𝐋𝐚 𝐩𝐞𝐫𝐬𝐩𝐞𝐜𝐭𝐢𝐯𝐚 𝐝𝐞𝐥 𝐚𝐫𝐭𝐞

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Apenas se retiraron Aidan y Roxanne de la casa, cuando _____ se quedó unos cuantos segundos postrada en la puerta, con un sentimiento extraño pero cálido, observando a la nada.

- Cariño.

Aquel llamado de su madre la hizo salir de sus pensamientos cerrando la puerta de su casa y volteándola a ver.

- Gracias por ser tan fuerte mamá.

Su madre soltó un suspiro algo pesado antes de hablar. - Lo lamento cariño, todo este tiempo te viste obligada a aguantar a papá, todo por un tonto capricho mío, creía que en algún punto de mi vida él cambiaría, tenía la ilusión de poder formar una bella familia a su lado, pero mis sentimientos jamás fueron correspondidos.

- Papá se aprovechó de lo mucho que lo amabas y se hizo un hombre mantenido, creyendo poder tener poder sobre nosotras, cuando en realidad es un ser tan patético. Me alegra que finalmente te hayas dado cuenta, pero dime, ¿Cómo te sientes?

La joven adulta tomó asiento en el comedor, sobando un sien y tomando el té que se encontraba en la mesa.

- Me siento tranquila, sinceramente perdí mi amor por él hace mucho, pero me costaba aceptarlo. Hoy finalmente puedo decir que no necesito nada de él, mis sentimientos hacía ese hombre se desvanecieron.

- Me alegra que te sientas así, no hay ni una sola razón para derramarle lágrimas a ese tipo.

- Que envidia, tú pudiste encontrar a tu alma gemela, y yo...

- No digas eso mamá, nunca es tarde para hacerlo.

- Bueno, la verdad es que he perdido la esperanza, pero por el momento, solo te necesito a ti, a nadie más.

...

Los días transcurrieron con total normalidad, clases para los chicos, trabajo para las mayores, lo de todos los días.

Las temporadas de frío habían llegado ya, era imposible salir a la calle sin un abrigo o alguna chamarra puesta, a pesar de las tan bajas temperaturas en las que se encontraban, el clima se sentía bien. Tomar chocolate caliente cubriendo tu cuerpo con alguna manta, era cálido dentro de casa.

El día más esperado de la semana había llegado ya, viernes por la noche, por fin podían asistir al concierto de una de las orquestas más prestigiosas de Nueva York.

Tanto ______ como su madre se arreglaron un poco, usando las mejores prendas que tenían en su armario, eso acompañando de unos grandes abrigos que protegían sus pieles de las altas temperaturas ahí afuera.

Llegaron bastante temprano, topándose con Aidan justo en la entrada de la sala de la orquesta sinfónica.

- Buenas noches, ¿Están listas?

- Sí, estoy bastante emocionada.

- Después de tanto tiempo siento envidia de Roxanne, quisiera que me vieras tocar el piano o la guitarra. - rió.

- No te preocupes, algún día lo haré. - sonrió.

Los tres entraron a dicha sala después de entregar sus respectivos boletos, caminaron hasta llegar a la primera fila, tomaron asiento y comenzaron a charlar un poco antes de que los músicos se preparasen.

- ¿Te gusta la música ______? - preguntó Aidan sin apartar la vista del escenario, el cual estaba siendo tapado aún por aquel gran telón rojo.

- Esa es una pregunta que ofende bastante, dime, ¿a quién en esta vida no le gusta la música? Hay distintas formas de expresar el arte, esta es una de ellas.

- Tienes razón, hay distintas formas en las que incluso yo expreso el arte.

- ¿Lo expresas de distintas formas? ¿Puedo saber cuáles?

- En los instrumentos, en el canto, en los versos, en el amor.

- ¿En el amor? ¿Ese no sería un sentimiento?

- Para mí el amor es la muestra más clara del arte, sin esto no pudiéramos expresar sus otras ramas como lo es la música o la pintura. El arte del amor, el arte de amar, de ser amado, siempre estuve vinculado a eso, y lo veo más allá que un simple sentimiento.

- El arte es todo lo que nos rodea, ¿no lo crees?

- Para mí, el verdadero arte eres tú, una alma gemela ligada a mi ser.

Ni siquiera un segundo pasó desde esa escena cuando el telón del escenario comenzó a abrirse, dejando a ver a los músicos con sus respectivos instrumentos, los hombres con traje, las mujeres con vestido negro, la elegancia de estos era notoria.

Una hermosa armonía era desprendida de los instrumentos causando estremecer por completo el cuerpo de los presentes, erizando cada vello en su piel, amenazando con un par de lágrimas por las emociones que causaba la sinfonía.

Cada instrumento bien coordinado con los movimientos del director de la orquesta, llenando por completo la sala de preciosa música clásica. Violines, Violonchelos, contrabajos, flautas, clarinetes, trompetas e incluso un piano producían una sola armonía.

El público sumamente concentrado escuchando el concierto, algunos incluso con los ojos cerrados, dejando que la música entrase en ellos.

Aidan estaba acostumbrado a esto, solía venir a cada concierto de la amiga de su madre, sin embargo, aunque era algo que ya tenía presente, seguía sintiendo la música, jamás se volvería una simple rutina.

_______ y su madre por su parte se sentían sumamente emocionadas, nunca habían asistido a uno de estos conciertos, si bien habían reproducido música clásica en sus dispositivos electrónicos, pero claramente no era lo mismo que escucharlo en persona, era mil veces mejor de esta forma.

Aidan tomó la mano de ______, entrelazó sus dedos y la apretó con fuerza, volteándola a ver a los ojos ofreciéndole la sonrisa más linda que ella había visto en su vida.

- ¿Estás emocionada?

- ¿Se nota?

- Tus ojos, tu expresión, todo denota emoción, te ves hermosa.

______ apretó más fuerte la mano del chico, riendo un poco por su expresión, luego de esto liberó el agarré y volteó su mirada nuevamente a la orquesta.

- Sí, este ambiente me causa emoción.

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Nueva vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora