𝐒𝐨𝐛𝐫𝐞 𝐥𝐚 𝐧𝐢𝐞𝐯𝐞

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﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏;;📍 Sᴏʙʀᴇ ʟᴀ ɴɪᴇᴠᴇ

El amor, una palabra abstracta difícil de comprender, palabra dueña de millones de significados. Hermoso para algunas personas, la perdición para algunas otras.

La gente solía decir que dejes ir aquello que amas. ¿No estarías siendo un cobarde? ¿Huir? ¿Abandonar a la persona que amas?

Por instante, la chica lo comprendió, estaba bien soltar a las personas de vez en cuando, salir adelante sin ellas, decir adiós, cerrar puertas. ¿Pero este era el caso?

Pensamientos giraban y giraban en una sola órbita dentro de su cabeza con distintos cuestionamientos sin respuesta alguna.

Quería hacer una cosa, pero su corazón y su alma pedían algo completamente distinto, sus sentidos se encontraban en una disputa para decidir cuál decisión o pensamiento debía gobernar, que era lo correcto en estos momentos.

Apartarse de Aidan Gallagher, decirse mutuamente un adiós eterno. ¿Eso realmente era lo correcto? Quizás así se evitaría de posibles reencarnaciones futuras en las que posiblemente volvería a sufrir como lo hizo con anterioridad, se apartaría de su pasado, su presente y su futuro.

Pero, ¿Eso era lo que ella realmente quería? ¿Eso era lo que realmente su corazón, alma y subconsciente pedían hacer?

La respuesta fue clara por primera vez dentro de varios meses, todo comenzaba a despejarse, comenzaba a comprender sus sentimientos un poco más, comenzaba a darse cuenta de aquello que anhelaba, y quizás mutuamente.

Necesitaba estar a su lado, estar junto a él.

...

Martes 18 de febrero

Aquellos zapatos negros dibujaban su silueta al dar paso sobre la espesa nieve, sin dirección alguna, simplemente andando por ahí sin rumbo.

Los ojos en tonos verdes del chico de pronto comenzaron a cristalizarse, frente a su mirar se encontraba aquel espacio en donde alguna vez miró las estrellas al lado de su amada.

Se tiró en el suelo completamente, boca arriba, admirando las estrellas, con una sola diferencia, sin su compañía.

— Gallagher...

Una voz bastante familiar susurró su nombre de forma dulce detrás de su ubicación, se reincorporó de inmediato, ahí estaba ella, tan bella como siempre.

El silencio predominó, los ojos de Aidan volvieron a cristalizarse, ésta vez amenazando con dejar salir algunas lágrimas. En los ojos de ella pasó exactamente lo mismo, ambos lo notaron.

Aidan sin pensarlo siquiera dos veces extendió sus brazos, _______ corrió a los brazos del ojiverde quien seguía en cuclillas sobre la nieve, se abalanzó lo suficiente como para derribarlo sobre la nieve, dejando caer sobre su rostro algunas de las lágrimas que no pudo contener.

— No puedo decirte adiós, no al menos sabiendo lo que siento por ti.

Aidan sonrió, no dijo ni una sola palabra, únicamente pasó su mano con delicadeza sobre el suave cabello de la chica, como si fuese una niña pequeña.

Sin poder contener su llanto, ella siguió hablando, sabía que debía expresar todo aquello que no pudo en meses.

— Intenté cualquier cosa para sacarte de mi mente, para olvidar el suceso de mi madre. Pero cuando volvía a despertar cada día, al mirar el amanecer por mi ventana, comprendía una sola cosa, tratar de olvidar era una pérdida de tiempo. – en el hombro de Aidan, hundió su rostro, empapándolo con las lágrimas que descendían por sus mejillas. — Regresa, hay algo de ti en todo, no te puedo perder, no incluso si intento hacerlo, simplemente no tengo el suficiente coraje. Puedes culparme de todo, hice lo mismo, sé que estuve mal, te lastimé, me he equivocado y simplemente me di cuenta que te necesito, a mi lado.

— Durante estos meses he intentado usar una máscara de falso coraje, tratando de esconder mis lágrimas manteniendo a cambio una sonrisa. Pero en cuanto toco las teclas del piano, al escuchar cada melodía proveniente de el vuelvo a sentir ese sentimiento de vacío, un vacío en donde claramente mi corazón y mi alma saben que falta algo, o en este caso, alguien, tú.

— Dame una oportunidad para demostrarte que este aún no es el final, Aidan. – musitó en sollozos, sin despegarse del pecho del chico, llorando en su hombro, sintiendo todavía las caricias en su cabello.

— No puedo negarlo. – susurró moviendo ligeramente la cabeza como negación, con una sonrisa sutil. — Todavía quiero ser tu chico favorito, el que te haga el día feliz, tu primer pensamiento al despertar. ¿Crees que todavía es posible? ¿Crees que haríamos bien?

______ apartó un poco su rostro del hombro del chico, sin separarse mucho de su pecho, Aidan mantenía una de sus manos en la espalda de la chica, ambos se miraban fijamente a los ojos.

— ¿Sueno egoísta si te digo que si?

— Bueno, en ocasiones hay que ser egoístas y velar por aquello que deseamos, ¿No crees?

— Creo que sí. – sonrió. — Después de todo, ¿Me dejarías ser un poco egoísta, me perdonarías y regresarías a mi lado a pesar de todo lo que llegué a decirte?

Aidan pasaba lentamente su mano sobre la espalda de la chica, acariciándola con cariño.

— Pequeña, entiendo perfectamente la razón por la que actuaste de esa forma, no son necesarias las disculpas, tu madre falleció, es completamente normal que hayas perdido la razón. Tu petición la he hecho desde siempre, estoy a tu lado en todo momento, quizás no físicamente, pero siempre estoy contigo, aquí. – con su dedo indice señaló el corazón de su amada.

Las lágrimas de _______ comenzaron a intensificarse mucho más, nuevamente se abalanzó al chico dejando salir ésta vez todo.

— ¡La extraño! – gritó con todas sus fuerzas.

— Lo entiendo cariño, llora lo que sea necesario, no te lo guardes. – con su mano acariciaba su espalda dándole un poco de su calor. — Pero recuerda una sola, ella también está siempre contigo, tenlo en cuenta, no se ha ido del todo.

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Nueva vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora