XIV

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ADAM

Toda aquella situación con Lucille me tenía desconcentrado, una parte de mi quería abrazarla y dormir entre sus brazos mientras ella enreda mis largos cabellos entre sus dedos, y la otra aún está molesto con ella por seguir casada con ese patán. Me molesta aún más el que se casara con él desde un principio.


En cuanto pisé mi oficina, pensamientos y recuerdos sobre ella inundaron aun más mi mente, a quién engañaba, moría de ganas por verla, aquellos pocos minutos que hacían falta para su llegada parecían eternos.


Tomé asiento frente a mi escritorio y tomé el primer conjunto de papeles en los que tenía que trabajar, acomodé mi cabello hacia atras y me dispuse a leerlo, algo tenía que distraerme un poco.





Desvíe mi mirada unos segundos, perdí la noción del tiempo, había prestado mi entera atención al trabajo y dejé pasar por completo el hecho de que Lucille no había llegado, una hora con quince minutos de retraso. Un escalofrío recorrió mi columna, un mal presentimiento invadió todo mi ser, sentí un poco de nauseas al pensar en la posibilidad de que el idiota de Jared la lastimara. Sin pensarlo dos veces, corrí hacia la oficina de Vincent y toqué su puerta insistentemente.


-Adam, ¿Qué te trae por aquí?- sonrió nerviosamente al ver mi rostro alterado.


-Lucille...¿Porqué no ha llegado?-


-No vendrá en unos días, el señor Leto llamó para avisar que tuvieron que salir de imprevisto- sonrió aún más nervioso ante la mirada de descontento de Adam.


-Vincent no mientas, dime donde esta, ¿Acaso Jared la encerró en esa enorme casa? ¿Está en algún hospital? ¿Necesita de mi ayuda?- repliqué buscando algo de compasión, con algo de suerte, Vincent diría toda la verdad.


La expresión de Vincet cambió por completo, parecía costarle mucho el pronunciar una palabra.


-No cometas una estupidez, ella se encuentra en el hospital Santa Maria, fue ingresada ayer por la noche, contusión en la cabeza... está en coma en terapia intensiva- corrí hacia el elevador sin decir una palabra más, estaba tan furioso, mi mente apenas registró mis acciones, era como si alguien más controlara mi cuerpo, tengo pequeños recuerdos sobre el como logré llegar con vida al hospital, después de esquivar varios semáforos en rojo.


Al llegar al hospital entré corriendo a la recepción, donde pregunté por ella, de nuevo mentí y dije que era su esposo, sospechaba que aquel cobarde no mencionaría el parentesco que tiene con Lucille, sabía que eso me metería en los mismos problemas que debería enfrentar el verdadero culpable de todo lo malo que le pasa a Lucille.


Al parecer había salido de terapia intensiva, punto a mi favor, así podría pasar a verla.


Aquella imagen me hizo sentir una sensación horrible, sin duda algo que no había sentido en mi vida, el verla recostada sobre aquella cama, con varios cables conectados a ella, golpes en el rostro y en sus delgados brazos, apenas pude reconocerla, tenía una venda en la cabeza y sus ojos estaban profundamente cerrados.


No me percaté del momento en que mis lágrimas empezaron a brotar, sin duda ver a una persona importante en tal estado no es una grata experiencia, me acerqué a ella, quise tomar su mano, pero el verla así de frágil y destrozada me rompió en mil pedazos, traté de ser fuerte y parar de llorar, pero tales fueron mis ganas que tuve que dirigirme al rincón de la habitación y cubrir mi boca con mis manos, tratando de contener mis lamentos.

Mi corazón frenó en seco, Jared se encontraba al final del pasillo, traía un ramo de rosas en sus manos, su rostro no transmitía culpa en absoluto.


Con largos y pesados pasos me acerqué hasta él, atacándolo de inicio con un gran golpe en la nariz, que lo dejó en el piso, a partir de ese momento, todo pasó en camara lenta, estaba yo encima de el, repartiendo golpe tras golpe sobre su rostro que cada vez se llenaba más de sangre, mi camisa y mis puños se llenaban de este líquido cada vez más y más, apenas percibí lo que pasaba a mi al rededor, las enfermeras habían llamado a seguridad, dos oficiales trataban de controlarme, pero mi fuerza estaba tan concentrada y los hice caer de espaldas mientras trataban de tomarme por los brazos, la cara de Jared ahora solo era un charco de sangre, estaba dentro de un frenesí, no podía parar de golpearlo, se sentía tan bien.


Justo antes de dar mi último golpe, uno que seguro lo habría matado, escuché una pqueña chispa detrás de mi, acto seguido sentí varias descargas recorrer todo mi cuerpo, lo que me hizo detenerme y caer al piso violentamente mientras soltaba un grito de dolor. Recuerdo sentir unas esposas rodear mis muñecas mientras yo me encontraba recostado boca abajo sobre el piso del hospital, aún con secuelas por la descarga.

¿Cómo acabó todo esto?

Nos arrestaron a ambos, Jared estaba casi inconsiente, salgraba por todos lados, escupió varios dientes sobre el pavimento antes de meternos a la patrulla, yo aún trataba de recobrarme, aquella descarga me dejó inmovilizado.


Supe que estaba en grandes poblemas en cuanto vi el rostro de mi abogado, esperándome para salvar mi trasero... de nuevo.

DAMAGED [Adam Driver] |SEGUNDA PARTE|Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon