𝐂𝐨𝐩𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐧𝐢𝐞𝐯𝐞

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Pequeños copos de nieve caían siguiendo una línea recta hasta dar en el jardín, cubierto por la blanca nieve sobre el césped. Los vidrios permanecían empañados causantes de la fuerte ventisca en el exterior, incluso era casi imposible abrir las ventanas por el hielo atascado en el borde.

Por el momento, el único acompañante para ese helado día era una gran manta de algodón junto con una taza con chocolate caliente.

Los pensamientos abismales seguían atacando cual cuchillos en el interior, era imposible mantener la compostura.

La laptop sobre su regazo, el sonido de las ventanas siendo golpeadas por la ventisca, el vapor siendo desprendido de la taza de chocolate caliente, la suave manta abrazando sus desnudas piernas.

Nada de eso tenía relevancia comparada con el torbellino de ideas circulando en su cabeza.

La chica sacudió su cabeza con movimientos algo bruscos, tiró de su cabello con algo de fuerza para después solo masajear las raíces de estas. Necesitaba parar, debía detener todo dentro de su cabeza, o podría enloquecer en cualquier momento.

Un intenso suspiro fue liberado desde el fondo de su garganta, sus manos fueron a parar nuevamente en el teclado de la laptop, necesitaba escribir todo lo que pensaba, para así poder dejar salir esos pensamientos.

Notas

Hoy es 14 de enero, los copos de nieve siguen cayendo en el exterior, causando la expansión de nieve sobre mi jardín, como la expansión de ideas y pensamientos en mi interior.

Por más que lo intente, no puedo guardar la calma, estoy aterrada de lo que será de nosotros en un futuro, de lo que será de mí, de lo que será él.

Muchos me dirían paranoica, otros algunos me comprenderían, sin embargo, vivirlo en cuerpo y alma es doloroso, el saber que existe una posibilidad de un futuro incierto me perturba día con día, el saber que en cualquier momento mi felicidad podría ser erradicada por una dicha maldición.

Me pregunto, ¿Hice algo malo?

Lo conozco perfectamente, Aidan Gallagher es la alma más perfecta que he conocido a lo largo de mi vida y estoy agradecida con el universo por ser merecedora de aquella alma pura y noble, él jamás dañaría a alguien como para merecer ser maldecido.

Entonces, ¿Por qué nosotros?

Este tonto cerebro llega a pensar diferentes escenarios de lo que será en un futuro, todos son negativos.

Al final, aunque nuestras almas pertenezcan unidas, algo me dice que nuestros cuerpos jamás lo harán.

...

Un mensaje interrumpió aquella pequeña redacción, era su alma gemela.

De: Aidan Gallagher (Enviado el 14 de Enero a las 6:02 p.m.)
[¿Estás?]

T/N
[Siempre.]

Aidan Gallagher
[Solo quería recordarle que usted y yo tenemos una cita, bella dama.]

T/N
[En un momento me arreglo, sigo en pijamas.]

Aidan Gallagher
[Linda imagen mental, pequeña.]

T/N
[Dios, no, luzco horrible.]

Aidan Gallagher
[¿Desde cuándo "horrible" es sinónimo de "hermosa"]

T/N
[Deja tus cursilerías para más tarde, ¿Quieres? No quiero morir de un ataque al corazón en plena ducha.]

Aidan Gallagher
[Anda, ve, iré a tu casa, no importa si no estás lista aún, te esperaré.]

Ese último mensaje no fue leído, _______ depositó su celular sobre su tocador y entró al baño, en donde retiró sus prendas las cuales lanzó al cesto de ropa sucia, abrió las llaves dejando caer las primeras gotas de agua, cayendo sobre su cabello, recorriendo su piel hasta irse por el desagüe.

Era reconfortante, el vapor empañaba el cancel de la ducha. A pesar de estar casi hirviendo no sentía molestia alguna, hacía tanto frío que lo único que necesitaba ahora era un baño caliente.

Al salir, tomó la toalla y comenzó a secar su cabello y cuerpo, enredó dicha toalla sobre su cuerpo y caminó hasta su armario, en donde se quedó unos cuantos minutos pensando en lo que usaría.

Unas medias largas color negro, una falda de cuero color camel, acompañada de una blusa blanca de cuello largo, un abrigo del mismo color de su falda, unos guantes negros y por último, una bufanda roja.

Escuchó como alguien tocaba la puerta, decidió seguir con lo suyo, ya había terminado de cambiarse, solo faltaba un poco de maquillaje y alaciarse, su madre fue quien decidió abrir la puerta, dejando pasar al ojiverde el cual subió hasta su habitación.

- ¿Aidan? ¿No es muy temprano aún? No he terminado de arreglarme.

- No leíste mi último mensaje ¿Cierto?

La chica negó con su cabeza.

- Solo quería venir, no importa si aún no estabas lista, no hay prisa alguna, sigue con lo tuyo. - expresó sonriente.

_______ tomó la secadora para después pasar la plancha por su cabello, alaciando solo un poco su cabello. Se acercó más a su tocador y se aplicó un poco de maquillaje.

Aidan por su parte caminaba por la habitación, tomó un retrato que se encontraba arriba de un pequeño mueble de madera.

- Eras muy linda. - dijo observando la imagen, se trataba de una foto de ella de pequeña. - ¡No! ¡Sí! ¡No quise decir eso!

- ¿Eh?

Aidan rió un poco y aclaro su garganta. - Eras muy linda, y lo sigues siendo.

Una ligera risita se escapó de los labios de ________. - Estoy lista.

- Te ves increíble, no entiendo como puedo ser merecedor de una belleza como tú. - dijo tomando sus manos. - ¿Nos vamos?

- Vayamos...

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