capítulo 4.3: Lo que ella haría (Yelena x Oc)

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[Año 851; Paradise, Distrito de Shiganshina]
Betsabé's POV

Hace menos de una hora, ese asqueroso y húmedo sótano situado en una taberna de la aun bajo reformas, ciudad de Shiganshina, estaba plagado de voluntarios de Marley y algún que otro soldado raso del ejército de Paradise. Independientemente de su origen, se golpeaban entre ellos como si de un concurso se tratase, se turnaban, siendo el espectáculo de los demás, que no dejaban de gritar y soltar berridos, mientras otros apostaban quien iba a ganar acompañados de una buena cerveza. Era un entretenimiento algo especial, por no decir vulgar, pero una vez los voluntarios se establecieron en la ciudad, se había convertido en una especie de tradición de los viernes por la noche.

Pero ahora solo se escuchaba el goteo constante de una fuga de agua que provenía del techo de arriba, de vez en cuando alguna carcajada o voces providentes del exterior, pero sobre todo, lo único que se escuchaba con claridad ahora eran los pasos de nada más y nada menos que Yelena, quien no paraba de dar vueltas, con los ojos cerrados y con el ceño apuntando al suelo. En cierta manera parecía haber quedado absorta en sus pensamientos, pero debido a la situación anterior, probablemente solo estaba tratando de mantener la calma.

— Esto es exactamente lo que haría tu hermana — pronunció Yelena, rompiendo el silencio que nos había acompañado ya por unos largos y tediosos segundos — hasta tú misma decias que estas estupideces solo eran propias de Elodie  — añadió mientras aún me daba la espalda ojeando los medicamentos que había traído uno de sus subordinados hacia unos pocos minutos.

— ¿Y qué quieres que haga? No hay mucho que hacer por aquí — cuestione desde una de las esquinas del sótano, sentada en una vieja silla, y apollando mi hombro en una mesa, a varios mentros de distancia de ella.

Yelena había llegado no hacia más de una hora, en el peor momento posible. Llevaba varios días dando vueltas entre el puerto y Mitras, pero esa noche había vuelto a Shiganshina, donde casi todos los voluntarios se habían establecido allí en los últimos meses con el afán de reformar la ciudad. El desenlace había sido el esperado, nada más llegar los echo a todos, por un momento creí que podría librarme sin ser vista, pero al intentar cruzar la puerta su mano me agarró del brazo y me atrajo hacia la sala de nuevo.

— ¿Y por eso tienes que participar en peleas clandestinas? Esto no es propio de ti Betsabe — pronuncio mientras se acercaba con una botella de whiskey para desinfectar heridas y unas gasas.

— No es eso, pero es todo lo que esos babuinos saben hacer, pelear. Y no es como si me metiera allí sin saber nada de pelear, llevo desde que llegue aquí mejorando en ello ¿a caso intentar adaptarse es estúpido? — inquirí irónica.

— Escúchame — dijo atrayendo una de las sillas hacia ella, situándola justo delante de mí, y sentándose, dejando la botella y los algodones sobre la mesa, para luego centrar su vista en mi — La señora Azumabito ha dejado caer que la hermana de cierta persona importante en el continente, cuyo estatus como aliada aún se pone en duda, está dando vueltas entre los muros desde hace tiempo — dijo mirándome a los ojos, para luego empezar a trastear con los cacharros que había dejado en la mesa.

Yelena había estado esquiva durante los últimos meses, por no decir el año entero que ya llevábamos en esa isla. Casi parecía que se alejaba de mi paulatinamente, como si todo lo ocurrido en el continente no hubiera sido más que un sueño, o tal vez un error, algo de lo que se avergonzaba o que había hecho para matar el tiempo. El hecho es que las pocas veces que me dirija la palabra, me trataba como lo que era, su subordinada, me daba ordenes, nada más.

Al principio habíamos tenido nuestros momentos, pero con el pasar del tiempo se había ido alejando más y más, hasta había escuchado rumores de que se lo "estaba pasando bien" con otras personas, Yelena no era de las que se emparejan con alguien seriamente, así que hasta donde tenía entendido no llego a tener nada serio con ninguna. Lo eran todo por una noche, pero al amanecer no eran nada, exactamente como conmigo, no eramos nada, realmente, nunca fuimos nada.

Survivor II Levi Ackerman (en edición - revision)Where stories live. Discover now