Eva Montgomery disfruta de una vida llena de colores y alegría. El ambiente en su trabajo es cálido y acogedor, aunque siempre habrá una chispa de drama alrededor. Una sonrisa es lo que nunca faltará en su rostro, junto con sus ojos brillantes que p...
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EVA MONTGOMERY
Hay muchas maneras para reconocer lo que pueda causarte problemas. A veces lo sabemos por cómo una persona pueda actuar, o si el ambiente es asfixiante. Pequeños detalles te hacen ver a ti y pensar >>Esta mierda me traerá problemas<<
Reconocí ese sentimiento en Jamie. Fui consiente de eso desde que adelantó el viaje a Londres sin motivo alguno, desde que entramos al hotel y se sentía la tensión entre ambos. Finalmente, supe que estaba jodida cuando su habitación estaba a un lado de la mía e ingreso a ella con una expresión traviesa.
Iba a estar jodida, pero quería estarlo.
Necesitaba besarlo y follarlo, o estaba segura de que enloquecería.
Me cubro con una toalla y prosigo a salir hacia el vestidor. Luego deslizo por mi cuerpo un lindo traje de color beige que muestra mi espalda, hace lucir mis pechos más abundantes y tiene un corte en mi pierna izquierda junto con una cinta de encaje.
Mi cabello está peinado de manera un poco esponjosa cómo los años noventa. Termino de aplicar el labial rojo en mis labios y una sonrisa ladeada se forma en mi rostro al ver el resultado final.
Oh, Jamie...
Camino hacia la sala de estar y abro la libreta que estaba junto con una lampara. Escribo algunas palabras y luego la firmo con mis labios. Cierro la puerta de mi habitación y me dirijo hacia la de Jamie. Deslizo el papel por debajo de la puerta y luego doy varios toques a esta para avisar. Me retiro tranquilamente e ingreso al elevador en el momento que escucho su puerta abrirse.
Al llegar a la habitación dónde bailan, juegan y beben sin parar, comienzo a dirigirme a mi mesa. Ignoro las miradas que están sobre mi y una sonrisa ladeada se forma en mis labios al ver los hermanos Russo en una de las barras.
El ambiente es elegante, demasiado. Resulta gracioso ver a hombres con sus copas charlar con tranquilidad. Es relajado, pero demasiado para mí. Prefiero estar rodeada de un lugar con música a todo volumen y bebiendo tragos inventados que las personas hacen al momento.
–Señora Montgomery. –saluda un hombre al llegar a mi mesa. Él retira un poco la silla para que pueda sentarme y un sonrojo crece en sus mejillas cuando lo observo. Sonrío con diversión. No he hecho nada y ya tengo un hombre en la lista.
Jamie tendrá que darse prisa, o lo próximo que escuchará son mis gemidos que no son provocados por él.
–¿Qué desea tomar?
Observo el menú delante de mí.
–Un orgasmo. –menciono.
–Dime cuándo, dónde y allí lo tendrás. –responde una voz distinta.
Damas y caballeros
Jared McRae Russo.
Alzo mi vista hacia el hombre que acaba de sentarse delante de mí. Su olor me invade, trayéndome recuerdos de la última vez que estuvimos juntos, provocando que me remueva disimuladamente en mi asiento.
