𝐔𝐧 𝐝𝐢́𝐚 𝐚 𝐭𝐮 𝐥𝐚𝐝𝐨

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El cielo se veía precioso, totalmente despejado, un inmenso velo azulado, era perfecto para salir.

_______ estaba en su habitación en la espera de Aidan, al pesar de casi una hora, él llegó, tocó la puerta, ella inmediatamente se puso de pie de su cama y corrió a la puerta, abriéndole esta.

- Que linda te vez, ¿Te arreglaste para mí?

- Idiota, lo hice para mí.

- Lo sé, solo quería hacerte saber lo bien que te vez. - respondió con una sonrisa, ella simplemente se sonrojó.

- ¿Y bien? - salió de la entrada, cerrando la puerta. - ¿A dónde iremos?

- Central Park, ¿Te parece?

- ¿Podemos ir después a comer algo? Estoy hambrienta.

- ¿Pizza, helado, hot dogs? Lo que quieras.

- Pizza, y tal vez un helado como postre.

Aidan asintió, ambos subieron al taxi que estaba afuera de la casa, el cual trajo a Aidan. Los chicos le indicaron al chofer que su destino sería Central Park, este asintió avanzando.

Ambos veían por la ventana como su destino se acercaba, observando los árboles, las flores, a las personas, todo a su alrededor. Unos segundos después, bajaron del auto, pagándole al chofer.

Aidan sonrió, observaba con un brillo en sus ojos aquel parque, amaba la naturaleza, él soltó un suspiro, el rostro de la chica estaba siendo iluminado por los rayos solares, resaltando el color de sus ojos.

_______ giró un poco su rostro, levantando una ceja, con una sonrisa en su rostro.

- ¿Tengo algo en el rostro?

- ¿Por qué lo pregunta, señorita?

- No paras de verme.

- ¿Cómo lo digo sin sonar tan intenso? Amm... puede ser que nos acabemos de conocer, digo, en esta vida claramente, pero puedo jurarte, que vi ese bello rostro tuyo antes, y que de alguna forma, me haces sentir tranquilidad al observarte, ¿crees que estoy loco?

Abrió un poco sus ojos, sus mejillas nuevamente se tornaron de un color rosado.
- Sí, lo estás, yo también lo estoy supongo.

- ¿Tú?

- Siento exactamente lo mismo. - susurró, pero para su mala suerte, el chico logró escuchar.

Se acercó a ella, riendo tomó las mejillas de la chica y las aplastó con su dedo índice y pulgar, presionando estas.

- Te hago sentir tranquilidad también eh, de casualidad también crees que soy lindo?

Aún con las manos de Aidan en sus mejillas, ella intentó responder, con su ceño algo fruncido.

- ¿Tú? Pff, ni siquiera te conozco.

- Eso no tiene nada que ver, puedes decir si me consideras lindo aún sin conocerme. Oh, y pero déjame decirte algo, de alguna forma, sí nos conocemos, así que no puedes evadir la pregunta. - rió.

Ella retiró las manos del contrario de su rostro.

- ¿Puedes dejar de hacer preguntas así? Sabes la respuesta.

Aidan rió nuevamente, amaba lo difícil que era, la volvía más interesante para él.

Ambos comenzaron una caminata por el parque, deteniéndose en una parte. ______ se agachó un poco tomando un girasol que se encontraba en el suelo.

- En la nota que escribí decía que amaba los girasoles, tengo los mismos gustos que en mi vida pasada. - sonrió.

Aidan se sentó sobre el cesped, _____ hizo lo mismo.

- ¿Puedes hablarme más de ti?

- ¿Cómo que cosas?

- Datos random sobre ti.

- Adoro la fotografía, escuchar música, me gustan los girasoles y ver anime. Vivo en una casa algo problemática, papá y mamá suelen discutir en algunas ocasiones, pero no me quejo. Creo que ya te lo había contado que veo el hilo rojo de las personas, es decir, cuando dos almas gemelas se unen veo como estos hilos se conectan, es demasiado hermoso verlo. - sonrió.

- Lo lamento por lo de tus padres, te entiendo perfectamente, mis padres están separados, también pasé por eso. - suspiró. - Y... entonces, sobre lo del hilo rojo, ¿el nuestro está unido?

- Así es, está unido.

Aidan sonrió, segundos después se puso de pie, dándole la mano a _____ para que esta también se pudiera parar del césped.

- ¿No estabas hambrienta? Vayamos a comer algo.

______ tomó su mano, poniéndose de pie.

- Sí.

Los chicos caminaron en busca de algún local en el que pudieran comer algo, después de unos cuantos minutos de búsqueda, entraron a un lugar en donde vendían pizza, pidieron sus respectivas rebanadas y tomaron asiento en una de las mesas.

- ¿Pizza vegana?

- Pruébala, sabe deliciosa. - sonrió mordiendo su rebanada.

Ella asintió y probó bocado, Aidan tenía razón, incluso no podía sentir la diferencia de la pizza ordinaria, los ingredientes sabían muy similares, aunque no lo fueran.

Mientras comían platicaban más sobre ellos, cada detalle, cada palabra, cada anécdota contada es como si la hubiesen escuchado antes, era increíble.

Al terminar, ambos se pusieron de pie, optaron por ir por algún helado como postre, el tiempo pasaba rápido, ni siquiera se dieron cuenta, el sol estaba ocultándose, formando así en el cielo un hermoso atardecer.

Aidan pidió su helado de fresa, ______ en cambió lo pidió de galleta. Ambos se sentaron en una de las bancas que estaban disponibles en el parque, frente a ellos los hermosos árboles y flores, así como el atardecer.

- ¿Puedo probar tu helado?

- Amm... sí. - _____ acercó su helado a la boca de Aidan, él lamió un poco, después se separó e hizo una mirada coqueta.

- ¿Esto es como un beso indirecto?

- Idiota.

- ¿Por eso aceptaste que probara de tu helado? - exclamó levantando un poco su ceja, acercándose a ella.

El corazón de ______ comenzó a latir con fuerza, su aroma era riquísimo, inconsciente quiso acercarse a su rostro, Aidan la sacó de sus pensamientos riéndose un poco, le causó ternura como las mejillas de la chica comenzaban a tornarse rosadas.

Ella frunció un poco las cejas tomando al chico por las mejillas y alejándolo de ella.

- Eres un idiota. - rió en voz baja.

- ¿Amas a este idiota, no es así?

- ¡Cállate Aidan! - expresó con nerviosismo cubriendo su rostro con ambas manos.

Aidan llevó ambas manos a su nuca recargándose sobre la banca.

- Bueno, sé que me amas, no tienes que decirlo. - rió.

- ¿Quieres parar ya?

Aidan se puso de pie, observó unos segundos el cielo, el sol comenzaba a ocultarse ya.

- Esta anocheciendo, regresemos a casa.

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Nueva vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora