VIII

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ADAM

El camino hacia el aeropuerto fue algo incómodo y eterno, ella parecía estar algo ansiosa, mordía sus uñas y movía su cabello constantemente, estaba muy pensativa.


Al llegar al aeropuerto me porté como todo un caballero, le abrí la puerta del auto, cargue sus maletas y esperé pacientemente mientras ella buscaba la revista perfecta para el viaje. Yo la observaba desde afuera de la tienda, analizaba cada uno de sus movimientos, el cómo sacaba la lengua mientras leía concentrada las portadas de las revistas, sus largas y perfectas piernas que presumía con esa falda, los perfectos rasgos de su rostro, era simplemente perfecta.


-Addy! - una voz chillona exclamó tras de mi, después sentí unos brazos rodearme por el estómago , casi sacandome el aire por completo.


-Lea... ¿Qué estás haciendo tu aquí?, pensé que ya había terminado contigo- dije algo molesto, a ella eso pareció no importarle, me dio un rápido beso en los labios.


-Creí que esa pelea fue algo tonta, no podemos dejar que un mal entendido termine con lo nuestro Addy- dijo Lea mientras acariciaba mi brazo, jale mi cabello hacia atras con mis manos mientras resoplaba, ella vaya que me exasperaba.


Lucille se acercó a nosotros, sostenía varias revistas y un par de vasos con cafe. Ambas se miraron sorpendidas.


-Addy no me dijiste que tendrías compañia en este viaje- Me miró con los ojos muy abiertos, en señal de enojo.


-No te mencioné nada porque nosotros ya no somos nada desde hace varios dias Lea- ella se quedó pasmada en su lugar, al igual que Lucille, sólo que ella estaba pasmada por el encontrarse en una situación tan incómoda.


-Estás enojado, tendremos esta platica a solas cuando estes de regreso Addy- dijo y se fue enojada hacia la salida de aquel lugar.Voltee a ver a Lucille, se veía tan incómoda cómo el lo estaba en ese momento.


-Justo lo que necesitaba ahora, una cubeta de agua fría con hielo, para la concentración- sonreí y ella soltó una gran carcajada, dejando ver sus relucientes dientes, haciendome regresar a el pequeño momento que tenía antes de ser interrumpido por Lea.


Mientras esperabamos formados a que las puertas de nuestro vuelo abrieran, Lucille seguía sosteniendo esos dos cafes en una de sus manos.


-No sabía que eras tan fanatica del cafe, ¿Vas a tomarte los dos ahora o en cuanto subamos?- Le sonreí y ella rió nerviosa.


-No.. de echo uno es tuyo, tal parece que no se me ocurrió una manera más inteligente de pedirte una disculpa por mi conducta, es mi forma de decirte que si quiero que seamos amigos.- Me extendió uno de los vasos.

Sin esperarlo, ella se encontraba rodeandome por completo, podía sentir su cuerpo completo contra mí, solo pensé en el rico aroma de su cabello, la rodeé de igual manera con mis brazos, sentí ese abrazo como una muestra del cariño que necesitaba recibir.


Ella durmió durante todo el vuelo, con su cabeza recargada en mi hombro, por ese precioso instante pude transportarme a otra dimensión, una en donde mi cobardía no me hizo alejarme de ella, donde me atreví a decirle lo que sentía en realidad, tal vez de haberme casado con ella este viaje sería con motivo de nuestra segunda luna de miel y no por negocios. Ahora ella esta casada, vive en esa enorme casa, con un hombre que tal vez no la trata como se merece, con un bebé misterioso del que Lucille no ha hablado...la dejé enfrentarse al horrible mundo de la industria...sola, cuando apenas empezaba con su carrera.


El pensar en todo eso solo causo el que me pusiera triste, no podía creer el echo de que ahora me encontraba con lagrimas en los ojos, lamentandome por lo que pudo ser.

DAMAGED [Adam Driver] |SEGUNDA PARTE|Where stories live. Discover now