Sed de sangre.

435 39 14
                                    

—Cielo, ¿cómo te puedo ayudar? Dime que quieres que haga para ayudarte.—
Exclamó Conner con dulzura viendo a su novia, que temblaba del miedo, por la pesadilla que había tenido minutos antes. Acarició su brazo, pero ella lo alejó de inmediato y gritó del terror que sentía.
—Véte, quiero que te vayas... quiero estar sola.—
Pidió con las lágrimas recorriendo sus mejillas. Abrazó sus piernas y recargó su cabeza en sus rodillas.
—Bien, sí necesitas algo, no dudes en decirlo.—
Dijo con tristeza en su voz, le dió un último vistazo y sintió su corazón romperse. Ella no era la misma, lloraba desconsoladamente y todas las noches despertaba gritando del miedo. Siempre era lo mismo, él quería ayudarla y ella se negaba, lo echaba de la habitación y pedía no verlo.
Soltó un suspiro, salió y cerró la puerta. Miró a Tim y a Selina, con los ojos llorosos.
—Quiere estar sola.—
Informó limpiando una lágrima traicionera.
—¿Otra pesadilla?—
Preguntó Bruce llegando de su patrullaje. Selina asintió y sólo bastó eso, para que abriera la puerta de la habitación de su hija y entrara a calmarla. Porque curiosamente él era el único al que quería ver y que tenía la capacidad para consolarla.
—Adele.—
Llamó sentándose a su lado. Los ojos de la menor lo vieron pidiendo ayuda, se abalanzó para abrazarlo.
—Papá.—
Dijo, enterrando su rostro en el pecho que su padre. Él besó su cabeza y empezó a acariciar su cabello. Su camisa no tardó en humedecerse por las lágrimas de su hija.
—Aquí estoy, pequeña... todo estará bien.—
—N-no te vayas, p-por f-favor... te lo ruego... aún no logro entender que esta mal conmigo.—
Exclamó entre sollozos. Tomó su rostro y acarició su mejilla, la vió transmitiéndole toda la seguridad y cariño que ella necesitaba.
—No me gusta verte llorar, no me gusta ver a tus hermosos ojos con lágrimas. Todo estará bien, no te voy a abandonar, tienes una familia que te ama y que te cuidará siempre... recuerda... las princesas no lloran.—
Ella sonrió levemente y se secó las lágrimas. Recargó su cabeza en el pecho de su papá y miró hacia la puerta. Tomó una gran bocanada de aire y ya más calmada habló:
—S-siempre admiré tu valentía y tu capacidad para seguir adelante sin voltear atrás. Y poco a poco, fui aprendiéndolo, pero ahora es diferente... estoy asustada y no sé que hacer... todo es complicado.—
—Eres valiente... eres más valiente de lo que crees, sé que podrás con esto, confío en que lo harás.—
—¿Cómo puedes confiar en mí, s-sí ni siquiera yo puedo confiar en mí misma?—
Preguntó con los ojos cristalizados, él sonrió.
—Tú me has enseñado muchas cosas, aunque no lo creas... deja de pensar que eres una niña débil. Sé que ahora estás herida, pero deja que te ayudemos a recuperarte.—
—Gracias.—
Murmuró cerrando los ojos.
—Haz algo por mí, ¿quieres?—
Abrió los ojos y miró directo a los ojos a su papá.
—¿Qué cosa?—
—Sonríe y lucha para que el brillo vuelva a tus ojos. Contágianos de tu alegría, ¿si?—
Ella asintió. En ese momento, entró Selina junto a Conner y a Tim. Los tres se notaban preocupados por el estado de la menor de los Wayne. A su madre le había tocado escucharla gritar por las noches. Y Conner... había presenciado cómo no podía descansar mientras dormía, pues sus sueños la atormentaban siempre.
—Mi pequeña gatita.—
Comentó Selina abrazando a su hija. Besó su cabeza y le prometió nunca abandonarla. Minutos después, todos -exceptuando por Selina- tuvieron que salir por una emergencia que ocurrió en la ciudad. Ambas mujeres se quedaron solas, Adele acostada en su cama y su mamá, dejando suaves caricias en su cabeza, mientras le cantaba una dulce canción cómo sí ella fuese una niña pequeña.
—Esto parece una tontería, no soy un bebé para una canción de cuna. —
Comentó la chica con una mueca en el rostro, su mamá sonrió.
—Para mi siempre serás una bebé.—
—¿Quién te enseñó la canción?—
—La escuché por ahí... te la canté cuando el médico te dejó en mis brazos por primera vez... nunca imaginé que yo, Selina Kyle, Catwoman, le cantaría una canción de cuna a una preciosa niña.—
Explicó siguiendo con las caricias.
—Suena linda... lástima que no sé ucraniano.—
—Después te diré lo que significa.—











The Life of a Wayne Girl.Where stories live. Discover now