Eva Montgomery disfruta de una vida llena de colores y alegría. El ambiente en su trabajo es cálido y acogedor, aunque siempre habrá una chispa de drama alrededor. Una sonrisa es lo que nunca faltará en su rostro, junto con sus ojos brillantes que p...
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EVA MONTGOMERY
La fría llovizna que transcurre en la noche hace temblar mis manos. El cielo está cubierto de nubes, las estrellas están escondidas y la luna...al parecer decidió desaparecer en este día tan triste.
A pesar del abrigo que me cubre, puedo sentir mi piel erizarse, mis labios resecos en una línea y los mechones de cabellos húmedos pegándose a mis mejillas. Mis ojos no se apartan de Jamie en ningún momento, pero en esta ocasión me mantengo fija en su rostro.
–Puedo venir en otro momento. –murmuro por su vestimenta. Trato de descifrar lo que puede estar pasando por su mente, pero su rostro es inexpresivo. La lluvia se intensifica. Entrecierro mis ojos tratando de ver a Jamie y trato de darme calor con mis brazos. Las gotas que caen del cielo se mezclan con mis lágrimas y decido empezar hablar para poder volver a mi hogar. –Lo siento. –exclamo para que pueda escucharme, ya que el sonido de la fuerte lluvia no facilita el trabajo– No tengo excusas por la manera en que trate a Isabela y...te trate a ti. Simplemente soy una idiota. –suspiro– Lamento al decir que no eras nadie en mi vida, porque...– respiro hondo –...si lo eres.
–Eva...– murmura.
>>Estoy enamorada de ti, Jamie Heughan. –puedo ver el cambio en su rostro y cuerpo por mis palabras– No importa si decides mandarme a la mierda o tus sentimientos no son los mismos, pero...no recuerdo en el momento exacto en el que sucedió, solo sé que...lo sé. –aparto un mechón de cabello que cae en mis ojos– Yo...– vuelvo a respirar hondo –...si quiero ser la madre de Isabela. –su rostro vuelve a cambiar– Quiero estar para ella, aunque las cosas no funcionen entre nosotros, deseo ser tu esposa, aunque sea una farsa y deseo aun más hacer estas locuras juntos porque Isabela y tú lo valen. –mi voz se rompe –Ustedes...son también mi familia y no quiero perderlos.
>>Por lo menos si...no quieres tenerme en tu vida, no importa. Solo permíteme estar para ella, por favor. –suplico.
Mi vista es nublada, no puedo hablar más porque mi garganta duele, mi cuerpo tiembla por el frío, pero me mantengo en mi lugar, esperando una respuesta de su parte, pero Jamie se mantiene bajo el umbral de la puerta paralizado. Su rostro no demuestra absolutamente...nada.
Sé que él está en su derecho de mandarme al carajo, pero solo espero que recuerde lo que ha sucedido en todos estos meses y pueda darme otra oportunidad. Aunque, los segundos siguen corriendo al igual que su silencio.
Sonrío ladeadamente y suspiro.
–Lo lamento...– susurro, pero sé que él no logró escucharme. Me doy la vuelta y comienzo a caminar de vuelta a mi auto. No tenía acceso en el gran portón que está en la entrada, por lo que debo caminar bastante.
Ignoro el dolor que siento en mi pecho y trato de mantener mi mente positiva.
