XXII

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LUCILLE

Harry seguía besándome, no podía decidirme entre si me gustaba o no, pero quería descubrirlo y me gustaba el proceso.

Rodeé sus hombros con mis brazos mientras el me sostenía por la cintura con fuerza. Segundos después nos separamos lentamente y nos dimos un abrazo, no dijimos nada, sólo nos sostuvimos, me hizo sentir segura, como me sentía con Adam, pero definitivamente no era lo mismo.

-Déjame decirte que desde la primera vez que te vi tengo esta sensación en mi pecho, no se qué es pero puedo asegurarte que no lo había sentido con nadie antes, me encantas, me fascinas, para mi eres la mujer más perfecta que he conocido- juntó su frente con la mía.
-Se qué no soy lo que mereces, soy un contador fracasado, apenas empiezo mi carrera, tú debes de estar con alguien mejor, no tengo mucho que ofrecerte pero si te puedo dar mi vida, mi tiempo, mi corazón- me tomó de las manos y yo no supe cómo reaccionar, repentinamente sentí mis ojos llenarse de lágrimas, pero nada de tristeza.

-Es hermoso todo lo que me dices, Harry, eres encantador, no eres un fracasado, no me importa tu situación económica, no eres feo, de verdad eres lo que cualquier mujer quisiera tener en su vida -reímos- en este momento no puedo darte lo que quieres de mi, no es porque no me parezcas atractivo, tampoco te estoy diciendo que no, pero estoy casada - su mirada reflejó sorpresa -Seré sincera contigo, fue un matrimonio tortuoso que ya terminó, el divorcio es seguro, sólo es cuestión de tiempo para que quede solucionado todo-. Sostuve su mano todo el tiempo tratando de trasmitirle tranquilidad.

-No te preocupes Lu, todo está bien, tienes aquí un amigo que te va a apoyar en tu proceso de divorcio y en cualquier otra cosa, te esperaré el tiempo que sea necesario, sin presiones- sonrió y yo me acerqué a él, deposité un pequeño beso en sus labios.

ADAM

Lo jodí. Todo.

Me encontraba tratando de olvidar mis problemas colgado de la barra de un bar, mis lágrimas se hicieron presentes sin ningún pudor o advertencia. Mi abogado, mi único amigo, solo me veía, sentado a un lado mío, tratando de consolarme.

-Es que debiste ver su cara, le rompí el corazón, le dejé el camino libre a ese tal Harry y ella aceptó la oportunidad enseguida- seguí llorando con mi cara recargada sobre la barra.

-Puedes quedarte aquí llorando toda la noche y lamentarte el resto de tu vida, ser el amigo eterno, ver cómo alguien más la desposa y forma una familia o puedes levantar tu trasero de esta silla y hacer algo de una vez- me reincorporé y limpié mis lágrimas.- ¿Porqué no le dices la verdad? Que estás perdidamente enamorado de ella desde que la conociste, que la amas, déjate  de tonterías, quítate ese miedo de que te engañe, no todas las mujeres son iguales, este pequeño juego tuyo debe de parar- dijo algo molesto.

-Entiendo... entiendo, no tienes que regañarme, soy un adulto, casi un anciano, si no tomo esta oportunidad de hacer las cosas bien entonces me voy a quedar solo, ese es tu punto- tomé el ultimo trago de mi bebida.

-No eso no fue lo que dije, sólo déjate de tonterías y haz algo inteligente, me molesta que me llames en medio de la noche sólo para verte llorar en un bar de mala muerte- me dio unas palmadas en la espalda.

Tiempo después me encontraba en mi casa, Lucille parecía seguir fuera con Harry. Subí a mi habitación y empecé a desvestirme, decidido a tomar una ducha. Tal vez fue por mi estado de ebriedad, pero no noté que Lucille estaba ya tomando un baño.

-¡¿Adam qué haces?!- se volteó en seguida, tratando de cubrirse. Salí del baño algo asustado, tratando de cubrirme con cualquier cosa mientras ella se envolvía en una toalla.

-Lo siento, no me di cuenta, no me encuentro en mis 5 sentidos, lo lamento - cubrí mi cara con mis manos y me senté sobre la cama.

Ella sólo se quedó recargada sobre la puerta del baño, muy enojada.

-No, no pasa nada, al final de cuentas esta es tu casa, yo soy la huésped, debí usar otro baño no el de tu habitación- asintió y empezó a recoger sus prendas.

En cuestión de segundos la detuve atrayéndola hacia mi, rodeándola con mis brazos por la cintura, quedando mi cabeza a la altura de su estómago.

-No, por favor no me dejes, podría soportar el echo de que estes enojada conmigo, el que quieras rehacer tu vida con alguien más... pero no soportaría el que te fueras de aquí, que desaparezcas de mi vida- tragué saliva y mis lágrimas cayeron por mis mejillas, en ese momento Lucille estaba callada, acariciando mi cabello lentamente.

Los labios de Lucille se posaron sobre los míos en un movimiento rápido, casi sin oportunidad de reaccionar, se colocó sobre mis piernas y me tomó por los hombros.
Entonces nuestros cuerpos se dejaron caer sobre la cama.

DAMAGED [Adam Driver] |SEGUNDA PARTE|Where stories live. Discover now