24 || Sobrevivir

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🏙🌃

ANDREAS JONES

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ANDREAS JONES

Retengo a Bonnie por el brazo y la hago sentarse en mi regazo. Ella entrecierra los ojos en mi dirección, pero yo solo puedo observar el tatuaje en su espalda baja.

–Bonnie Bon. –canturreo cómo Doggies– Tienes una pequeña flor interesante en tú piel.

Ella baja más su camisa y se cruza de brazos con el ceño fruncido.

–Tengo trabajo, Andreas. ¿Qué necesitas?

–Explicaciones. –indico y rodeo su cintura con mi brazo. Alzo mi dedo y señalo a Gregor. –De él. ¿Por qué está recogiendo sus cosas?

–Eva lo acaba de despedir. –responde Leslie cuando pasa por nuestro lado.

Abro mi boca con asombro y hago que Bonnie Bon me observe.

–¿Es cierto?– susurro –¿El bombón de Eva le ha dado una patada por el culete?

–Shh. –cubre mi boca con su mano– Nadie puede enterarse.

Ruedo mis ojos y aparto su mano.

–Aquí los chismes se corren más rápido que mi exno...– mi voz se apaga al ver cómo Joe camina por nuestro lado junto con una despampanante mujer.

Su esposa, mierda.

Aparto a Bonnie rápidamente de mi regazo y empiezo a correr hacia ellos. Me detengo en la puerta de su oficina y le obstruyo el camino. Joe abre sus ojos con horror al verme y su esposa me observa con curiosidad.

Sonrío y le estrecho mi mano con nerviosismo.

–Andreas Jones. –observo a Joe– ¿Podemos hablar un momento en tú oficina?

–Cla...ro. –observa a su esposa– Espérame adentro.

Niego con mi cabeza rápidamente.

–A...solas. –observo a la mujer– Lo siento, es algo personal.

–No te preocupes. –ella besa la mejilla de Joe– Estaré en el salón de descanso.

Él sonríe y ambos vemos cómo ella desaparece. Luego abro la puerta y lo adentro rápidamente. Joe abre su boca y empieza a tornarse pálido al ver su alrededor.

Un cartel de feliz cumpleaños se muestra delante de su escritorio, junto con imágenes de nosotros y un pastel con un pene decorando.

Si, su esposa no estaría feliz.

–¿Qué diablos, Andreas?– pregunta cabreado. Él empieza a quitar los adornos y fotografías– ¡Santos cielos! ¿Qué está mal contigo?– chilla mientras observa el pastel.

–¡Feliz cumpleaños!– canturreo divertido.

Él me señala y luego a la puerta.

–¡Lárgate! Estuviste a nada de arruinar mi matrimonio. ¡Santos cielos!

Más allá de la ficción #1 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora