Eva Montgomery disfruta de una vida llena de colores y alegría. El ambiente en su trabajo es cálido y acogedor, aunque siempre habrá una chispa de drama alrededor. Una sonrisa es lo que nunca faltará en su rostro, junto con sus ojos brillantes que p...
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EVA MONTGOMERY
Observo el camino por dónde Bonnie se ha ido y mi corazón late deprisa por su reciente partida. Ha pasado solo minutos desde que salió del edificio y ya la extraño.
Quiero café...
–Cariño...– me volteo hacia el llamado de Claudia – Debemos irnos. Hemos olvidado que debemos ir al hospital por unos documentos. ¿Te vemos en la casa?
Asiento con mi cabeza.
–Debo resolver un asunto, pero llegaré en la tarde.
Noah me hace prometerle que no tardaré y Claudia me indica que Logan está en mi oficina. Empiezo a dirigirme en esa dirección, pero un llamado me detiene.
–¡Eva!
Volteo hacia las escaleras y observo a la muñeca correr en mi dirección. Una sonrisa genuina se instala en mis labios y me agacho a su altura cuando sus brazos rodean mi cuello.
–Oh, es tan lindo verte. –la alzo en mis brazos y aparto los mechones de cabello que caen por su rostro– ¿Cómo estás, muñeca?
–Muy bien. Oso ha dicho que podíamos venir a visitarte.
–Por supuesto. –le sonrío– ¿Dónde está el chupa limones?
–Aquí. –responde otra voz.
Jamie Heughan termina de subir las escaleras y me observa con una pequeña sonrisa. Mis ojos no disimulan y bajan por todo su cuerpo. Es gratificante observar la camiseta ajustándose a sus músculos y el pantalón oscuro que estoy segura ahora mismo rodea su trasero de una manera perfecta.
Aunque soy una descarada, no soy la única que evalúa al otro, pero Jamie no observa mi cuerpo.
Su mirada está fija en mis labios y frunce el ceño cuando alza la vista, pero se relaja cuando Isabela inesperadamente pega su mejilla a la mía.
–Oso mencionó que ustedes eran una pareja. –ahora sostiene mis mejillas y me hace observarla– ¡Estoy tan feliz de que seas mi madre!
Mi boca está entreabierta y mis ojos son dos esferas que en este momento deben lucir aterradoras. La sonrisa se mantiene en el rostro de Isabela, incluso cuando Jamie le pide que vaya a su oficina.
Aun estoy procesando nuevamente la muerte de mi hijo, la partida de Bonnie y ahora se suma semejante situación. Es un caos de sentimientos, mezclada la tristeza junto con la alegría, la extrañeza con la añoranza, y sintiendo que caigo en una encrucijada.
Jamie mantiene distancia y me observa con delicadeza. Tal vez él esperaba una reacción más alegre por las palabras de la muñeca, pero ahora mismo tengo mucho para procesar.
