𝐁𝐮𝐬𝐜𝐚́𝐧𝐝𝐨𝐭𝐞

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El corazón de _____ comenzó a latir aceleradamente, no sabía lo que ocurría, al inicio se cuestionaba si lo que decía la carta era cierto.

Se sentó en su cama, y colocó su mano sobre su mentón, era lógico, esa carta seguramente la escribió a los 4 años, a esa edad generalmente los niños no sabían escribir o leer, sin embargo ella lo hacía. Se puso a pensar un poco, si había reencarnado seguramente su alma era más madura para su edad, además lo del hilo rojo, si ella encontraba a ese chico del que hablaba en la carta y sus hilos se unían era porque todo era cierto.

Sobó su sien intentando controlar el dolor de cabeza que le había llegado.

- Así que mi alma gemela es un tal Aidan al cual debo encontrar, porque me prometió una mejor vida. - exclamó dirigiéndose a si misma.

Guardó la carta en una pequeña mochila, sacó su celular y decidió buscar en Instagram el nombre del chico que escribió en la carta, en los resultados apareció aquel nombre, desgraciadamente no tenía foto de perfil, y su perfil era privado.

Leyó la descripción del perfil a pesar de ser privado.

New York 🗽
16 años
"Estudiante The Dalton School"

Inmediatamente ______ le envió solicitud, esta fue rechazada en un par de horas.

¿Por qué había rechazado su solicitud?

Intentó más veces en mandarle la solicitud, nuevamente la rechazó.

¿Qué sucedía? ¿Qué debía hacer en este caso? ¿Acaso había alguna otra forma de contactarlo? Seguramente rechazó la solicitud porque ella era una extraña para él al haber perdido sus recuerdos, pero... ¿para eso no hicieron la carta?

No quedaba de otra, por lo menos tenía una pista, en la descripción de su perfil decía la preparatoria en la que iba, debía ir directamente a buscarlo en persona.

Al llegar a la preparatoria, intentó a buscar entre tantos estudiantes, ninguno estaba unido a su hilo rojo, comenzaba a creer que era mentira.

Un escalofrío recorrió su cuerpo de repente, alguien había tocado su hombro.

- ¿Te sucede algo?

_______ se dió la vuelta, observó con esos bellos ojos como sus hilos se conectaban, como sentía una extraña calidez en esa persona, ahí fue cuando se dio cuenta que era cierto, lo de la carta era cierto.

Aidan se quedó esperando la respuesta por parte de la chica, le pareció familiar aquel rostro, sin embargo, no entendía aquella expresión en su rostro.

- ¿Necesitas algo? - volvió a preguntar. - Me pareció ver que buscabas a alguien, de la nada te quedaste completamente quieta, creí que eras un maniquí. - rió.

- ¡A-Aidan...! - expresó abalanzándose al pelinegro, el cual se quedó estático.

- ¿Cómo sabes mi nombre...?

______ inmediatamente se separó de Aidan.

- ¿No... leíste tu carta?

- ¿Cuál carta?

- ¡Aidan, somos almas gemelas! ¡Nuestro hilo rojo está unido! ¡Soy _____!

Aidan miró con extrañeza a aquella chica, ¿Almas gemelas? ¿Hilo rojo? ¿De qué rayos estaba hablando esa chica?

______ se quedó observando a Aidan algo apenada, se sentía algo decepcionada al saber que Aidan había perdido su carta.

Una chica de cabello largo color marrón se acercó a ambos chicos, empujó a ______ con algo de fuerza, por suerte no se cayó.

- ¡Oye! ¡¿Qué te pasa?!

- ¡¿Qué te pasa a ti?! ¡Vi como abrazaste a mi novio!

- ¿T-Tú novio?

- Así es, Aidan es mi novio, consíguete otro, idiota.

______ miró a Aidan, Aidan la miró a ella, sus miradas se conectaron.

- ¿Entonces... no cumplirás tu promesa, Gallagher? - exclamó ______ agachando la mirada.

Un escalofrío recorrió el cuerpo de Aidan, este no respondió, pero esa chica le causaba algo de curiosidad, necesitaba saber más de ella y de todo lo que estaba hablando. ¿Almas gemelas? ¿Cómo podía ella saber que eran almas gemelas?

_______ se retiró, no quería seguir ahí, ese ambiente la estaba asfixiando un poco.

______ deambuló un poco por aquella ciudad, anocheció de un momento a otro, se acercó al mar que se encontraba bastante cerca de donde estaba y se sentó en la arena de la orilla de la marea, mojando un poco sus pies. Observó las estrellas, eran su único consuelo en ese momento.

- _______ ¿Verdad? ¿Estás sola?

______ volteó su cabeza hacía atrás, era Aidan, estaba por sentarse a su lado.

- ¿Qué haces aquí?

- Lo lamento, no pudimos hablar por mi novia, pero realmente me pareces interesante.

- ¿A qué te refieres con interesante?

Aidan llevó ambas manos a su nuca. - No lo sé, por alguna extraña razón me pareces bastante familiar, además, eres extraña, hablabas sobre almas gemelas e hilos rojos, necesito el contexto. - rió.

______ rió igualmente. - Tienes razón, debí parecer una loca.

- Bastante.

_______ suspiró y comenzó a contarle todo, detalle por detalle de lo que decía su carta, le comentó que ella podía ver el hilo rojo y que el de ellos estaba unido.

- ¿Entonces yo perdí mi carta?

- Es lo más probable.

- No, debo encontrarla, quiero saber lo que escribí.

- Puedes buscarla en tu casa.

- Bueno, en fin, entonces dices que nuestros hilos rojos están unidos? Y eso nos convierte en almas gemelas, además de que en nuestras vidas pasadas yo fallecí por una enfermedad a los 17 años y te prometí reencontrarnos en esta? Dios, es demasiada información la cual debo procesar.

- Ese es un pequeño resumen de lo que decía mi carta, seguramente la tuya dice algunas cosas más, sobre todo nuestra vida pasada desde tu perspectiva.

Aidan frotó su cabello. - Morir siendo un adolescente, ¿Cómo pude soportar eso?

- Yo...

- ¿Fue gracias a ti no? Soporté todo ese proceso gracias a ti.

______ se tensó un poco. - ¿Enserio me crees todo lo que te digo?

- Es una locura, pero por alguna razón te creo, ya te lo dije, me resultas familiar, además, tener a una chica tan bella como alma gemela me gusta.

Las mejillas de _______ de pronto se sonrojaron como un tomate.

- Bueno, debo encontrar esa carta, además, si es cierto lo que dices, entonces cumpliré con mi promesa.

- Una vida más justa... - susurrando ambos a la vez y se voltearon a ver, sonrieron y observaron las estrellas juntos, de alguna forma a pesar de volverse a reencontrar sin saber casi nada de su pasado había algo que los unía, más allá de su hilo rojo, había química, había algo que hacía a ambos creer en lo que decía la carta.

Ambos podían decir perfectamente en este momento "Recién te conozco, pero pareciera como si nos conociéramos de años".

Almas gemelas unidas por el destino, eso eran y no necesitaban cuestionárselo, ambos lo sentían.

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Nueva vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora