Joyas de Guerra ©

Capítulo 3

[La misión]

Me puse en una muy buena posición para poder hacer mi tiro perfecto, los objetivos eran 6 y cada uno tenía 3 m de distancia del uno al uno y 40 m de ellos hacia a mí, solo es cuestión de hacer simples cálculos para que todo salga perfecto, en dado caso ya tenía el primer blanco a la mira y disparo.

1...
2...
3...
4...
5...
6...

El sonido de los disparos sonó por toda el área haciendo que los pájaros que estaban posados en los árboles salieran volando del lugar. Había acertado los 6 tiros, cada uno dio directo al punto fijo.

—Debo decir que me sorprendió demasiado Perséfone —el Capitán Kai se dirigió a mí con una pequeña sonrisa.

—Muchas Gracias, Capitán.

—¿Desde cuándo haces disparos de este tipo? —pregunta, curioso.

—Mi abuelo que en paz descanse era francotirador de las fuerzas especiales de Estados Unidos, me enseñó desde los 8 años a disparar y a tener una muy buena presión y puntería, también en la academia me enseñaron todo la información de francotiradores.

Mi abuelo era un gran francotirador y un gran hombre, pero desgraciadamente falleció hace 2 años por un ataque al corazón, su partida me destrozó demasiado por que en verdad lo quería demasiado, él era una gran inspiración para mí y cada día que paso lo sigo extraño aún más, una perdida no se olvida ni se supera, solo se aprende a vivir con el dolor y a mí me ha costado demasiado.

—Tu abuelo debe de estar muy orgullosa de ti y de la mujer que te has convertido  Perséfone.

—Lo sé, cada día trato de mejorar porque eso es algo que le prometí 2 días antes de que el falleciera y es una promesa que cumpliré hasta el final —de todas las promesas que he hecho esta es la que más me importa.

—Y lo logrará.

—Capitán, el jefe Azael lo solicita ver en su oficina —un chico de piel Morena se acerca a nosotros con unos papeles en mano.

—¿Es urgente? —pregunta curioso el capitán.

—Si señor y también tiene que revisar estos papeles.

—En seguida voy, bueno Perséfone me tengo que pasar a retirar porque me solicitan ver, pero tu sigue practicando con tus tiros.

—Claro que sí.

Seguí practicando mis tiros en todo este tiempo, me posicioné en diferentes lugares para hacer disparos diferentes a mayor y menor distancia. Los de mayor distancia para mi eran de los mejores ya que perforaba perfectamente las cosas o personas. Seguí practicando hasta que escuché que alguien gritaba mi nombre y al darme la vuelta vi que se trataba de mi hermana.

—¡Perséfone! —venía corriendo hacía mí.

—¡Aleen! —me arroje a sus brazos para abrazarla.

—¿Cómo te la estás pasando? ¿Te ha gustado el lugar?

—Si, es maravilloso este lugar.

—Me alegro. —de repente su celular empezó a sonar— nos están solicitando a una junta de urgencia, andando.

Nos dirigimos al edificio A2 para ver de qué se trataba la junta, cuando llegamos ya todos estaban ahí esperando el informe. Las puertas se abren y dan paso a los hermanos Statham.

—Se nos acaba de presentar una nueva misión—. Habla Nicolo con rostro serio.

—Mañana por la madrugada viajaremos a Italia ya que se nos ha solicitado de urgencia— Azael empezó a caminar por todo el Salón con semblante serio.