XII

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Mi cuerpo y mi mente se habían separado, mientras mi cuerpo se encontraba besando desesperadamente a aquella mujer que pudo ser el amor de mi vida, mi mente me reclamaba y me decía que lo que estábamos haciendo no era lo correcto.

Como si de un movimiento involuntario se tratara, mis manos recorrieron todo lo que estuvo a su alcance. Sin separarnos un segundo me deshice de la gran bata que cubría su desnudez, acto seguido sus pequeñas manos deshicieron el nudo de igual manera, acarició mi pecho y mis brazos para después acércame a ella de nuevo y unir nuestros labios.

Me detuve por un momento para contemplar su cuerpo, estaba hipnotizado, sus besos serían mi nueva droga, tal vez era por lo irracional que parecía aquel momento.

Mi corazón se detuvo un momento en cuanto noté su delgadez, sus notorias costillas y sus pechos, aquellos que recordaba eran de buen tamaño, ahora no lo eran tanto.

Lucille me miró con enojo y me empujó, quitándome de encima suya, se levantó de la cama aún con dificultad y se cubrió de nueva cuenta.

-¿Qué pasa? ¿He echo algo malo?- pregunté algo herido ante su actitud.

-Esto que estamos haciendo no está bien, pero eso no me iba a detener Adam... lo notaste. No sabes cómo duele el que los mismos defectos que ves en ti misma también los vean los demás y eso les cause una mueca de desagrado, pero duele más aún que esa mueca venga de ti- alzo la voz desde la esquina de la habitación.

Me quedé en silencio, no sabía cómo defenderme, ella tenía razón, me preocupé en cuanto vi su condición, pero no creí que se hubiera notado.

-¿Te da asco esto?- dijo y se descubrió completamente- A mi también, no te culpo, tal vez me equivoqué , no debimos de tratar ser "amigos" es imposible, no después de lo qué pasó hace unos años, me temía que esto pudiera pasar, ahora no tendría que sentirme mal por engañar a mi esposo y por mi cuerpo- se cubrió de nueva cuenta.


-No me das asco Lucille, tampoco quería darte a entender que no me gusta tu cuerpo, sólo me preocupé, estás extremadamente delgada, tienes que dejar a Jared, ve lo que te hace, lo que le hace a tu cuerpo- me acerqué a ella y la tomé por los hombros.

-¿A qué te refieres?- me preguntó fingiendo confusión.

-Lo sé Lucille, se que Jared te maltrata de alguna manera, en el hospital me lo dijeron, tienes fracturas que no han sanado correctamente, deja que te ayude, cualquier cosa que te impida dejarlo podemos arreglarlo.- dije tratando de transmitir confianza, pero ella se soltó de mi agarre.

-No sé que te hayan dicho exactamente pero no es verdad, yo estoy bien con el, tenemos una vida normal como cualquier pareja de casados, estamos tratando de tener hijos- dijo pero no parecía muy convencida.

-No mientas, se cuando lo haces, dime la verdad ¿Lo amas? Si es así no volveré a molestarte, dime qué soy el único que sintió esta fuerte conexión entre los dos en cuanto nos volvimos a ver, dime qué no sentiste algo especial cuando te besé - dije y traté de contener las lágrimas.

Lucille se quedó pensativa en su lugar, me miraba an los ojos tratando de articular una palabra sin que se soltase a llorar.

-Estoy casada con Jared y ... lo amo, no necesito que te preocupes por mi- desvío la mirada y se limpió unas cuantas lágrimas.

Salí de su habitación rápidamente, sin mirar atrás, azotando la puerta tras de mi.












Espero entiendas que esto no lo hago para herirte, Adam.

DAMAGED [Adam Driver] |SEGUNDA PARTE|Where stories live. Discover now