XVII

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Adam y Lucille entraron a aquel departamento, el lugar estaba apenas alumbrado y los muebles estaban cubiertos por sábanas para evitar el polvo sobre ellos.

Lucille, quien sólo podía caminar apoyada de un bastón, entró primero y encendió las luces, se quedó mirando a todo aquel lugar como si los recuerdos inundaran su mente.

-¿Estás segura de que quieres quedarte aquí?- preguntó Adam mientras cargaba las maletas con las cosas de Lu, mirando aquel departamento casi con desprecio, a pesar de haber sido el mismo quien lo comprara años atrás.

-Tengo que aprovechar ahora que aún es mío- respondió ella mientras checaba las llaves de agua.

-¿Ahora que aún es tuyo?- Adam dejó las maletas sobre uno de los sillones.

-Este departamento ha estado a la venta desde que lo dejé, pero nadie se ha interesado por el-

-No hay necesidad de que estes en este viejo departamento, puedes venir a mi casa, es ridículamente grande, me vendría bien algo de compañía - dijo Adam al ver el deterioro de aquel lugar.

-Por favor Adam, no está tan mal- Lucille abrió uno de los gabinetes y soltó un grito de pánico al ver varias ratas bebé en una de las esquinas.

Adam reaccionó rápido y volvió a cerrar el gabinete para después soltar una gran carcajada, sabían lo que eso significaba, Lu estaría un largo tiempo dentro de la residencia Driver.

Después de un corto viaje en auto llegaron a la casa de Adam y tal como el había dicho, aquel lugar era ridículamente grande para solo una persona.

Al entrar, una señora corrió a recibirlos, se miraba genuinamente contenta al ver a Adam.

-Señor Driver, bienvenido... ¿Como estuvo su día? ¿Gusta una taza de café como le gusta?- Adam solo asintió después de saludarla, pero después la atención se centró en Lu.

-Mónica... ella es Lucille Charlesstone, estará viviendo con nosotros por tiempo indefinido, te encargo que la cuides mucho - Lucille sonrío mientras acercaba su mano para saludarla pero aquella mujer la rodeó con sus brazos y le dio un fuerte abrazo.

-Pero claro que eres Lucille, eres esa Lucille, el señor Driver me ha hablado sobre ti, eres más bonita de lo que te imaginé- ella la miró fijamente con una gran sonrisa en su rostro, la cual Lucille devolvió, un poco confundida.

-Si, supongo que soy esa Lucille, mucho gusto Monica- trataba de seguir sonriendo.

Después de ese extraño momento, Lucille y Adam se dirigieron al que sería su dormitorio por los próximos meses.

-Puedes usar mi recamara, es la mejor de la casa, yo podré dormir en un cuarto de huéspedes- dejó las maletas en el piso.

Lucille echo un vistazo, había una gran cama en medio, ventanas enormes con una gran vista y un balcón, y varias puertas en donde seguro había un baño y un armario.

-No puedo aceptar estar aquí Adam, este es tu dormitorio, en tu casa, yo soy la huésped, tomaré cualquier otra recámara-
Lucille trató de salir por la puerta pero Adam se colocó frente a ella, impidiéndole El Paso.

-Lu, para mi tú eres más que una huésped- ahora estaban muy cerca uno del otro, sus rostros casi podían tocarse, Lucille podía sentir el aliento de Adam sobre sus labios.

La distancia entre ellos desapareció, Adam junto sus labios  con los de ella en un beso lento, pudo sentir sus cálidos labios moviéndose a la par con los suyos. Ella lo rodeó por los hombros mientras el beso se convertía en uno más necesitado.

Adam cerró la puerta de la habitación sin poner mucha atención en ello, Lucille subió sus piernas, rodeando las caderas de Adam.

Cayeron a la cama violentamente, sin separarse de aquel beso, Lucille acariciaba el cabello de el, mientras que Adam quería tocar todo a su paso, pero temía lastimar a Lu.

Él se separó rápidamente de Lucille y se reincorporó, dejándola algo confundida sobre la cama.

-Lo siento... de verdad perdóname, no quiero que pienses que no te deseo, o que tu cuerpo no me es atractivo... no quiero que malinterpretes la situación, solo siento que ahora no es el tiempo, no quiero lastimarte-

Dijo desde la esquina de la habitación, mientras trataba de controlarse y acomodar su cabello.

-Perdóname tú a mi, creo que solo nos dejamos llevar y tienes razón... debo descansar y recuperarme- se sentó sobre la cama y acomodo su cabello de igual manera.

Después de un silencio incómodo, Adam habló.

-Bueno... te dejo para que te instales, estaré en la habitación de a lado, si necesitas algo no dudes en llamarme a mi o a Mónica, esa mujer es un ángel, cualquier cosa que quieras de comer ella con gusto lo preparará- de acercó a la puerta para salir pero Lucille lo interrumpió.

-¿Vas a bajar a cenar ahora?- preguntó esperanzada, tal vez podrían cenar juntos.

-No, no tengo apetito, haré algunos pendientes de trabajo y después iré a dormir, pero estoy al pendiente de ti si me necesitas.-

Entonces salió de la habitación.


Lucille se dispuso a tratar de dormir, aquella cama era enorme, la lluvia no cesaba y ella no podía conciliar el sueño, dio varias vueltas en la cama pero no pasaba nada. Quedó con la mirada clavada en la puerta que estaba un poco abierta, la oscuridad de aquella casa era algo abrumadora, desde donde estaba podía ver la lluvia caer en el césped del patio trasero de la casa, así solo se quedó pensando con la mirada fija.

Lucille pegó un brinco al ver una gran silueta entrar a la habitación, encendió una lámpara para darse cuenta de que sólo era Adam.

-Lo siento, no era mi intención despertarte y mucho menos asustarte, sólo quería verte antes de ir a dormir- Adam iba a cerrar la puerta, pero Lucille lo interrumpió, nuevamente.

-Espera Adam... no puedo dormir, tal vez es esta enorme cama o la horrible lluvia de a fuera- hizo una pausa al escucharse un gran relámpago.
-¿Podrías dormir conmigo esta noche?- Ella sonrió cual niño consentido tratando de que sus padres le cumplieran un capricho.

Adam pareció pensarlo unos segundos, después  sonrió y asintió, entrando a la habitación. Lucille apagó la lámpara y sólo pudo ver la silueta de Adam subiendo a la cama y recostándose con cuidado a su lado.

Adam extendió su brazo para abrazar a Lucille, quien accedió en seguida, acurrucándose sobre su pecho, podía sentir su cuerpo relajarse mientras sentía la respiración de Adam sobre su rostro y escuchar los latidos de su corazón, sin ser consciente del momento en que se quedaría dormida.

DAMAGED [Adam Driver] |SEGUNDA PARTE|Where stories live. Discover now