𝐈𝐧𝐭𝐞𝐫𝐯𝐞𝐧𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐚𝐦𝐨𝐫𝐨𝐬𝐚

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Ambos yacían observando la luna en la orilla del mar, sus corazones latían con fuerza, ambos estaban callados observando la hermosa vista frente a ellos.

- Bueno. - Aidan se puso de pie. - Entonces debo terminar con mi novia ¿no?

Un escalofrío recorrió el cuerpo de _____, no le gustaba interferir en las relaciones, pero en todo caso ella estaba interfiriendo en la suya, su alma gemela no cambiaría, no al menos porque él tuviera novia.

- Esa es tu decisión Gallagher.

Aidan suspiró. - Lo haré.

- ¿A-Así de fácil?

- Amm... - rascó su mejilla. - Recién comenzamos a salir, y lo hice porque insistió demasiado, no me afecta mucho.

_______ también se puso de pie, se puso frente a él y se vieron cara a cara, ella con una expresión de seriedad. - No debes salir con alguien porque te lo insiste Gallagher, son sentimientos después de todo, no se pueden tratar a la ligera y...

Aidan la interrumpió riendo un poco. - Siento como si te conociera de años, dios... tu personalidad, de verdad siento que ya conocía esa personalidad tuya.

_______ hizo un puchero por haberla interrumpido, sin embargo a ella le pasaba lo mismo, sentía que ya conocía a Aidan, y que no hacía falta tener más interacciones.

- El punto es que, si vas a terminar con ella, hazlo de una forma educada.

- Lo haré, lo haré. - exclamó llevando sus manos a su nuca.

- Creo que ya es momento de regresar a casa, ya es muy tarde.

- ¿Te acompaño?

- No gracias, iré sola.

- Te acompañaré.

- Dije no gracias, iré sola.

- No es una pregunta. - sonrió.

- Agh, esta bien. - rió.

Ambos caminaron juntos hasta la casa de ______, afortunadamente no estaba muy lejos, ambos vivían bastante cerca, lo cual era un punto a favor para ambos. Al llegar tocaron la puerta, salió la madre de _______ algo sorprendida de ver a un chico junto a su hija, nunca había llevado a un chico a casa.

- Mamá, él es Aidan.

La madre de _______ inmediatamente abrió los ojos y la boca a más no poder, era el chico el cual se suponía era el novio de su hija en su vida pasada. Entonces era cierto, existía un tal Aidan Gallagher el cual también había reencarnado como su querida hija.

- ¡Por fin se reencontraron! - gritó abrazando al pelinegro, _____ se sentía un poco avergonzada por esa acción de su madre.

- Así es, por fin nos reencontramos. - asintió con una sonrisa.

- ¿Quieres quedarte a cenar? Deben de estar hambrientos.

- No gracias, seguramente mamá me está esperando preocupada, debía volver a la casa después de clases pero... surgió un imprevisto. - rió.

- Está bien cuídate mucho.

- _______. - Aidan se acercó a ella y puso sus manos en sus hombros. - ¿Quieres salir mañana conmigo a pasear?

- Claro, entonces... nos vemos mañana. - sonrió.

...

Un nuevo día había llegado, viernes por la mañana, ambos debían ir a clases, cada quien a sus respectivas instituciones.

Nueva vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora