capítulo 3.3: la dolce vita

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甘い人生

❝ 𝐋𝐚 𝐃𝐨𝐥𝐜𝐞 𝐕𝐢𝐭𝐚 ❞

No tenía idea de la hora que era

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No tenía idea de la hora que era. Era de noche. Habían pasado demasiadas cosas en muy poco tiempo, había perdido completamente la noción del tiempo. Tampoco es como si tuviera los mejores horarios de sueño... ¿A qué hora me había levantado hoy? ¿A las tres? No sé, pero no había llegado a tiempo a la hora de comer. Por no hablar de la cena, probablemente mientras mis compañeros estaban cenando, yo estaba recibiendo un agradable baño en un río helado.

Tenía hambre. Quería comer algo, o beber, a poder ser una copa de vino, o una jarra de cerveza... Francamente, llegados a este punto, me daba igual.

Había bajado a la despensa, para rebuscar entre las estanterías medio vacías, pero solo había patatas crudas, pan duro y té negro. ¿Quién me iba a decir que echaría de menos las raciones de la guarnición?

Por suerte, en esa vieja granja abandonada había cuartos de sobra para que todos durmiéramos en habitaciones individuales, con lo cual nadie podría haberse percatado de que me había levantado. Ahora mismo debían estar todos durmiendo.

— ¿Has bajado a robar comida?

Mierda. Mi corazón empezó a latir con fuerza. Me quede quieta unos segundos sin moverme, como si el estar quieta evitara que me viera o algo...

— En realidad venía a buscar cerveza, pero no la hay — respondí al tiempo que me giraba.

Me gire y lo observe por unos segundos, apoyado en el marco de la puerta de la despensa, con la luz de la luna que entraba por la ventana de la cocina, y qué iluminaba parcialmente su rostro.

Se fijó en la mochila que cargaba a mis espaldas.

Mierda.

La encontré tirada debajo de mi cama, y la llené con un cuchillo y una botella de agua que había encontrado en la cocina, una caja de cerillas, dos patatas de la despensa, y un viejo revolver que había encontrado al fondo del armario de mi habitación, por la apariencia diría que todavía funcionaba, pero solo tenía una bala en la recámara.

Él ya sabia cuáles eran mis intenciones. Di unos pasos hacia la puerta de la despensa para ver como Ackerman barraba mi paso con su brazo colocando su mano en el marco contrario en el que estaba apoyado.

— ¿A dónde mierdas te crees que vas?

Trague saliva.

— Tengo guardia en Karanes, cualquier cosa siempre os puedo mandar una paloma mensajera.

Había que intentarlo.

— Ni siquiera nos has dicho todo lo que sabes...

— Si te soy sincera, no sé mucho más. Además ¿no es este tu escuadrón? Ese mismo en el que yo no puedo estar porque no se seguir órdenes ¿no? — pregunté con tono irónico — ahora mismo tengo mejores cosas que hacer que ser un lastre para una división del ejército a la que ni pertenezco — añadí.

Survivor II Levi Ackerman (en edición - revision)Where stories live. Discover now