Capitulo 14

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Esta parte donde narra Azael paso cuando Perséfone y Ariadne se fueron de fiesta, es su punto de vista de él.

Azael

《¿Es  broma?》

Estaba acomodando unos papeles para ya tenerlos listos para mañana que salgamos de viaje, era nueva información para la recuperación de la 4 joya y cada vez se estaba poniendo un poco complicado, más de lo normal diría yo.

Bajo a la cocina para buscar algo de comer para ya ir a dormir, pero toda la comida estába cargada de grasas y eso hace que se me ponga mal el estómago por la noche, así que mejor tomo un yogurt y unas galletas. Al terminar de comer me encuentro a Josh también buscando comida, pero este se notaba con más hambre.

—Hola. — Pega un brinco y tira la leche.

—Azael, no me di cuenta de que estabas detrás mío.

—Descuida, yo ya me iba.

—¿No sabes si ya llego Perse y Ari?

—¿Eh?

—Salieron de fiesta, pero aún no llegan —que flojera salir de fiesta a esta hora.

—No, talvez lleguen un poco más tarde.

—Entonces las esperaré aquí.

Subo a la habitación para terminar de acomodar mis cosas, de tan solo ver el desorden que tenía hacía que mi estrés fluyera cada vez más al igual que mi flojera, pero de una u otra manera lo tengo que hacer.

Estaba tan concentrado en leer unos papeles que no me di cuenta que ya era demasiada noche, lo peor es que no llevo ni la mitad de las cosas guardadas.

Tenía un desorden de ropa y eso que yo era de las personas que tienen toc por la limpieza y el orden, pero esta vez sí me había pasado un poco con el desorden, aunque no era tanto, pero si había mucho que recoger. Cuando termino de ingresar ya todo a la maleta me pongo de nuevo a leer los papeles para pasarlos a la computadora y enviárselos por correo al coronel de Japón.

Pasa como 1 hora aproximadamente y yo ya me sentía demasiado estresado, pero da igual, la mayoría del tiempo me sentía así, es algo de lo que uno con el tiempo ya se va acostumbrando.

Estaba a punto de ingresar a la cama, pero alguien empieza a tocar la puerta y para mi bella sorpresa era el imbécil de mi primo.

—¿Que quieres?

—Me llego un correo —tenía semblante preocupado.

—¿Y qué quieres que haga, que te enseñe como abrir correos?

—No —se pone en una posición más firme. — Es el mismo correo que nos llegó hace 2 años.

No me jodas.

Mira Román en este momento no estoy para bromas estúpidas, espero y lo que me estés diciendo sea una.

—No es ninguna broma Azael, mira. — Me muestra la pantalla de su celular y efectivamente, es el mismo correo que nos enviaron hace 2 años, el mismo mensaje que hizo que todo se fuera al carajo.

—Bórralo.

—Azael, esto no es un juego y tú sabes perfectamente lo que pasó.

—¿Lo que paso? — El sentimiento de culpa de nuevo me empieza a invadir y eso era lo que me temía. — Tu más que nadie sabe perfectamente lo que paso aquel día con ella.

—Si ya lo sé, pero necesitamos saber si es la misma persona, si en verdad se trata de...—no lo dejo terminar porque cada que menciona su nombre me pongo demasiado mal.

Joyas de Guerra ©Where stories live. Discover now