XVIII

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ADAM
Un mes después.

No llevaba la cuenta de los días que Lucille llevaba en casa, pero puedo asegurar que habían sido los días más felices que había vivido hasta ahora.

Me había acostumbrado a su presencia, siempre había un pastel hecho por ella,    ayudaba a Mónica a cocinar, el jardín había empezado a florecer como nunca antes, a veces llego a casa y disfrutó verla mientras ella cree estar sola, bailando y cantando al rededor de la sala, más bien de toda la casa, era lindo saber que alguien esperaba mi regreso.

Nuestra situación sentimental no estaba bien definida aun, nos dábamos pequeños besos esporádicamente y a veces estos subían de nivel, pero aún no pasaba nada entre nosotros.

Ese día llegué a casa temprano, como ya se me había echo costumbre, todo con tal de ver a Lucille de nuevo. Como siempre, ella ya tenía la cena esperándome para cuando regresara. Me quité el saco y me acerqué a saludarla con un corto beso en los labios, Mónica estaba de descanso, así que ella se había encargado de toda la cena y los quehaceres de la casa, aun así se veía llena de energía.

-No puedo esperar a que sea mañana, me urge regresar a trabajar, las cosas deben de estar desmoronándose sin mi- rió.

- Las cosas no son lo mismo sin ti en la oficina, no tengo con quien distraerme un poco, me haces falta también durante la hora de comer- tomé su mano y deposité un beso sobre esta. Ella sonrió nuevamente.

-Mañana llegará una nueva "adquisición" del señor Vincent, un contador recién graduado, tal vez tengamos que ayudarlo un poco a que se acople al trabajo- dije mientras seguía comiendo.

-Por fin podré ayudar a alguien, así como me tocó que me ayudaran cuando empezaba en la empresa.- dijo y siguió comiendo, no pude evitar dejar de lado lo que estaba haciendo y pensar en lo "nuestro", en si seguiríamos actuando de la misma manera en que lo hacemos en casa o si ella iba a decidir que no hubiera nada entre nosotros.

Pero no iba a dejar que esos pensamientos nublaran mi mente, me enfocaría en su regreso al trabajo y su completa recuperación, tal vez entonces sería nuestro momento.

Al día siguiente...

Repetí toda mi rutina de las mañanas antes de ir a trabajar, pero ahora Lucille las hacía junto conmigo, podía notar en su actitud que estaba feliz, por primera vez en mucho tiempo vi a la Lucille que había conocido, llevaba puesto un vestido negro que le llevaba a las rodillas, el cabello ondulado, maquillaje discreto y unas zapatillas altas, perfecta.

No podía igualar su belleza usando uno de mis trajes casuales, era ocasión para usar uno de los más costosos que tenía en mi armario.


Llegamos al estacionamiento del edificio y nos dirigimos al elevador, donde aproveché el momento para besarla profundamente, tal vez sería el único beso que recibiría durante la jornada.

Al llegar a nuestro piso nos percatamos de que los empleados estaban reunidos, entre ellos Vincent, quien se acercó a saludarla en cuanto se percató de que habíamos llegado.
Acto seguido también se acercaron varios empleados a saludarla, fingían estar contentos por su regreso.

Minutos después todos regresaron a sus actividades, pero Vincent nos llevó a su oficina, supuse era para tratar el asunto del nuevo.

-Estamos muy contentos de tenerte de regreso Lucille, las cosas no fueron lo mismo sin ti- Lu solo sonrió.
-Como ya sabrás, un contador se integra al equipo, en realidad está aquí por hacerle un favor a un amigo, pero está graduado de la misma universidad que tú, así que algo bueno debe de tener, tendrá un tiempo indefinido de prueba. Es por eso que quiero que esta vez tú lo ayudes- Lucille alzó las cejas sorprendida.

-Pensé que Adam y yo lo haríamos juntos.. después de todo el también es relativamente nuevo, además tiene mucha más experiencia que yo...-  Tomé de su mano para darle a entender que no importaba, no había porque preocuparse por mi.

-No dudes de tu experiencia, estás más que calificada para esto, ya no eres una principiante, Lucille- Vincent sonrió al igual que ella. Se podía notar aún más su emoción, volteo a verme y pude jurar que iba a abrazarme.

-¿Se puede pasar?- una voz masculina nos interrumpió, ¿El era el contador? Parecía un niño, seguro no duraría ni un mes.

Aquel muchacho entró y saludó a Vincent, después se dirigió a Lucille. -Usted debe ser la señorita Charlesstone, soy Harry Styles, mucho gusto- le extendió su mano.

-Puedes llamarme solo Lucille, y no me hables de usted, el único viejo aquí es Driver- rio junto con Vincent. Yo fingí una risa.

No tengo un espejo conmigo todo el tiempo, pero puedo asegurar que yo vi de la misma manera a Lucille cuando la conocí. Styles no me agrada. Creo que lo dejé claro en mi expresión cuando se acercó a saludarme.

DAMAGED [Adam Driver] |SEGUNDA PARTE|Where stories live. Discover now