XXVIII

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-Puedes continuar, creo que lo merezco- Adam limpió sus lágrimas con sus dedos y retiro el cabello de su rostro.

-Eres un idiota, es demasiado fácil para ti hablar de mí y mis errores, claro, sólo ves lo que quieres ver pero no conoces el trasfondo de las cosas, no sabes por lo que pase, antes y después de conocerte, decides juzgarme considerando sólo mis defectos- hice una pausa y respiré profundamente, tranquilizándome un poco. -Además , si te molesta que salga con los hombres equivocados porque ellos no son tu, entonces deberías de hacer algo al respecto, si te gusta alguien, díselo, la vida es muy corta y el reloj nunca se detiene, cada día soy más vieja, al igual que tú y que todos los demás, no tengo tiempo para andar con rodeos, a mi si me interesa la idea de hacer una familia, ese concepto de los hijos, la casa, el perro, lo intente con la persona equivocada y me arrepiento, pero mi esperanza sigue en pie, seguiré buscando a esa persona que quiera lo mismo que yo- me coloqué frente suyo, esperando una respuesta, una vez más estaba en esta posición, alentando a Adam a pesar de las demás oportunidades del pasado, en el fondo sabía que la respuesta sería la misma, y así fue, Adam solo se quedó callado, esta vez se quedó con la cabeza agachada y la mirada perdida.

Sentí mis ojos llenarse de lágrimas nuevamente y asentí, aceptando ese silencio por respuesta, me sentí humillada y enojada a la vez, a pesar de estar esperando siempre lo mismo por parte de Adam, nada.

-Bueno... no hay taxis a esta hora y vivimos en el mismo lugar, ¿Me dejas conducir esta vez? - asintió y sacó las llaves de su saco, rápidamente subimos al auto y arranqué , el trayecto de regreso fue algo extraño, al parecer los dos decidimos que el mejor momento para sentirse tristes y llorar un poco era en el auto. Podría ser un poco menos cliché.

Aquella noche no pude dormir, absolutamente nada, me sorprendí al notar cuantas horas estuve pensando y no llorando, reconsideré todas mis acciones del pasado, Adam tenía un poco de razón, al parecer no podía vivir sin un hombre, no había estado sola desde que estuve con él, olvidé cuan independiente llegué a ser y lo bien que me sentía sin un hombre a mi lado. Pensé en eso toda la noche.

Cuando se acercó la hora para levantarme y arreglarme para el trabajo, decidí que lo mejor era estar un tiempo sola, no intentaría rehacer mi vida con nadie, en cuanto firmara mi divorcio me enfocaría en mí misma. Hablaría con Harry esa mañana, contrataría al abogado de Adam y empezaría a cuidarme más, haría una cita en un spa o tal vez en el salón, iría a mis tiendas favoritas y tal vez planearía un viaje sola, pero lo más importante, pondría a la venta aquel departamento que Adam me regaló y buscaría uno por mi cuenta, uno completamente mío donde empezar de nuevo, sola. Estas ideas me hacían sentir nueva y me llenaban de emoción, me levanté de la cama antes de que mi alarma sonara y me di un largo baño en la bañera, hacia mucho tiempo que no disfrutaba un baño así.
Treinta minutos después salí del agua y me envolví en una toalla, me detuve a verme frente al espejo, como de costumbre y comencé a cepillar mi cabello, pensé en lo largo que estaba y lo mucho que necesitaba un corte.

Seguí con mi rutina y sequé mi cabello, apliqué un poco de maquillaje, escogí un vestido lindo y unas zapatillas que le combinaran, quería tener un buen día y tenía la creencia de que este comenzaría bien si me arreglaba un poco. Aún tenía tiempo para desayunar, así que prepare el desayuno para ambos, a pesar de que Adam aún no salía de su habitación. Salí temprano de la casa, aprovechando el tiempo de sobra para tomar un taxi y llegar más temprano de lo normal al trabajo.

Al llegar a mi oficina centré mi atención en el trabajo pendiente, toneladas de números y papeleo, me encanta, sonreí mientras encendía mi computadora y empezaba a revisar algunas cosas. La puerta de mi oficina se abrió y me saco balance, no sabía lo concentrada que estuve hasta que vi el reloj y noté cuánto tiempo había pasado y a Harry, pude notar su mirada de niño triste.

Ignore su presencia y seguí tecleando números en mi computadora, entonces él se acercó, se puso a un lado mío sobre sus rodillas y empezó a implorar perdón.

-Lucille, de verdad lo siento, siento mucho todo lo qué pasó ayer, siento haberme pasado de copas, siento haberte echo sentir incómoda, sobre todo siento él como me comporté, fui un completo estupido, yo no soy así, tú sabes como he sido paciente, no te he presionado a nada, se que estás divorciándote y por eso no quise molestarte con mis preguntas tontas sobre "nosotros", perdóname por favor- lo interrumpí y tapé su boca con mi mano. Claro que no dejé que su mirada triste y su bonita cara me afectara, le hable lo más seria que pude.

-Ya no podemos seguir haciendo esto, a pesar de haber estado fuera de ti, lo que hiciste y lo qué pasó no estuvo bien, te perdono pero eso no quiere decir que solo olvide lo qué pasó ... Harry intentaste abusar de mi , ni siquiera estoy segura si debería denunciarte o dejar las cosas así- lo separe de mí y lo senté en la silla frente a mi escritorio.

-Si decides levantar una denuncia en mi contra lo entenderé y afrontaré las consecuencias, no tengo excusa, el que haya estado borracho no justifica mis acciones- agachó su cabeza y cerró los ojos en señal de resignación.

Rodeé los ojos y suspire fastidiada, no quería más líos, sobre todo no quería uno que involucrara a alguien de la empresa, ya bastante tenía con mi imposible divorcio.

-Por esta vez, solo por esta vez, lo dejaré pasar, pero lo que había entre nosotros ya no existe, no puedes besarme, no puedes tomarme de la mano, no podemos salir, nuestra relación será sólo profesional, me maldigo a mí misma por no seguir esas reglas yo misma desde un inicio, lo siento si te ilusioné. Además en este momento estoy en proceso de divorcio, no creo que sea correcto que yo me encuentre en una relación mientras este no termine- me quedé en silencio esperando respuesta por parte de Harry.

- No lo sientas, desde que empezamos lo que sea que hayamos tenido, tuve claro todo lo que ya mencionaste, sabía que no querías algo serio y aún así estuve contigo- sonrío débilmente y me miró a los ojos.

-Bueno, no quiero escuchar sobre el tema de nuevo y si hicieras caso omiso a alguna cosa que te acabo de mencionar no dudaré en ir a denunciarte - le devolví la mirada directamente a sus ojos, de la misma forma que lo haría una madre cuando regaña a un hijo. Suspiré pesadamente, moví mis hombros y mi cabeza, tratando de destensarme y regresé a mi trabajo. Harry repitió mis acciones y comenzó con sus pendientes, estuvimos trabajando en silencio por un largo tiempo, uno que pareció ser toda una eternidad, al menos hasta el descanso para almorzar.

Aproveché mi poco tiempo libre y salí a comprarme el desayuno, caminé por varias calles para llegar a mi cafetería favorita, o al menos la más cercana al trabajo, pero no pude evitar fijar mi atención en el lugar que estaba frente a mi, después pose mi mirada sobre el cristal de aquel local y miré mi reflejo, si quería un cambio tal vez debería de empezar por aquí.

Mientras una amable chica se encargaba de cortarme el cabello me dispuse a buscar un buen lugar donde pudiera contratar algún servicio para arreglar mi viejo departamento y posteriormente venderlo, no podía seguir viviendo con Adam.

Varios minutos pasaron y yo perdí la cuenta de cuánto tiempo estuve viendo anuncios en internet, presupuestos y paquetes que incluían diferentes servicios, al final elegí unos cuantos y guardé su información. Me miré al espejo y puedo decir que me quedé algo sorprendida, había dejado crecer mi cabello desde la universidad y tenerlo así de corto ahora me ayudaba a recordar a mi yo de la preparatoria, algunos recuerdos eran mejores que otros, no pude evitar sonreír mientras me vería en el gran espejo frente mío, la chica que me atendía se había ido por unos minutos para buscar una secadora.

-¿Nuevo corte?- preguntó Adam a quien también le cortaban el cabello.

DAMAGED [Adam Driver] |SEGUNDA PARTE|Where stories live. Discover now