Capitulo 11

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《Ataque》

Duré como una hora en la azotea, pero casi no pude leer nada del libro por andar pensando en lo que ocurrió hace un rato, quiero pensar que lo que me dijo Azael solo era en broma.

Por qué si lo decía de broma, ¿no?

Bueno, el punto es que tendré que fingir que no pasó nada y que él no me vio leyendo aquel libro. Bajo a la recamara y preparo mis cosas y me alisto para poder salir a la misión, cuando bajo para la recepción veo a casi a la mayoría ya listos esperando a los demás.

— ¿A dónde fuiste esta mañana? — Pregunta Ariadne.

— Salí a tomar un poco de aire.

Me dirijo a la camioneta para meter las cosas faltantes y por lo que puedo ver es el desorden que tienen, todo está mal acomodado y ya ni hablemos de como tienen alineado el armamento, pero bueno, quien soy yo para juzgar. Ya todos estaban enfrente de la camioneta esperando la indicación de salida, pero Azael no llegaba y era el que más nos apuraba.

— Perdón estaba en una llamada importante. — Azael aparece después de 10 minutos de estarlo esperando.

— Llegas tarde, pero te enojas si uno de nosotros llega tarde, que novedad.

— Suban.

Estoy a punto de subirme, pero siento una mirada intensa detrás mío, pero no volteo porque ya se de quien viene, pero después de unos segundos lo hago por curiosidad y veo unos ojos azules mirándome con una sonrisa de oreja a oreja, y debo de admitir que se ve demasiado bien sonriendo, pero cuando se da cuenta que lo estoy mirando su sonrisa se ensancha más.

— ¿Se te perdió algo? — Pregunto ya un poco irritada.

— No, solo estoy admirando la vista —chasquea la lengua para después subir a la camioneta.

Pero si esta todo nublado, no hay nada bueno que admirar con esas nubes todas grises.

Emprendimos marcha al lugar que se nos había indicado, iba tan perdida en mis pensamientos que en lo único que podía pensar era en lo que nos habían dicho ayer, quiero pensar que nada de eso es verdad, pero por la seriedad en que no lo conto y la foto que nos enseñó me deja demasiado en que pensar, tal vez pudo haber sido alguien que se puso el traje de la organización para hacernos creer que alguien podría estar infiltrado pero a la vez caigo en cuenta que es muy difícil conseguir los trajes ya que no se les da a cualquiera y tampoco se pueden mandar hacer porque para el tipo de diseño y el escudo en específico tienes que tener un permiso autorizado por tu país u organización para que pueda ser elaborado.

Voy tan perdida en mis pensamientos que no me había dado cuenta que ya casi llegábamos al lugar. Entramos a un lugar llenos de milpas, montañas y árboles, es una hermosa vista pero un poco más adelante se podían notar mallas de seguridad y torres con gente vigilando desde arriba, Azael estaciona la camioneta y alistamos el armamento.

— Andando —nos ponemos las máscaras y salimos rápidamente de camioneta.

— ¡Estén atentos y no despeguen sus ojos del área! — Grita Alan cargando su arma.

— No dejen a nadie vivo.

Nos dispersamos por todo el área y aquellos hombres empezaron a disparar, yo me fui por el lado derecho junto con Nix, Kai y Elián. Empezamos a disparar a diestra y siniestra, eran demasiados hombres, pero iban disminuyendo con el paso de los segundos.

— Ya estamos dentro del área, ingresen a la casa lo más rápido posible. — Da la orden Azael y avanzamos a esta.

Empezamos a lanzar bombas de gas por todo el lugar y solo se podía ver una lluvia de balas por todos los lados, me dirijo para la parte trasera del lugar y con la novedad de que había más hombres esperando atacar, pero yo fui más rápida y les empecé a disparar directo a su cabeza, varios intentaron irse contra mí, pero todos sus movimientos eran un total fallo y en vez de disparar y desperdiciar mis valiosas balas con unos imbéciles me puse a golpearlos.

Joyas de Guerra ©Where stories live. Discover now