13 || Bastardo Caliente

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🏙🌃

EVA MONTGOMERY (+18)

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EVA MONTGOMERY (+18)

Mis ojos se desplazan por su vestimenta. Él ha venido cómodamente, pero ¿Porque parece sacado de una revista? La camiseta con la chaqueta y pantalón de vestir que luce quedan en él de maravilla. Su perfume me embriaga y a la vez me molesta porque desearía que el perfume de las mujeres fuera así de fuerte. Jamie me ha inspeccionado de pies a cabeza para al final posar sus ojos directo a los míos.

¿Debería mandarlo a la mierda y cerrar la puerta o follármelo y luego mandarlo a la mierda?

Un debate fuerte se incrusta en mi mente, pero mi decisión está tomada cuando él relame sus labios.

Le doy una sonrisa ladeada y me hago a un lado para dejarlo ingresar. Cierro la puerta detrás de él y lo observo en silencio cuando inspecciona el alrededor.

–Lamento llegar tarde. Isabela tardó en dormirse y Grace al ver que estaba a instantes de salir decidió que era una buena idea discutir conmigo sobre lo mal padre que soy.

Suspiro. Eso es triste...

–¿Quieres hablar sobre eso?

Niega con su cabeza.

–No te preocupes, ya está todo bien.

Asiento con mi cabeza y llevo la copa a mis labios. Comienzo a subir las escaleras y escucho segundos después sus pasos detrás de mí.

–Podrías la próxima vez enviar un mensaje de texto para avisar.

–Pensé hacerlo, pero luego recordé que no tengo tú número.

Ingreso a la habitación dónde estaba anteriormente y me dejo caer en el suelo dónde varios cojines se encuentran. Él observa con curiosidad la botella de vino por la mitad y el delicioso pastel de chocolate abierto casi a terminar.

–¿Cuánto llevas bebiendo?

–Cinco copas, contando esta. –digo en voz baja mientras sirvo una nueva cantidad en mi copa.

–Así que...estás ebria. –habla igualmente en voz baja, pero cautelosamente.

–Quisiera, pero mi tolerancia al alcohol me permite casi beber una botella de vino y aún poder caminar en línea recta.

Él asiente con su cabeza y se deja caer delante de mí. Señalo con mi cabeza la copa que está en una mesa de su lado y él rápidamente me la ofrece. Le sirvo también una buena cantidad de vino y luego me relajo mientras continúo comiendo el pastel. Él me observa con diversión.

–¿Por qué no te quedaste con tus hijas?– le pregunto.

–Quería estar aquí.

Asiento con mi cabeza. Llevo la cuchara a mis labios y sonrío mentalmente al ver cómo Jamie está muy pendiente en ver mi lengua lamer el restante del pastel en la cuchara.

Más allá de la ficción #1 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora