9 || Osito

1.4K 230 120
                                    


🏙🌃

JAMIE HEUGHAN

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

JAMIE HEUGHAN

La cabellera castaña de Isabela se menea de un lado a otro mientras corre en mi dirección. Sonrío al verla tan contenta, y más aún cuando Ian y Grace tratan de detenerla.

–¡Osito!

Me empiezo a reír por su apodo y me agacho en el suelo abriendo mis brazos. Ella al llegar me abraza con fuerza y la alzo abrazándola de la misma manera.

–Hola, cariño. –beso su cabeza– Te extrañé tanto.

–¡Papi!– ella se aparta y sostiene mi rostro en sus pequeñas manos  –¡El tío Ian me ha comprado un chocolate!

Abro mi boca con asombro haciéndola reír.

–Wow, ¿En serio? ¿Luego de que le comentara que no te diera chocolate?

Ella sonríe con travesura y se acerca a mi oído.

–Es un secreto. –susurra.

Alzo mi puño hacia ella, el cuál choca y luego finge una explosión.

–Hecho. –susurro de vuelta.

La dejo en el suelo con cuidado. Observo a Ian y Grace llegar a nosotros.

El primero sonríe con felicidad y abre sus brazos en una invitación para abrazarlo. Ruedo mis ojos con diversión y me acerco. Palmeó su espalda mientras sonrío.

–¿Qué tal el viaje?– pregunto luego de apartarme.

–Cómodo. –responde encogiéndose de hombros.

Asiento con mi cabeza y observo a Grace. Ella está muy seria y alzo una ceja al ver que no sé acerca a saludarme. Rueda sus ojos y camina hacia dónde estoy para besar mi mejilla.

–Hola, Grace.

–Jamie...

–¡Papi!– señala a Grace –¡Ella estuvo en una fiesta! ¡Fue gen...!

Ian le cubre la boca con su mano y niega con su cabeza hacia ella. Observo cómo Grace observa con molestia a Isabela.

–Genial, Isabela. ¿No podías quedarte callada?

–Hey, no le hables así a tú hermana, jovencita.

–¡No es mi hermana!

–¡Grace Heughan!

Ella bufa y empieza a caminar hacia la salida. Respiro hondo y la señalo con mi cabeza. Ian comprendiendo va rápidamente detrás de ella. Me agacho hacia Isabela, quién se encuentra con los ojos llorosos y la vuelvo a alzar, abrazándola en mi pecho.

–Tranquila, cariño. Ella no lo decía en serio.

Alza su cabeza para observarme.

–¿Lo prometes?

Más allá de la ficción #1 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora