindo.—
—Si, pero...pero...agh...tienes razón.—
Conner sonrió. Sabía que la idea iba a funcionar. La atención se le arrebataría al ruso.
—Antes, dime una cosa...¿por qué estaban tan pegadas a James? ¿Eh? ¿A caso les gusta a las cuatro, el mismo muchacho?—
—¡No! Pero, él es guapo.—
—Yo también soy guapo.—
—Y es inteligente.—
—Yo también soy inteligente.—
—Tiene un bonito carácter.—
—Yo tengo un bonito carácter.—
—Y es ruso.—
—Yo también soy...no, no soy ruso...¿y eso que tiene que ver?—
La chica Wayne sonrió. Después soltó una risa. Ya entendía lo que estaba pasando. Duh, era obvio, su chico de acero estaba celoso del chico ruso. Y pensándolo mejor, sus hermanos también lo estaban.
—Hey, tranquilo...el muchacho es lindo, pero tú me gustas...sólo tú.—
Ella se le acercó y le dió un beso en la mejilla.
—Lo siento...creo que...creo que lo que hicimos fue estúpido.—
—Si, si lo fue.—
—Pero no volverá a pasar, porque...porque haremos que James y Holly sean novios.—
—Respecto a eso...yo no quiero ayudar.—
—¡Oh! Claro que me ayudarás...TÚ, propusiste a James como novio de Holly.—
—Pero...—
—Pero, nada...mañana empezaremos con la fase uno del plan.—

The Life of a Wayne Girl.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora