Capitulo 2 parte 2

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Jungkook despertó al instante, sin poder respirar. Miró hacia un lado, Rosie estaba sentada al pie de la ventana.

"Ven, tienes que ver esto" Rosie le dijo suavemente y Jungkook vio la luz del sol matutino iluminándola, su figura siendo visible a través de su vestido blanco. "Los comunistas enviaron otro satélite al espacio"

"Deja a los americanos lidiar con eso" le respondió riendo, pero sonaba un poco ahogado, extremadamente confundido con el sueño creado por su subconsciente. Ahora mismo ya no le gustaba esa palabra.

"Buenos días, te preparé un poco de té" Rosie dijo, levantándose del sofá acomodado debajo de la ventana. Jungkook la miró caminar hacia él, admirando la tela de algodón de su vestido para dormir, sus pechos redondos presionados contra la misma. Abrió su boca para decir algo, hasta que-

"Necesito ir a la iglesia" Jungkook dijo de repente, interrumpiendo a Rosie.

"¿Por qué? No has ido a la iglesia desde que nos casamos" Rosie le respondió confundida, parpadeando con sus ojos color avellana.

"Necesito confesar mis pecados, para sentirme mejor" Jungkook dijo rápidamente, levantándose de la cama, caminando lejos de Rosie. "Hoy es domingo, ¿Cierto? Me dejarán hacerlo, estoy seguro de que lo harán. ¿Sabes si hay alguna iglesia por aquí?" continuó sonando casi apurado, mirando la taza de té en la mesa frente a la cama. La tomó y le dio un sorbo, sintiendo frío contra su lengua.

"El té está frío" Jungkook dijo, girándose a ver a Rosie, quien estaba completamente perpleja y bajó la mirada, avergonzada.

"L-lo siento. E-el agua no se calentó lo suficiente, y -y yo-" Rosie le respondió, sonando casi asustada.

"Tranquila Rosie, no estoy molesto, tomaré el té cuando regrese" le dijo, regresando la taza a su lugar. "No me esperes para el desayuno, te ves hambrienta"

Jungkook lavó su cara con el agua del lavabo, para después tomar un abrigo y ponérselo.

"P-pero" Rosie dijo aun asustada, yendo tras Jungkook por el pequeño pasillo hasta el espacio abierto de la sala y la cocina "mi mamá dice que la primera comida del día siempre debe ser en compañía de tu esposo, si no-"

"Tu mamá dice muchas cosas" Jungkook espetó y Rosie se quedó quieta por un momento. Jungkook resopló. "Lo siento, regresaré pronto, lo prometo" le dijo y ella tan solo asintió rápidamente.

Jungkook salió de su casa, el frío aire de Noviembre haciéndole sentir escalofríos por todo su cuerpo. Frotó sus manos entre si, en un gesto nervioso. La razón de su nerviosismo era bastante evidente, pero no quería pensar en eso.

Los sueños son fragmentos de la imaginación, ilusiones que la mente crea cuando estás dormido. Nadie tiene control sobre ellos. El soñó con Taehyung, un hombre, presionando sus labios contra los suyos. Era algo absurdo. Era estúpido y absurdo al menos pensar en ello.

Era impensable. ¿Dos hombres en esa situación? Era tan ridículo que casi lo hacía reír.

Jungkook caminó hacia la iglesia que estaba al final de la calle, viendo a los transeúntes caminar, centrados en sus propios asuntos, acciones y deseos. Su triste caminata transcurrió sin incidentes, hasta que finalmente pudo encontrar la iglesia, la cual era jubilosa por si misma. Vio a mucha gente entrar, todos vestidos con elegantes atuendos de domingo, mientras el simplemente vestía unos sencillos y cómodos pantalones de pijama.

Intentó calmarse a sí mismo. Muchas veces le habían dicho que encontraría comodidad en lugares donde las cosas son puras. Cerca de gente pura. Gente buena. Intentó desesperadamente encontrar esa comodidad, de sentirla, pero no estaba muy seguro de poder hacerlo.

Sus pasos se volvieron más rápidos entre más se acercaba a aquel colosal edificio.

Estaba por poner un pie dentro, hasta que escuchó una voz. "¿Jeon Jungkook?"

Jungkook se giró, su aliento atascándose en su garganta. Kim Taehyung.

Somebody to Love TaekookWhere stories live. Discover now