𝐀𝐧𝐠𝐮𝐬𝐭𝐢𝐚, 𝐮𝐧 𝐜𝐨𝐫𝐚𝐳𝐨́𝐧 𝐭𝐫𝐚𝐧𝐪𝐮𝐢𝐥𝐨

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﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏;;📍 Aɴɢᴜsᴛɪᴀ, ᴜɴ ᴄᴏʀᴀᴢᴏ́ɴ ᴛʀᴀɴqᴜɪʟᴏ

Por aquella pequeña ventana, observaba a lo lejos cientos de luces diminutas sobre la ciudad, en un cielo oscuro lleno de vida, la vista desde esa altura era preciosa.

Un ligero toque sobre su hombro la hizo salir del pequeño estado de trance en el que se encontraba, inmediatamente giró su rostro en dirección a su novio, el cuál estaba ciertamente acurrucado sobre ella, mirándola con atención.

— ¿No puedes dormir?

Ante la pregunta, ______ regresó su vista a la pequeña ventana del avión, Aidan hizo lo mismo, trató de acercarse un poco más para observar de mejor manera la vista debajo de ellos.

— Estoy... – hizo una ligera pausa, intentando encontrar alguna palabra que describiera a la perfección sus sentimientos en aquel momento. — Inquieta, llena de incertidumbre.

Él la miró con curiosidad. — ¿Incertidumbre? ¿A qué se debe la incertidumbre?

— ¿Crees que lo lograremos? No sé, han pasado muchas cosas que no me sorprendería que alguna otra cosa más sucediera. ¿Realmente crees que finalmente superaremos esto?

Aidan colocó su mano sobre la cabeza de la chica, acariciándola un poco. — Acércate. – dijo dando una pequeña palmada en su pecho, justamente del lado izquierdo, en donde se encontraba su corazón.

_______ llevó su rostro hasta el peco se su chico, recargándose sobre él, escuchando los latidos de su corazón.

— ¿Escuchas eso? Bueno, este pequeño corazón suele tener buenas corazonadas, ¿Quieres saber por qué estoy tan seguro?

— ¿Por qué? – preguntó risueña, esperando alguna tontería como respuesta.

— Porque en todas las versiones que conocí de ti, este pequeño corazón me decía que debía ir hacia ti, como si fueras una especie de luz que debía seguir.

La chica se sonrojó, jamás podría evitarlo, jamás podría evitar todos aquellos sonrojos que Aidan provocaba.

— En fin, soy bueno descifrando los mensajes de mi corazón. ¿Sabes qué me dice ahora?

— ¿Qué? – preguntó mirándolo, una mirada llena de vida, de brillo.

— "Todo estará bien, tranquila." Eso siento, eso quiere transmitirte, no tienes porque dudar, sólo cierra los ojos y disfruta de nuestro largo viaje, porque aunque parezca un final...

— Esto recién comienza, ¿No?

— Así es. – respondió Aidan sonriendo sutilmente. — Descansa, te lo mereces pequeña.

Hubo un largo silencio lleno de tranquilidad, lo único que podía escucharse era la ligera turbulencia de la aeronave y los susurros de algunos pasajeros que tampoco lograban dormir.

— Hay algo que aún no te he contado.

______ volteó su mirada al chico, con un semblante lleno de confusión, Aidan por su parte, lucía emocionado.

— ¿Qué sucede?

— Una gran disquera fue al club de música de mamá y su amiga Roxanne, ¿Adivina qué?

Los ojos de la chica emitieron un gran brillo, cuando Aidan realizó la pregunta, una sonrisa fue asomándose de oreja a oreja.

— ¿Qué? – preguntó con entusiasmo, aunque se imaginaba la respuesta, escucharlo salir de los labios de Aidan era algo que había esperado hace tiempo, el gran sueño de su chico siendo cumplido.

— Obtuve un contrato, finalmente seré un artista reconocido, bueno, al menos lucharé para lograrlo, este es el primer paso, un gran primer paso.

Desde su asiento, _______ trató de abalanzarse al chico que se encontraba a su lado, Aidan abrazó con fuerza a _______, ambos con la misma gran sonrisa.

— ¡Felicidades! – gritó, llamando la atención de algunos pasajeros y despertando a algunos otros. Cubrió su boca con ambas manos, algo avergonzada, y en voz baja volvió a repetir entre risitas. — Felicidades.

— Muchas gracias.

— Seré testigo de tu crecimiento, ya lo verás.

— Ya lo veré. – respondió Aidan, dando pequeñas palmaditas en la cabezade su novia, la cual se encontraba recargada sobre su hombro.

Lentamente cerró los ojos, aún acurrucada sobre Aidan, Aidan se llevaba cualquier tipo de preocupación.

Con él, se sentía plenamente feliz.

...

Sobre su frente, sintió pequeños toques, poco a poco fue abriendo sus ojos, Aidan seguía a su lado en el avión, mirándola de una forma bastante dulce.

— Hemos llegado, Inglaterra. – dijo desabrochando su cinturón para poder pararse de su asiento, algunos pasajeros comenzaban a salir del avión.

Ella sólo asintió con una sonrisa, su mente estaba inundada de tantas emociones que era bastante complicado emitir respuesta alguna sobre el hecho de que finalmente estaban en Inglaterra, la tierra en donde quizás podrían poner final a su guerra interna.

Ambos salieron del avión, tomados de la mano. Inmediatamente fueron a recoger su equipaje después de cumplir con las formalidades relativas al control de fronteras, en donde dichas maletas fueron transportadas por unas cintas.

Aidan tomó su maleta, caminó en dirección a la salida, aún tomado de la mano de ______, la cual después de unos cuantos pasos cerca de la salida, soltó la mano del chico, Aidan se detuvo, giró su torso un poco para verla.

— Aidan.

— ¿Si? – las puertas eléctricas detrás de él se abrían mediante las personas salían, dejando entrar un poco de la brisa del exterior, haciendo que su cabello se moviera en sintonía a las ráfagas de viento.

— - Nunca había conectado tanto con una persona de la manera que lo hice contigo, no quiero perderte, ¿Me prometes que todo estará bien?

Aidan soltó su maleta y se acercó a la chica, colocó ambas manos sobre sus hombros, mirándola con una sonrisa llena de seguridad, ella sólo lo miraba con estupefacción.

— ¿Sabes lo difícil que es perderte? Me imagino que lo sabes, me has perdido.

Ella permaneció callada, no había necesidad de las palabras, Aidan sabía exactamente que ella conocía aquel sentimiento.

— ¿Crees que en este punto permitiré perderte? ¿Una vez más?

— No me dejes, no quiero que eso vuelva a suceder. – dijo agachando el rostro, se sentía ciertamente angustiada, después de todas aquellas vivencias, aquel trauma de perderlo una vez más carcomía su mente día y noche.

— No te dejaré, nunca lo he hecho, nuestras almas están siempre juntas, es algo que sabes muy bien. – el ojiverde tomó nuevamente la mano de la chica, entrelazando su dedo meñique al de ella. — Pero está vez será diferente, lucharemos para que no sólo nuestras almas estén juntas.

— ¿Lo prometes?

— Lo prometo.

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