Juego de niños.

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—¿Soy un elemento de la tabla periódica?—
—¡No, no y no! Llevas preguntando eso como quince veces.—
Le replicó Damián. Tim hizo una mueca. En definitiva ese juego era muy difícil y exasperante. Pero no sólo era así para él, también lo era para los dos hijos biológicos de Bruce.
—También ha preguntado sí es Isaac Newton o Albert Einstein. ¿Por qué no puedes ser un adolescente normal, Timmy?—
—Me lo dice la chica que sólo pregunta, sí es un unicornio, un oso panda o un elefante de color púrpura.—
—¡Vivo en una familia de raros! ¿Qué querías? Además, Damián sólo ha preguntado sí es una katana, una daga o por lo menos un cuchillo muy afilado.—
Los tres se miraron con enfado. Selina llegó muy sonriente.
—Hola chicos, ¿qué hacen?—
—Jugamos...tienes que ponerte una tarjeta en la cabeza con el nombre de algo y debes adivinar que eres.—
Le explicó Adele a su mamá, ella asintió y los miró de forma divertida. Sabía que los tres estaban cansados y a punto de rendirse.
—Tim, eres una katana; Damián, eres un unicornio y Adele, eres Potasio.—
La mayor sonrió y se fue, dejando a los tres jóvenes asombrados.
—¡Otra vez!—
Nuevamente, los tres se pusieron una tarjeta en la frente y empezaron a adivinar.
—¿Soy una princesa?—
—¿Soy un ninja?
—¿Soy un lantánido?—
Alfred llegó con ellos y les dejó una bandeja encima de una mesa, con galletas y algo de té. Los observó curioso.
—¡Diablos Tim! ¡Deja de decir cosas científicas! Nadie te entiende.—
—Pues entonces, dile a Damián que deje su pensamiento sádico para otro día.—
—En ese caso, que Adele deje sus niñerías para otra ocasión.—
Los tres gruñeron. Siguieron intentando adivinar lo que eran. Alfred negó con una sonrisa divertida en el rostro y se fue.
—¿Soy un queso?—
—No...no tienes nada que ver con comida.—
—Ouch...¿soy una tarta?—
—¡Que no eres comida Adele!—
Tim se quedó pensando un poco, hasta que por fin "encontró lo que era".
—¿Soy Marie Curie?—
—¡Drake deja la ciencia para mañana!—
Conner entró a la sala, soltó un gran suspiro. A su lado, apareció: Annie, Dick, Babs y la novia de Tim.
—Aún siguen jugando.—
Susurró con cansancio Annie, mirando a su novio, el cual no dejaba de ver de forma asesina a Tim.
—¿Cuándo van a terminar?—
Se cuestionó a sí misma, Caitlin, mirando a Tim con aburrimiento.
—Bieeen...cielo, creo que es hora de...—
—Cállate Kon, me desconcentras...¡soy Batman!—
Dijo Adele, interrumpiendo a su novio. El chico de acero rodó los ojos. Sabía que los Wayne eran muy, muy competitivos; pero no imaginó que tanto.
—No.—
—Pero, dijiste que era muy sigiloso.—
—Pero, no eres Batman.—
Le dijo Damián. La menor hizo una mueca. Sonrió.
—¡Soy Batgirl!—
—No.—
—¿Robin?—
—Tampoco.—
—¿Seguros de que no soy, Marie Curie? Dijeron que soy una mujer.—
—¡No Tim, no!/¡No Drake,no!—
Exclamaron los menores de los Wayne. Dick miró a Babs y con sólo eso, ella entendió que era mejor volver a la Bat-Cave. Tim, Adele y Damián llevaban más de seis horas jugando. Pero, ninguno era bueno adivinando lo que tenía su tarjeta en la frente. Sus respectivas parejas, habían ido a visitarlos; pero ya se habían cansado de su tonta competencia.
—Dami, ¿podemos hacer algo que no sea jugar eso que están jugando?—
Exclamó Annie, tratando de llamar la atención de su novio.
—¿Por qué no siguen viendo "Estación Zombie"? Aún estamos ocupados.—
—Pero, Dami...llevamos viendo esa película tres veces seguidas...siempre dices lo mismo.—
—Pues véanla otra vez, hasta que se aprendan los diálogos.—
Annie gruñó y frunció el ceño. Siempre que ella, Conner o Caitlin trataban de apartar de ese juego a uno de los tres, ellos decían: Vayan a ver "Estación Zombie".
—Cielo, es suficiente.—
—Shh, sólo dame un minuto Conner...¡ya sé! ¡Soy Superman!—
—No.—
—Tim...¿podrías por favor...?—
—Princesa, sólo espera un poco.—
—¿Soy un químico?—
Preguntó Damián.
—¡Si! Ya casi...ya casi adivinas.—
—Adele, eres un ninja; Tim, eres Lady Di y Damián, eres un lantánido.—
Les dijo Conner, ya harto del juego. Los tres hermanos soltaron un gruñido. Cada uno tomó nuevamente una tarjeta, pero esa ocasión, sus parejas se las arrebataron.
—Damián, es suficiente...prometiste que iríamos al parque y yo no veo el parque por ningún lado.—
—Annie, puedes ir al jardín...es lo más parecido al parque.—
—¡Eres un idiota!—
Annie salió molesta. Damián hizo una mueca, miró las tarjetas del juego y por donde se había ido su novia. Soltó un suspiro y corrió hacia donde Annie para pedirle una disculpa.
—Damián se ha ido, sigamos Tim.—
—De acuerdo.—
—Oh, no, no, no, no, no.—
—Nada de "seguimos Tim". Tú vienes conmigo.—
El chico de acero tomó de la mano a su chica y la llevó hasta la cocina.
—Conner, sólo una ronda más y ya...¿si?—
La chica hizo un puchero y puso su mirada especial de cachorrito triste. Él negó con la cabeza. No, era no.
—Fue mucho juego por hoy.—
—Tú también puedes jugar...anda, ¿qué dices?—
Adele le dió un golpecito amistoso en el hombro a su novio y le sonrió de forma inocente.
—No.—
—¡Ash! Eres un aburrido...¿de quién lo heredaste? El señor Kent no es así.—
—¿Y lo conoces bien?—
—Oh claro...ayer estuvimos jugando "Monopoly"... mi padre también jugó.—
Conner alzó una ceja. Eso era nuevo. Podía creer que Clark había jugado, pero Bruce...eso era muy extraño.
—¿Qué apostaron?—
—No apostamos nada.—
—Eso es extraño...como sea, lo que haces tú con tus hermanos, no sólo es un juego...son demasiado competitivos.—
—No es verdad...bueno tal vez sí... pero sólo un poquito.—
—Fue suficiente de juegos...hagamos algo más, ¿qué dices?—
Adele sonrió de forma coqueta.
—¿Algo como qué?—
Ella golpeó su cadera con la del chico, de forma juguetona.
—No sé...que no sea un juego y ya.—
—De acuerdo, vayamos a ver "Diario de una pasión".—
—Películas románticas, no, por favor.—
—Bieeeen...veamos "el niño con el pijama de rayas".—
—Traeré los pañuelos.—
Dijo Conner saliendo de la cocina. Adele sonrió y de la alacena, sacó una bolsa de papitas y otra de gomitas. El de ojos azules, volvió a entrar.
—¿Y los pañuelos?—
—Acaba de mandarme un mensaje Clark. Es urgente, debo irme.—
La chica hizo una mueca. Asintió y se acercó al kryptoniano.
—Bien, cuídate ¿si?—
—Si.—
Se dieron un corto beso y él salió. Tim entró a la cocina y detrás de él, Damián. Ambos venían muy sonrientes.
—Caitlin tiene un asunto muy importante que tratar en la comisaría.—
—Annie tuvo que ir al hospital, su hermana tuvo una fractura.—
Adele sonrió ampliamente.
—¿Seguimos jugando?—
Los chicos asintieron. Corrieron hasta la sala y pusieron una tarjeta en su frente.
—¿Soy un arma letal?—
—¿Soy un científico?—
—¿Soy un hipopótamo?—


Holaaaa!
Cómo están todos? Yo espero que mejor aún que excelente. Hace mucho que no paso por aquí y les agradezco el apoyo que le han brindado a esta historia y a la primera parte, también.
En verdad se los agradezco mucho. Ustedes hacen que me motive y quiera seguir escribiendo más.

Ah, y otra cosa....

La historia es # 1 en Superboy

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La historia es # 1 en Superboy.
¡¡¡Yei!!!

The Life of a Wayne Girl.Where stories live. Discover now