El amor es extraño.

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Adele llegó muy sonriente junto a su amiga. Holly la vió con el ceño fruncido.
Adele y Conner habían pasado la noche entera buscando información sobre James Williams y sus gustos -claro, después del pequeño incidente- para que así Holly pudiera conocerlo un poco más.
—¿Qué es esto?—
—Información.—
—¿Información sobre qué?—
Holly dejó la botella de agua de la que estaba bebiendo, llevaba ropa deportiva pues, acababa de entrenar.
—Sobre James.—
La chica Wayne le guiñó un ojo a su amiga de forma juguetona.
—¡¿Por qué?! ¿A caso pretendes robártelo?—
—No seas tonta...la información la traje para ti, ya sabes, para que puedas conquistarlo.—
La rubia alzó una ceja. No comprendía lo que su amiga quería decir.
—¿Por qué? ¿Qué hice para merecerlo?—
—Pooorque...James es lindo y sería un novio genial para ti.—
—¿Se supone que me estás buscando novio?—
Preguntó de forma divertida Queen, la peli-negra asintió emocionada.
—¿Te molesta que lo haga?—
—¡No! Para nada...¡yo haría lo mismo!—
Por un momento, Adele había pensado que su mejor amiga se molestaría con ella por estar buscándole pareja. Por una milésima de segundo, pensó que tal vez Holly quería estar un tiempo soltera o que simplemente, ella misma buscaría a un chico.
—Bueno, lee esto...tal vez te sirva.—
Dijo Adele, para después irse a la sala de entrenamiento.
Holly se sentó en el sofá de la sala y se puso a leer la información que había sacado su mejor amiga junto al novio de ella.
Era información muy interesante sobre los gustos del muchacho.
—Vaya...—
Susurró sonriendo. Realmente coincidían en algunas cosas, como el color favorito de ambos era el negro. Su sabor de helado favorito era el de fresa, como el de ella. El muchacho sabía sobre cualquier tipo de armamento, como ella. Le gustaba pintar, a ella no, pero eso no era de relevancia.
—¿Qué haces flechita?—
Preguntó Wally al mismo tiempo que se sentaba junto a la chica.
—Leo.—
—¿Y qué lees? Espera un segundo...¿ahí dice James Williams? ¿Ese no es el hermano de...?—
—Si, si, eso no debería importarte.—
La rubia se puso de pie y caminó hacia su cuarto sin despegar la vista del informe.
—¡¿Te vas a comer esa rebanada de pastel?!—
Gritó el velocista. No recibió respuesta alguna, así que decidió que eso era un si.









—Esto está frío.—
Murmuró la chica Wayne mirando su taza de café. Justo en ese momento estaba entrando Conner a la cocina, al verla, sonrió y la abrazó por atrás.
—¿Te parece sí salimos esta tarde?—
Le susurró al oído.
—Suena bien, pero antes...haz que tu visión calorífica sirva de algo y calienta mi café.—
Ella se dió la media vuelta y le entregó la taza al muchacho.
—Bieeen.—
Respondió rodando los ojos. Tomó la taza e hizo lo que su novia le estaba pidiendo.
—Gracias.—
Adele tomó la taza con sumo cuidado y empezó a beber de ella.
—A veces pienso que sólo me quieres por mis habilidades.—
La chica soltó una carcajada y eso confundió a Conner. ¿Qué era lo gracioso?
—¿Qué?—
—Tus habilidades son lo de menos...—
—Ella lo que realmente busca es un chico guapo.—
Comentó Holly entrando en busca de esa rebanada de pastel que había dejado antes de irse a su habitación.
—¿Por qué?—
—Porque sí quiere hacer abuelo al Señor Wayne, debe conseguir buenos genes y bueno, chico, tú no estás tan mal.—
Contestó la rubia. Conner volteó a ver a su novia, en busca de una explicación, pero ella sólo alzó los hombros y le dió la espalda.
—¿Alguien vió mi...?—
Holly se quedó callada a media frase al ver que el velocista pelirrojo había entrado lamiendo el resto de comida de un plato. Lo miró furiosa y con ganas de arrancarle los ojos.
—¡Hola Holly! En verdad te mereces el cielo por regalarme tu pedazo de pastel.—
—¿Te gustó?—
Preguntó Queen con un cierto tono de furia en su voz, Wally asintió emocionado.
—¡Eres un maldito cínico, West!—
La chica salió corriendo detrás del pelirrojo. Lo último que la pareja alcanzó a escuchar fue la voz de él, diciendo:
—¡Puedo regresarlo, sí quieres!—
Conner rodó los ojos y Adele soltó una risita. Ella sabía que aún con toda la velocidad que poseía el pelirrojo, Holly lo encontraría y haría lo posible por lastimarlo y hacer que se arrepintiese.
—Me quedé con la duda...¿sólo me quieres por mis buenos genes?—
—Me gustaría decir que no, pero eso sería mentir y mi mamá me enseñó a no decir mentiras.—
—¿Hablas enserio?—
—Hey, tranquilo...esa es una de las tantas razones.—
Dijo la joven, mientras ponía sus manos en la nuca de su novio.
—¿Puedo saber las otras?—
Él rodeó su cintura. Ambos sonrieron.
—Convénceme.—
Estaban a punto de darse un dulce beso, pero Karol y Jason entraron para llevar la discusión que tenían a la cocina y conseguir aliados.
—¡Adele, que bueno que te veo! ¿Verdad que Jason  tiene prohibido tener "amiguitas"?—
—¡Hey! ¡Sí mi hermana será tu aliada, entonces... entonces, mi cuñado será mi aliado! ¿Verdad?—
Jason rodeó con un brazo los hombros del chico de acero, el cual lo vió sin saber que contestar.
—¿Me dijiste cuñado?—
—Si, eso hice...estoy siendo amable contigo, así que aprovecha y ayúdame a ganar está discusión.—
El de ojos azules asintió no muy convencido.
—¿Qué hacen aquí?—
Preguntó Adele mirando a su cuñada.
—Eso no importa ahora...¡dile a Jason que tiene prohibido tener "amiguitas"! ¡Díselo!—
—¡De acuerdo! ¡Yo no puedo tener "amiguitas" y tú no puedes tener "amiguitos"!—
—¡No me cambies el tema!—
—¡¿Verdad que no te gustó?!—
—¡Eres un idiota!—
Adele y Conner se miraron incómodos, decidieron entonces, dejarlos solos...peeero, el matrimonio no parecía querer dejarlos ir.
—¡Adele, dile!—
—Jason no puedes tener amigas.—
—Entonces, ¿me estás diciendo que Conner tampoco puede tener amigas?—
—No nos metan en sus problemas.—
Mencionó el chico de acero.
—¡¿Qué parte de que estás casado no entiendes?! Sí antes te dejaba tener amigas, ahora no será así.—
—¡Tú también estás casada! ¡No puedes tener amigos!—
—¡Pero soy yo quien manda!—
—Oigan, ¿ya me puedo ir?—
Preguntó un poco atemorizada la menor de los Wayne, porque cuando esos dos decidían meter a terceros en sus discusiones, todo era un caos. Bueno, ellos eran un caos...pero discutiendo, eran peor que un caos.
—¡NO!—
—Pe-pero...quiero ir al baño.—
—¡Aguántate!—
La menor hizo un puchero y miró a su novio en busca de una solución, pero ni él sabía que hacer exactamente.
—Escucha...ya no quiero pelear.—
Dijo Jason con voz calmada.
—¡Pues yo sí quiero pelear!—
—Bien...¡¿por qué diablos no puedo tener amigas y tú sí puedes tener amigos?!—
—Jay, sí puedes tener amigas pero...¡¿por qué no puedes tener amigas feas?!—
—¡Pienso lo mismo para ti!—
—¡Les juro que ya no aguanto!—
Exclamó Adele mirando a su hermano y cuñada.
—¡NO!—
Respondió el matrimonio al unísono. La chica rodó los ojos molesta. Luego sonrió, ya tenía una idea para reconciliarlos.
—Escuchen...no importa cuántas veces discutan por una bobada, al final de todo se aman, ¿no?—
—Si.—
Respondieron ambos al mismo tiempo. Sonrieron y se miraron fijamente a los ojos.
—Bien, ¡genial! ¿Ya nos podemos ir?—
Preguntó Conner.
—Si, ya pueden irse...ahora, ¿qué dices de ir a casa y demostrar nuestro amor?—
Exclamó Jason.
—Supongo que al final de todo, el amor es loco y extraño.—
Susurró la menor de los Wayne con una mueca, saliendo de la cocina junto a su chico.

The Life of a Wayne Girl.Where stories live. Discover now