Eva Montgomery disfruta de una vida llena de colores y alegría. El ambiente en su trabajo es cálido y acogedor, aunque siempre habrá una chispa de drama alrededor. Una sonrisa es lo que nunca faltará en su rostro, junto con sus ojos brillantes que p...
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EVA MONTGOMERY
Abro la puerta de mi hogar y permito que Logan ingrese. Él se queda paralizado en la entrada mientras observa todo el lugar. Mis manos tiemblan por los segundos de silencio y cierro la puerta, al tiempo que el grito de Claudia se escucha desde la cocina.
–¡Eva! ¡Estamos en la cocina!– exclama y escucho risas.
–Reconozco el lugar, Eva. –murmura Logan– Fue el primer plano que realizaste, con el papel de una de mis libretas universitarias. –una sonrisa se asoma en sus labios.
Asiento con mi cabeza, aunque no pueda verme.
–Es uno de mis recuerdos más preciados, a pesar de las circunstancias.
Él voltea a verme. Hay tanto para decir, muchos sentimientos del pasado merodeando entre nosotros.
–Eva, cariño. ¿Está todo bi...?– Noah llega a nosotros. Su voz se pierde al ver a Logan y una sonrisa inmediatamente se apodera de su rostro –¡Logan!– se acerca rápidamente a estrecharle su mano con entusiasmo –¡Claudia! Ven un momento.
–Es un placer verlo nuevamente, Noah. Ha pasado un buen tiempo.
–Me alegra tanto que estés aquí. –la sonrisa de Noah es grandísima– Oh, ven conmigo. Claudia estará tan feliz de verte. –Logan me observa y alzo mis cejas con diversión. Empezamos a caminar hacia la cocina y me recuesto en el umbral de la puerta– Claudia, ¡Mira quién ha venido! – ella refunfuña unas palabras y se voltea mientras sostiene unos platos.
Su rostro muestra asombro y luego un chillido escapa de ella.
–¡Oh santos cielos!– exclama y ubica los platos sobre la mesa rápidamente –¡Logan! Tanto tiempo...– lo estrecha en sus brazos –Estoy tan feliz por verte.
–Hola, Claudia. También me alegro de verla.
–¿Habrá abrazos para mi o toda la atención será para Logan?
Claudia y Noah me sonríen antes de acercarse y abrazarme.
–Para ti siempre tendremos abrazos. –murmura Noah y me hace sentarme junto con él en la mesa– Tengo que contarte que he visto varios catálogos deportivos. –me muestra unos papeles– Pensé que ahora en verano podríamos viajar a Montecarlo. Hay un excelente programa de polo. Obviamente me haré cargo de los gastos, no tendrías que pagar nada e iríamos en familia, aunque si quieres invitar a tus amistades lo entenderíamos. Tal vez es demasia...
–Me encantaría ir, Noah. –interrumpo– Sería bueno viajar los tres juntos.
Él sonríe y aplaude con emoción.
–Perfecto, compraré los pasajes en este momento. –se retira de la cocina con torpeza. Claudia rueda sus ojos y me ubico de pie para ir a la nevera.
