Mamá...

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Adele estaba sentada en la cama, abrazando sus rodillas y con la mirada perdida. Selina le había dicho que el corazón de una madre sabía donde se encontraba su hijo y si estaba o no en peligro.
Estaba pensando y analizando todo lo que habían logrado obtener en las últimas semanas... que se habían convertido realmente en casi dos meses.
Tenía el ceño fruncido y en su cabeza sólo pasaba que quien fuese la persona que había plasmado ese dolor en su corazón lo pagaría.
"Yo te recomiendo buscar muy bien entre tu familia". Las palabras de Lucy habían cobrado sentido después de un tiempo. Se levantó de la cama y se preparó para salir.
Se suponía le habían dicho que tenía prohibido salir sola o hacer algo por su cuenta... incluso había discutido con su hermano mayor-menor la noche anterior, porque él no quería que fuese buscar a Eddy, pensaba que hacer eso no era tan sano para ella. Y eso la molestó, pues él no podía comprender la situación por la que pasaba.
—¿Piensas salir? —
Le preguntó Holly, impidiendo que pudiera salir de la habitación, venía junto a Selina, ambas querían ver como se encontraba y la sorprendieron lista para ir a alguna parte.
—Si —
Respondió tratando de salir, pero la rubia no se lo permitió.
—Voy contigo —
Comentaron ambas mujeres.
—No es nece... —
—¿A dónde vamos? —
La pregunta la hizo suspirar resignada, pues sabía que ellas irían tras suyo sin importar que. Sin que nadie lo notara, salieron de la casa y se dirigieron a la de los Luthor.
Las recibió una mujer que dijo que no podían entrar, pues "no había nadie en casa". Aún así, Adele no le tomó importancia y entró sin permiso.
—Señori... —
—¡¿Dónde diablos estás, Lex?! ¡Te recomiendo esconderte bien, si no quieres morir! —
Gritó la azabache dirigiéndose a la sala. Caminó por otros pasillos, hasta abrir la puerta de una oficina, lo vió sentado tras el escritorio leyendo unos papeles.
—Que sorpresa... no creí que la hija de Bruce Wayne viniera a verme —
—Te voy a matar... ¡dime dónde lo tienes! —
Con sus manos golpeó el escritorio exigiendo una respuesta.
—¿De qué hablas? —
—¡No te hagas el idiota! ¡¿DÓNDE ESTÁ MI HIJO?! —
El mayor la vió con una ceja alzada y negó con la cabeza.
—Así que no supieron cuidar a mi nieto —
—Era extraño que quisieras protegerlo... ya sabía que sólo buscabas tu propio beneficio... si lastimaste a mi hijo, juro que te mataré —
—¿Me estás amenazando? —
La mencionada frunció el ceño y contuvo sus ganas de atacarlo, después de encontrar a Eddy, lo mataría.
—... no soy culpable de todo lo malo que les pase a ti y a Conner... busca en otra parte, aquí no está —
La chica gruñó y salió de la oficina para buscar por su cuenta en la casa.
—Adele, ¿qué haces aquí? —
Cuestionó Nicholas bajando las escaleras, se notaba algo sorprendido por verla en su hogar, la única vez que había ido, había sido porque la "secuestró", nunca fue por su propia cuenta.
—Lo idiota lo sacas de tu padre —
Respondió con furia.
—Me enteré de lo de tu hijo, es una lástima —
—Dejen de fingir, sé perfectamente que está aquí y cuando esté a mi lado, voy a colgar sus cabezas para que todo Metropolis se enteré de que nadie se debe meter con Adele Wayne —
Se cruzó de brazos y detrás suyo, aparecieron su madre y su mejor amiga, las tres no se veían para nada de buen humor.
—Escucha, deberías calmarte, no sé que buscas en este lugar —
No se resistió más y le soltó un golpe en la mejilla. Lo tomó del cuello de la camisa y le dijo:
—Si valoran su vida, les recomiendo dormir junto a una daga... no saben que visitas lleguen por la noche —
Lo soltó y salió de la casa con una enorme frustración, pues sabía que Lex era listo y que donde sea que tuviera a su pequeño bebé, no permitiría que alguien del exterior lo encontrara.
Mientras eso pasaba, Lina se encargaba de cuidar a Eddy y suministrar el líquido que supuestamente incrementaría la capacidad de sus poderes.
—Está bien... está vez no dolerá, ¿de acuerdo? —
Besó su frente y mientras él estaba distraído mirando una parte del lugar, le inyectó el líquido transparente. El bebé soltó un pequeño llanto, porque le había dolido un poco, pero pudo calmarse con las muecas divertidas que la chica le hacía.
—Tu mamá vino a buscarte... ¿sabes? No sé que demonios hiciste para que me encariñara contigo... lo único que sé es que eres la pequeña versión de Conner, eh —
Soltó una risita y lo abrazó. Besó su mejilla y lamentó nuevamente que todo eso le estuviera pasando a ese pequeño bebé, que parecía un dulce angelito.


The Life of a Wayne Girl.Where stories live. Discover now