Kent-Wayne.

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—Llegaste tarde... —
Le dijo con una sonrisa divertida Clark al mayor de los Wayne, que sólo se tragó las ganas de golpearlo con su anillo de kryptonita.
—Si, lo que sea... ¿hay alguna noticia? —
—Aún no nos dicen nada —
Respondió Lois, ansiosa al igual que el resto.
Bruce y Clark se miraban constantemente con molestia y se decían comentarios desagradables, la enemistad definitivamente iba a tomar fuerza. Mientras que Lois y Selina, se mostraban felices por compartir un nieto y también, estaban preocupadas por el estado de Adele y el bebé.
Pasaron unos largos minutos, que parecían siglos, cuando por fin vieron llegar al médico. De inmediato lo rodearon para obtener información, este les contestó que una vez que trasladaran a la chica a su habitación, podrían entrar a verla.

Del lado de Adele, se encontraba preocupada, porque estaba esperando a que le trajeran a su bebé. Conner no dejaba de decirle que lo había hecho bien y que estaba feliz por el hermoso regalo que le había dado.
—Uff... ya esperé demasiado... —
Murmuró la azabache con los labios fruncidos.
—Si, iré a ve... —
Justo cuando él estaba a punto de salir de la habitación, la puerta se abrió dejando ver a una enfermera que traía consigo al niño.
—Felicidades, tienen a un hermoso bebé —
Lo dejó en brazos de su madre y después, se fue para dejarlos solos.
Miró a su pequeño bebé, que estaba en sus brazos. Era realmente hermoso, el ser más lindo que había visto en toda su vida. Dormía como un dulce angelito, sus mejillas eran demasiado adorables, por lo cual no pudo resistirse a acariciarlas con suma ternura. No lo iba a negar, se sentía insegura. No sabía sí sería buena madre, pero lo intentaría y aprendería, por él.
—Hola, mi pequeño príncipe —
Le susurró mientras besaba su frente. El pequeño se removió y lentamente fue abriendo los ojos.
—Oh, mira, ya despertó el bello durmiente —
Dijo Conner, tomando con cuidado la mano de su hijo.
—Hola, yo soy mamá y el hombre guapo a tu otro lado es papá —
Exclamó Adele con alegría. Ambos se vieron, con una sonrisa llena de orgullo y felicidad. Su bebé, era hermoso y de eso, ella se encargaría de presumírselo a todos sus hermanos.
—Todos afuera están como locos... ¿te parece sí les digo que pueden pasar? —
Habló el joven, a lo cual, su esposa asintió. Besó la frente de su niño y la de su esposa y salió para decirle a ambas familias que su primogénito ya estaban en brazos de su madre.
—Eres una personita hermosa, ¿lo sabías? Oh si, eres el más bello angelito que mis ojos han visto —
Le susurró mientras rozaba su nariz con la de él. Su cabello era de un color negro oscuro, sus ojos parecían ser del mismo color del que su padre; se veía muy pequeño y frágil, tenía miedo de que alguien lo alejara de su lado o que se atreviera a hacerle daño... era un pequeño angelito, ¿en verdad alguien querría herir a tan lindo ser?
Las lágrimas brotaron de sus ojos, estaba agotada y necesitaba dormir un poco, pero no lo haría hasta asegurarse de que estuviese en buenas manos. Era su primer hijo, no sabía muy bien como cuidar de un niño; tenía miedo de no saber cómo calmar su llanto, o de no saber cuando él tendría hambre, tenía miedo a no cuidarlo lo suficientemente bien y que él terminara odiándola en un futuro. Cerró los ojos y empezó a cantar en voz baja una canción de cuna, esa misma que Selina había usado con ella para calmar el terror causado por sus pesadillas.
—Te amo mucho, mi pequeño bebé —
Dijo al finalizar, mientras depositaba un beso en su frente. Los ojos de su hijo se encontraban abiertos y atentos a cualquier movimiento de ella. Con su dedo índice acarició su nariz y habló:
—Al parecer serás un niño muy listo —
Posó su vista en la entrada de la habitación, su familia y la de su esposo entraba a darle la bienvenida a su hijo; venían con globos de color azul y blanco, osos de peluche, flores y demás obsequios.
—¡Oh mira! Es una cosita tan dulce —
Exclamó Lois mirando al bebé.
—Es el niño más guapo del mundo —
Dijo Selina yendo al lado de su hija.
—Por supuesto que si —
—¿Cómo te sientes? —
Le preguntó Selina a su hija.
—Agotada... demasiado... pero eso no quita la felicidad que siento —
Respondió con una enorme sonrisa. Conner se acercó a ella y la miró pidiendo que le dejara tomar a su hijo, a lo cual, ella rió y se lo entregó con sumo cuidado.
—Hola —
Le dijo una vez lo tuvo entre sus brazos. Besó su mejilla y empezó a susurrarle cosas dulces al oído, como: "yo soy papá y prometo protegerte hasta mi último aliento."
—¿Se puede saber qué ocurre con ustedes? —
Preguntó Adele, mirando a Bruce y a Clark, que se echaban miraditas de odio y tenían los brazos cruzados.
—Nada —
Respondieron al unísono. Aunque realmente, mientras esperaban a que les dieran noticias sobre el bebé, discutieron. Discutieron, porque Bruce no aceptaba que Clark fuera también abuelo de ese dulce angelito... era difícil aceptar para él, pero era demasiado receloso con sus nietos, a ellos nadie podía tocarlos, sí había cometido un error al cuidar de sus hijos, con sus nietos no lo hacía, no se lo permitía y de eso, ninguno de los chicos podía quejarse y apreciaban que con ellos fuera una mejor persona.
—Aww, mira que lindura de niño —
Elogió Selina a su nieto, cuando Conner la dejó abrazarlo.
—Oh si, esas mejillas son tan adorables —
Continuó Lois, parada al lado de la señora Wayne. Ambas estaban encantadas con el nieto que compartían.
—¿Ya dejaran que el tío favorito lo abrace? —
—No, Richard, no, siempre quieres ser el tío favorito de todos, ya es suficiente —
Se quejó Jason, con los brazos cruzados.
—Lamento que mi encanto con los niños, te afecte tanto, Jay —
—¡Bebé, bebé! ¡Quiero! —
Chilló emocionada Hailee, al ver que cada miembro de la familia tenía la oportunidad de verlo de cerca.
—¡Yo! ¡Papá! —
Pidió también Max, que tanto había ansiado tener un PRIMO, y no una prima, porque al parecer los chicos Wayne se habían puesto de acuerdo para sólo tener niñas, causando así que a él siempre lo tomarán como modelo para maquillarlo o peinarlo, o que lo hicieran cargar bebés o en ocasiones, Hailee -que era la que mandaba entre el grupo de ellos- lo tenía corriendo de un lado a otro por comida para ella. Estaba harto, quería jugar con un niño y no con una niña, quería formar su propio clan y ser un líder como Hailee.
—¿Cómo se llamará? —
Preguntó Damian, haciendo que ambos abuelos se vieran de forma retadora. El momento de la verdad había llegado. Adele y Conner se vieron y asintieron.
—Su nombre es... Eddy... Eddy Kent-Wayne —
Los ojos de Max se abrieron ampliamente, chilló de alegría y aplaudió con demasiada emoción.
En la familia, todos habían propuesto nombres para el bebé y Max quería que se llamase Eddy. Y si, estaba muy feliz, porque él le contaría a Eddy, que había elegido su nombre. Se sentía orgulloso por eso.
—¡Déjame ver! —
Exclamó la pequeña copia de Dick. Su papá lo acercó al recién nacido y él sonrió.
—Es lindo, ¿no? —
Le dijo Adele, a lo cual su sobrino asintió repetidas veces.
—¡Jugaré con él! —
Comentó con un típico tono infantil. Todos rieron, pues les causó ternura la bienvenida que le había dado Max a Eddy.
—Es turno de que conozca a su abuelo favorito —
Mencionó Bruce acercándose al pequeño nuevo integrante de la familia.
—¡Exacto! A un lado Bruce, me va a conocer —
Atacó Clark, con una sonrisa burlona.
—¿Disculpa? A ti nadie te quiere —
Tomó al bebé entre sus brazos y le sonrió.
—¡Hey! Eso es trampa, Selina lo tenía —
Se quejó el de ojos azules.
—Espera un poco, cariño —
Lo reprendió Lois.
Cualquiera que viera a Bruce Wayne, sonreírle y hacerle mimos a su nieto, se sorprendería. ¿Ese hombre de mirada fría y "yo trabajo solo", quería tener la atención de un bebé? Sip, eso parecía y nadie lo podía creer. "Ver para creer", se aplicaba en esa situación, porque si sólo le contaban la anécdota a cualquier persona que conociera al murciélago, se echaría a reír y diría algo como "imposible".
—Hola, yo soy el abuelo más guapo que tienes —
Dijo Clark, cuando le dieron la oportunidad de abrazar a Eddy.
—Kent, dijiste que ibas a enseñarle valores al pequeño... ¿y ya le estás mintiendo? —
Comentó de forma burlona el millonario.
—Que gracioso, Señor Wayne... debería saber que gracias a mi, este pequeño angelito forma parte de nuestras vidas... —
—¿Por qué gracias a ti? —
—Porque yo hice que Conner fuera ese día a la mansión y así fue como conoció a Adele y ambos se enamoraran al instante —
Respondió rodando los ojos. Acarició la mejilla del menor y besó su frente.
—Debería saber, Señor Kent, que gracias a mi, esa chica hermosa existe y así fue como Conner pudo encontrar a alguien que soportara su capacidad de ser un bueno para nada... y gracias a eso, tiene la oportunidad de abrazar al dulce angelito —
Contraatacó con una sonrisa victoriosa plasmada en el rostro.
—Señor Wayne, entienda que Eddy me ama más a mi —
—Señor Kent, Eddy me prefiere a mi —
—De hecho, ama más y prefiere a su madre —
Interrumpió Adele con una ceja alzada.
—Y después de ti, me ama más a mi —
Bruce volvió a sonreír, pero su sonrisa se desvaneció al escuchar a Conner decir:
—Después de Adele, me ama más a mi, suegro —
—Dos cosas... la primera, no estaba hablando contigo... la segunda, que sea la primera y última vez que me llamas suegro —
Sentenció con la mirada especial, que hizo temblar al chico de acero.
—¡Papá! —
Chilló la chica Wayne, mientras negaba con la cabeza.
—¿Qué sucede, cariño? —
—Por favor, deja de molestarlo —
—Le dejé muy claro que tenía prohibido llamarme suegro y no atendió la orden... además, yo me sigo preguntando el porque lo elegiste —
Alzó una ceja y esperó la respuesta de su hija menor, que sólo soltó un suspiro de frustración.
—Bueno, es difícil aceptarlo, pero... su nivel de belleza casi llega a nuestra altura —
Contestó Dick, defendiendo al joven.
—Si... y es algo listo —
Continuó Tim.
—Se supone que me deben ayudar —
Les susurró el mayor con molestia.
—Cariño, sólo por este día, ¿podrías dejar de odiar a Conner, sólo porque se robó la atención de tu pequeña princesa? —
Pidió Selina, a la vez que acariciaba su mano, para calmarlo un poco.
—Lo intentaré —
—Si, sueg... es decir, señor... —
—Cuida tus palabras —
Una mirada más de esas, fue suficiente para que se refugiara con su esposa e hijo y así, el Caballero de la Noche no lo asesinara por su imprudencia.
—B-bueno... recuerde que soy el padre de su nieto y que sólo por eso, no puede matarme... de no haber existido, Eddy tampoco estaría aquí —
—Agh... es lo único bueno que le trajiste a mi vida, sólo por eso, sigues vivo —
Uff, definitivamente el pequeño Kent-Wayne había traído problemas y todo, porque querían ganarse su amor y atención.





¡Hey! ¿Qué tal?
Pues ha nacido el hijo de Adele y Conner y su familia está vuelta loca...
Como podrán notar, puse un video con una linda canción de cuna que escuché en una teleserie y me encantó mucho; por eso la puse aquí, como para expresar un poco de lo que siente nuestra protagonista.
Y bueno... por el momento no tengo más que decir, así que recuerden que si tienen alguna duda, comentario, sugerencia, teoría, pueden decirla 😉
¡Gracias por leer, votar y comentar! ❤️

Les mandó muchísimo amor
💕

The Life of a Wayne Girl.Where stories live. Discover now